– Voy al baño enseguida regreso – no espere la respuesta de Víctor. Salí prácticamente corriendo al baño de la heladería. Al llegar a este me mire al espejo un par de lágrimas caían de mis ojos. Respire hondo para calmarme y me moje la cara. Tenía que salir, pero no tenía fuerzas. Su recuerdo aún me partía el alma. Tenía que seguir adelante tal y como lo estaban haciendo papá y Trevor. Pero no podía aún no, la culpa me carcome por dentro. Recuerdos de ese trágico día me persiguen.
Unos golpes en la puerta me sobresaltan trayéndome a la realidad.
– Emily ¿estás bien? – el me preguntaba preocupado desde el otro lado de la puerta
– Si enseguida salgo – me volví a mojar la cara y me sequé con un papel que había allí. Camine hacia la salida del baño. Fuera me esperaba Víctor con suma preocupación me miró de pies a cabeza para luego preguntar otra vez
– ¿Estás bien? – me gustaría contestarle que no estoy bien. Que la extraño mucho. Todo fue mi culpa si yo no hubiera sido así. Ella estaría con vida y conmigo en este momento. Pero me calle como siempre y tan sólo lo abrace.
– Si estoy bien sólo llévame a mi casa, por favor – lo solté, pero tomé su mano para salir de una vez de esa heladería
Todo el viaje de regreso a casa fue en sumo silencio. Ninguno de los dos hablaba. Agradecía que Víctor no me preguntara nada porque sinceramente no tenía ánimos para hablar justo ahora. Estaciono frente a mi casa. Las luces estaban encendidas lo que indicaba que papa me estaba esperando despierto. Voltea a mirar a Víctor quien me estaba mirando, lo cual me puso algo avergonzada.
– Lamento si hice algo que te incomodo hoy en la heladería – el bajo la mirada. Se notaba que estaba arrepentido de haber hecho algo mal. Por un momento podría notar que sus intenciones conmigo eran buenas.
– Víctor yo am... a mí no me gusta que me llamen princesa me recuerda a alguien importante para mí – mi tono de voz salió algo suave casi inaudible. Pero el logro escucharme ya que me tomo la mano y la apretó suavemente.
– Entiendo si no quieres hablar de ello y no te volveré a llamar prin... eso otra vez – tomo mi rostro con su mano libre y me acerco a él. Deposito sus labios en mi frente un leve choque eléctrico recorrió mi cuerpo. Este chico me mueve el mundo con tan solo un gesto. Sin querer que pase él se separa de mí para verme de nuevo. Sus ojos me penetran hasta él lo más profundo de mi alma. Me separo de el para mirar de nuevo a mi casa ya era hora de entrar antes de que salga mi padre.
– Gracias por la cita – lo mire sonriendo y antes de salir del coche deposite un beso en su mejilla – Hasta el lunes O'conell – baje para ir corriendo a la casa muriendo de vergüenza mientras la sangre subiendo hacia que mi rostro se ponga rojo.
💟
Trevor está concentrado viendo el partido en la televisión ya que todavía no podía entrenar ni jugar el partido del lunes en el instituto. Nos enfrentamos con nuestro equipo rival Panteras vs. Caballeros estos dos equipos tenían una rivalidad desde hace muchas décadas atrás. Esto se fue pasando de estudiante a estudiante desde siempre y según lo que me contó Lauren.
– Emmy me traes una cerveza de raíz de la cocina – mi hermano pide sin siquiera apartar la mirada de la pantalla, ruedo los ojos, pero voy de todos modos por su cerveza sacando una para mí también. Entro de nuevo a la sala sentándome a su lado viendo el partido. No soy una gran fan del fútbol americano, pero si me gusta ver cuando juegan los Vaqueros de Dallas cuando mamá estaba viva veíamos cada partido sin falta era como una tradición ya que ella era de Texas.
– ¿Mia no venía hoy a verte? – pregunte luego de un rato viendo que mi hermano estaba demasiado concentrado de lo habitual en el partido. Bebiendo un sorbo de su cerveza dejo un segundo de ver la pantalla para verme a los ojos.
– Discutimos anoche por llamada, creo que algo le pasa está muy rara – tomo otro trago de su cerveza y miro de nuevo la pantalla sin ánimos de querer hablar de nuevo. Parándome del sillón decido salir de la casa un poco para no molestar a Trevor y dejarlo pensar tranquilo en sus cosas.
Salgo al porche de afuera sentándome en la hamaca que tenemos y moviendo mi pie hago que se mueva un poco. Observo a los niños del vecindario correr por la calle mientras juegan con una pelota. Se podía respirar la tranquilidad de la calle cerrando mis ojos me recosté en la hamaca acomodándome entre los almohadones. A la mente no paraba de aparecer la imagen de Víctor y no dejaba de pensar como desde que había puesto un pie en esta ciudad el capto mi atención. Ese chico tiene algo que lo hace especial y me atrae de una manera que no había sentido hasta ahora.
Escuchar un auto aparcando frente a la casa hizo que abriera mis ojos para ver de quien se trataba. Mi padre no vendría hasta la noche por lo que fuera el estaba descartado, tampoco era el auto de Víctor por un segundo tuve la esperanza de que sea el suyo, pero no tuve tanta suerte. Me puse de pie para ver al conductor del auto azul oscuro del que todavía no había bajado nadie. Pude ver que era un chico al cual no lograba distinguir bien pero su copilota la conocía muy bien. Mia bajo acomodando sus lentes de sol que la hacían verse como una diva de Hollywood y conteniendo la risa observe apoyando mis brazos en la baranda del porche como ella se despedía con la mano del conductor. Supongo que es su hermano Trevor menciono alguna vez que su cuñado era un chico increíble.
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Editado: 27.01.2021