Mi prometida

11. Conexión

Antes de mostrarle mi habilidad más especial a Dennise, debía explicarle con exactitud como funcionaba, para poder hacer las cosas bien, era algo fácil y un poco difícil de hacer al mismo tiempo, ya que debía conocer con exactitud la historia para permitirme viajar hacia allá y verlo.

—Necesito que empieces a contarme la historia tal cual la contaba tu padre, mientras lo haces debes darme tus manos —estire las manos sobre mis piernas con la palma hacia arriba, para que ella pusiera las suyas —Mientras lo haces cierra los ojos e intenta imaginar lo que pasó, de esta manera yo podre ver la parte en la que no estuve y así poder mostrarte mis recuerdos, necesitamos esa conexión.

Dennise cerró sus ojos y empezó a recitar la historia de su padre, cerré los míos y mi mente viajo al lugar y momento en que sucedieron los hechos, veía a detalle lo que ella iba contando, era una habilidad extraña entre ángeles, pero me permitía conocer la verdad del pasado de muchas personas, al igual que sus fortalezas y debilidades.

—¡Alto ahí! —gritó un hombre enmascarado entrando a una base militar del ejército —¡Todas las armas al suelo!

Los jóvenes que estaban en la base no podían hacer nada más que seguir las ordenes que les daban aquellos rebeldes, no podían defenderse, sus armas estaban descargadas por la limpieza que le hacían una vez a la semana dejándolos completamente indefensos ante cualquier ataque.

—¡Que, al suelo, dije! —bramo de nuevo un hombre que parecía liderar la tropa enemiga.

A la derecha un joven soldado, logró cargar su arma sin que lo notaran, la levanto y apunto a la cabeza del líder de los rebeldes gritándole:

—¡Ordena a tus hombres bajar sus armas y te dejaré vivir!

—¡¿Qué piensas hacer si no lo hago?! —pregunto de manera insolente el soldado, no parecía nervioso.

—Muy sencillo —hablo bajito —Matarte.

—¿Acaso eres idiota? —se burló el rebelde —¿O es que no tienes instinto de supervivencia?

Los demás rebeldes rieron a carcajadas, sin dejar de apuntar a los soldados que estaban en el suelo.

—Ni lo uno, ni lo otro, estoy cumpliendo mi deber —respondió el valiente soldado —Ultima oportunidad, bajen sus armas o su líder muere.

La intención del soldado no era lograr que bajaran las armas, era generar una distracción, con lo que hacia la atención de los rebeldes estaba en él y no en sus compañeros, que aprovecharon para cargar sus armas en silencio y después apuntaban hacia ellos, logrando la igualdad de condiciones.

—¡se acabo el tiempo, hijos de puta! —gritó el soldado sonriendo cuando sus compañeros ya estaban en posición para defenderse —¡Fuego!

Los soldados empezaron a disparar, los rebeldes estaban sorprendidos, pero aun así respondieron de inmediato al ataque, el líder de los rebeldes y un par de hombrees más lograron escapar de las balas y sigilosamente se acercaron al valiente soldado que salvo las vidas de muchos de sus compañeros, tomándolo desprevenido por la espalda, le dieron un golpe en la cabeza con la parte trasera de una de sus armas.”

La imagen que había en mi cabeza, desapareció cuando Dennise dejo de hablar, me miraba algo preocupada.

—¿te pasa algo Thomas? —pregunto tartamudeando un poco.

—No amore, estoy bien, puedes continuar —pedí mirándola fijamente, necesitaba establecer de nuevo la conexión con la historia de su padre, ya que yo no la conocía completa, solo una parte de ella.

—¿Seguro que estas bien? —sonreí mientras asentía, ella se relajó un poco y empezó a de nuevo a narrar la historia.

—Como decía, le dieron un g9olpe en la cabeza con una de las armas, mi padre despertó luego de un par de horas o tal vez dos días, no esta muy seguro de eso, es un lugar extraño, lleno de...

“estaba en un lugar extraño, era parecido a la base militar de antes, solo que menos resistente, parecía mas una bodega abandonada en medio del desierto, había armas, cuchillos, cuerdas, uniformes, todo tipo de cosas con las cuales podían atacar una base militar en servicio.

La luz del sol se filtraba por los pequeños hoyos de las paredes y el techo. Los brazos y piernas del soldado estaban fuertemente amarrados con gruesas cuerdas, que causaron heridas en el lugar donde rozaban la piel, se notaba que llevaba mas que pocas horas en ese lugar. el joven intento moverse un poco y su cara se descompuso al sentir el dolor por el roce de la cuerda en la carne viva de sus manos, sus músculos también estaban adoloridos por recibir múltiples golpes que no sintió al estar inconsciente. Horas mas tarde, entro el mismo hombre que lidero la tropa de rebeldes, solo que ya no tenia nada cubriendo su rostro.

—¿Quién eres? —hablo el soldado con la voz rasposa.

—Soy tu perdición —respondió con una sonrisa —O tu salvación, depende de cómo lo mires.

El soldado resoplo, sabía lo que quería decir ese hombre con esa afirmación y no pensaba hacerlo.

—No seré parte de este circo, prefiero morir.

El soldado era valiente.

—Tal vez no digas lo mismo en un par de días cuando conozcas al jefe, mientras tanto, disfruta de tu estadía —hizo una seña a los hombres que estaban a un par de metros de distancia.

Ellos se acercaron y empezaron a golpearlo como si fuera un saco de boxeo, era imposible que un hombre sobreviviera a esa tortura.”

Fui sacado nuevamente de la visión cuando Dennise hizo una pequeña pausa, pero luego de tres segundos continúo hablando, solo que esa vez no hubo visión.

—Según nos conto mi padre, luego de unos días, los militares encontraron el escondite y lo liberaron después de derrotar a esos tipos, sin duda un acto de valentía —ella sonreía mientras hablaba, le gustaba esa historia y la euforia con la que contaba su padre cada vez que se reunían.



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En el texto hay: angeles, romace, destino

Editado: 24.07.2020

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