Mi profesor I

10

Sí queridos lectores, tengo una hermana. Es un dato que he obviado porque no es algo de lo que me gusta hablar. Mi hermana tiene 10 años más que yo, y eso hace que ambas estemos en mundos muy diferentes. También está el hecho de que ella no hace nada útil en su vida además de liarse con hombres de dudosa moral y viajar con el dinero que gana trabajando como modelo. Según ella, ir promocionando fiestas por Instagram es un trabajo. Que le cunda. A mi siempre me ha dado igual mientras eso la mantuviera lejos de casa. Siempre dicen que entre hermanas la relación tiene que ser, por naturaleza, buena, que a pesar de todo una hermana es de tu sangre y blabla. Yo no es que no la quisiera, es que no la conocía prácticamente y el hecho de compartir padres no servía a mi corazón para quererla. Nunca hemos tenido una buena relación, los pocos años que recuerdo haber convivido con ella se resumen en como le pedía dinero a mi madre día sí y día también y como mi madre sin dudarlo ni un segundo le consentía ABSOLUTAMENTE TODO. Ella ni siquiera había acabado la ESO. Pero no importa, era un estrella en las redes sociales y ganaba dinero de sobra. Para que más.

Así que cuando recibí la noticia de que la fabulosa Bela Neville venía a casa, no había nada que me pusiera de buen humor. En realidad se llamaba Beatriz Pérez pero le favorecía más a su fama acortar su nombre y coger el apellido francés de mis abuelos y significaba un motivo más de que no me gustará.

Por eso esa noche me fui a dormir claramente furiosa, tanto por la alegría de mis padres de que esa hija que tantos problemas les ha dado fuera a visitarles como por la llamada de atención de mi madre por no mostrarme "feliz". No, no estaba feliz ni lo iba a estar.

Del mismo modo que me fui a dormir me levanté esa mañana y me fui a clase. Era como si supiera que en pocos días iba a vivir una pesadilla y que por nada del mundo me iba a librar. Es más, incluso al acabar la clase de historia, estaba demasiado molesta como para quedarme a hablar con Alex, y fui la primera en irme.

Dos clases después mi rabia seguía intacta, por mucho que Andrés intentara convencerme de que no pasaba nada, de que ella tampoco era tan mala y de que tenía que ver las cosas desde otro punto de vista, nada de eso me servía. Era Beatriz Pérez. No había perspectiva que mejorara eso.

Cuando me dirigía a la que sería mi última clase, me topé con Alex.

- Oye ¿Estas bien? En clase te he notaba muy rara.

- Ah ya, es que no tengo muy buen día.

Ni tendría muy buena semana, vamos a decirlo todo.

- Pasate al acabar la clase en mi departamento y hablamos.

- Vale.

Aunque Alex siempre me ayudaba en los días de estrés, en ese momento no tenía ganas de nada. Aun así accedí, por lo menos de esa forma llegaría un poco más tarde a casa.

Nunca había estado en su departamento, por lo que me costó un poco encontrarlo. Era el que estaba más al fondo de todos. Como no, a Alex le encantaba complicarse la vida. Aunque creo que ningún profesor escogía su departamento.

La puerta estaba abierta y él estaba solo, corrigiendo unas actividades de una de sus clases de la ESO.

- ¿Puedo pasar?

Se sobresaltó con mi voz. Cuando se ponía a corregir, el mundo exterior desaparecía.

- Claro, claro. Pasa y siéntate. Cierra la puerta si quieres.

¿Podía estar dentro de un departamento con un profesor y la puerta cerrada? Que más daba, tenía cosas peores en las que pensar.

- ¿Qué te pasa reina?

Ni siquiera ese apodo que tanto me gustaba conseguía animarme en ese momentos.

- Pues que mi hermana viene este fin de semana a vernos.

- Ostia ¿Esa que me has dicho que es tan mala pecora?

Me sorprendí. No me había dado cuenta de cuantas cosas le contaba a Alex, y además, que él se acordara también me pillo por sorpresa.

- Si, justo esa.

- Uff, no sé que decirte.¿Se va a quedar mucho tiempo?

- Sólo sábado y domingo. Pero para mí eso ya es una eternidad.

- Me lo imagino. No sé, como consejo de profesor te digo que intentes convivir con ella. No la conoces realmente y puede sorprenderte.

No, no puede.

- ¿Y como consejo de amigo?

- Haz que quede mal delante de tus padres para que vean como es realmente.

- ¿Crees que no lo he intentado? Es que ni siquiera quiero que vean como es porque ellos ya lo saben. Saben cuantos problemas les ha traído mi hermana y siguen igual con ella.

-Pues no te preocupes, ellos saben la hija que tienen por mucho que no lo creas. Y saben la hija que eres tú, que es lo que más te tiene que importar.

- Ya pero es que, es un fin de semana que quería descansar voy a tenerla en casa molestando.

- No digas eso. Podrás descansar, ya verás.

- Claro, mientras ella me dice que soy una aburrida y una empollona solitaria.

- A ver, primero que no eres para nada aburrida. Segundo que ser una empollona es lo mejor del mundo y además que estas solitaria porque quieres.

La verdad es que saber que Alex me consideraba divertida disminuyó un poco mi mala leche.

- Gracias, de verdad. Supongo que haré lo que me has dicho. Tragar y respirar hondo.

-También te puedes venir el fin de semana conmigo.

¿PERDÓN? ¿Había dicho lo que yo pensaba que había dicho? ¿Me estaba ofreciendo un fin de semana con él?

- ¿Cómo?

- A ver quiero decir, el sábado voy a ir a la montaña de excursión. Iré por la mañana y estaré durante todo el día. Si quieres puedes venir.

No sabía muy bien que pensar y mucho menos que responder. Salir con Alex un día entero era algo que yo nunca me había planteado.

- No sé. No sé muy bien que decirte.

- ¿Te apetece?

- Sí , apetecerme me apetece.

- Pues entonces no se hable más.

- A ver, espera. ¿No crees que es algo raro que tú y yo salgamos por ahí?

- Estoy casi seguro de que eso por algún motivo me ofende.

- No tonto, lo digo porque, bueno, eres mi profesor.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.