Al principio no había nada. Me encontraba sola y perdida, incapaz de saber cómo había llegado allí. Mi existencia y mi origen eran un misterio para mí, pero una cosa era clara, no era la única en el mundo.
Existían miles de planetas como yo pero no iguales a mí, flotando en el universo. ¡Soy un planeta!... albergó vida, emociones y muchas veces injusticias, quiero evitar que la vida dentro de mi sea triste, que reine la paz y la felicidad pero no muchas veces lo consigo. creo - y aunque no sea justo pensarlo - que si existo o no, no hace la diferencia. Solo soy un planeta más.
Un día apareció una estrella a lo lejos, pequeña con un color azul precioso. Se acercó poco a poco entre risas y tímidos comentarios, desafiaba mi intelecto y yo el suyo. Era una estrella engreída, inteligente, elocuente y muy carismática.
Poco a poco se acerco mas y mas, nos volvimos inseparables, mi mejor amigo y mi confidente. Este visitante crecía pero para ello necesitaba un planeta pero no cualquier planeta al parecer, por alguna razón nos conocimos.
La estrella comenzó a crecer más y con el tiempo se volvió más brillante y adquirió un hermoso color dorado.
El fuego de su interior se expandió, alegraba mis días y mis noches, todo era más significativo con su presencia tanto que no recordaba cómo era la vida antes de que apareciera. Mi sol era fuerte y grande, su luz me iluminaba, me hacía fuerte, me enseñaba a quererme más y valorar mi existencia. Yo era importante por ser yo, él me lo repetía todos los días. Porque tenía colores que otros planetas no, vidas diferentes, estructuras diferentes y ecosistemas diferentes.
La creación de cada planeta es única, en mi planeta no había un solo tipo de suelo o bacterias exóticas, existen varias y diferentes zonas, con lluvia, con frío, con calor, con desiertos y montañas nevadas; con miles de criaturas que nacían, crecían y morían. Albergaba vidas que amaban y soñaban como yo, eran parte de mi, mi mundo mi creación, yo protegía eso, yo creaba eso, cada cosa relacionada a mi era hermosa, valiente y única.
Pero solo fui capaz de apreciar esto cuando mi sol llego, me ayudó a dar más vida a lo que creaba, a no rendirme tras una derrota y recordar que sin importar lo que pase jamás volvería a estar sola porque siempre tendría su apoyo.
A medida que pasó el tiempo mi sol se fue alejando, se fue apagando, volviéndose cada vez más rojo y lejano hasta que un día se marchó. En mi crecían sentimientos de duda, de confusión y a veces de esperanza. ¿qué pasa cuando alguien que amas desaparece pero simplemente respetas que todo siga su curso porque aceptas que así es la vida?.
A veces meteoritos chocan contra los planetas pero siguen sus trayectorias sin fin, pasan por tu vida fugazmente, al igual que existen planetas con más de uno o dos soles, incluso cinco soles. Pero yo no quería eso, mi sol era especial y no necesitaba reemplazarlo.
De pronto una perla brilló en mi núcleo y comenzó a crecer, crecía de a poco se tomaba su tiempo mes a mes. Conte cuatro meses cuando el pánico inicial se estancó y trate de pensar en que todos los planetas crean satélites naturales por su cuenta, asusta pero significa que una parte de ti pronto te acompañará de por vida y no se irá. No es como la vida que crece en mi ecosistema, es diferente, igual a mi pero … diferente también.
Los días pesaban, la preocupación aumentaba. Sentí que necesitaba el apoyo de mi sol, esa voz que me dice que puedo con todo y que todo estará bien. Lo necesitaba y lo extrañaba. No sabía exactamente por qué o para que lo necesitaba pero necesitaba consuelo al hecho de sentirme sola y asustada.
Algunos días me decía a mi misma que podía, que era fácil que podía manejar lo que sea. Otros días lloraba, entraba en pánico, ¿cómo haría que funcione … y si algo sale mal; y si no estoy preparada? …. Y si hay algo que no pueda resolver?. Tengo miedo, me decía una y otra vez, luego respiraba hondo y volvia a pensar en que diría mi sol.
Nunca me creí alguien fuerte y lo supe cuando faltaba poco para el séptimo mes, yo era débil, no fuerte como piensan los demás o valiente … o única y creativa. Solo soy un planeta más, que vive y no sabe cómo, pero avanza en la carrera del tiempo hasta que mi existencia desaparezca tan desapercibida como apareció.
En el noveno mes nació mi Luna. Era tan brillante, no como una estrella o un sol, tenía una luz propia, tan pura y pacificadora - solo necesite mirarla y sonreír para saber que todo de mí seguía su luz. Iluminando noches oscuras, sonriendo a las tristezas, convirtiendo todo en magia y amor hasta que mi mundo era dominado por su influencia de una forma dulce y enternecedora. Desde entonces la soledad desaparecio y los miedos durmieron un rato en mi interior para ser consciente de que no solo era un planeta, yo era un planeta con mi propia luna.
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Editado: 17.07.2022