Mi Protector Homosexual

Los precedentes de la huida.

Estaba tendida únicamente en bragas sobre la cama y con un miedo que atenazaba las áreas más recónditas de todo mi cuerpo. Lo sentí acercarse tomarme por los pies y luego voltearme hacia arriba de manera  que pude apreciar su extraña mirada esa que nunca visualize  en su rostro mientras me golpeaba. Esta era lejos de tenebrosa, satisfactoria como si con ello complacerá un deseo esperado.

-Adela -dice mirándola -quitale las bragas a tu hija.-dice esto dejando atrapada cada palabra dentro de su boca, como si las saboreará, como si las disfrutara y a cada palabra me sentía más pérdida, más asustada, más desdichada.

Vi a mi madre acercarse sin una pizca de duda tomar mis bragas por los extremos y comenzar a bajarla dejando al descubierto mi sexo. Esa parte cubrída por el bello que debería ser respetada por ellos y no ser expuesta de esta manera.

Repaso mi situación mentalmente, tengo 17 años casi 18 y estoy en una habitación  atada y desnuda de cintura para abajo por un capricho de mi padre.

-comprueba si esta- me señala -ha sido tocada por algún asqueroso.-dice esta palabras y mis lágrimas aumentan por que ser sometida a algo tan degradante y tan situación tan retrógrada por su parte, no tenían el derecho de atropellar mi cuerpo de esa manera.

Con sus manos empieza a despegar los pliegues de mi sexo mientras yo cierro los ojos con fuerza como si eso pudiera mitigar el todo lo qie siento en este momento, como si con ello se pudiera ir todo lo que siento.

Con los pliegues abierto le muestro mi mayor intimidad a mi padre quien afirma satisfecho ante la visión de mi vulva que aún no ha sido penetrada.

- bien con eso me basta -afirma -cuando cumplas la mayoría de edad buscaremos un marido que este dispuesto a soportarte; ya que en este hogar dejaras de ser un estorbo.-dio la vuelta para marcharse dando una simple orden- desatala.

No sabia a donde fijar la mirada como sentirme al repecto luego de todo lo vivido, como tomar esta situación,donde buscar consuelo. Vi la mujer dirigirse a la cabecera y desatar el nudo junto con mis manos para dejarla libre. Se marchó de la habitación mostrando su habitual conformidad.

Me quedé tirada en la cama deseando gritar de frustración pero lo unico que conseguí fue soltar lágrimas, muchas lágrimas por mi desdichada situación, con la sábana cubrí mi desnudez intentando olvidar el calvario al que fui sometida.

Llore y lloré por horas hasta que el sueño me venció, no supe con exactitud cuanto tiempo estuve despierta solo se que la pesadez de mis párpados me hizo cerrar los ojos.

No se cuantas horas habia dormido pero insconsientemente mi cerebro estaba despierto repasando todo lo que dentro de algunas horas pasaría. Tenia una pequeña mochila con lo nesesario adentro, unas pocas pertenencias como lo eran mis ahorros y mis documentos. Abrí los ojos con un poco de lentitud, divise la oscuridad de la habitación, la recorrí con la vista haciendo ahínco en todos sus elementos; mi vista se detuvo en un punto fijo dónde una sombra descansaba, por un momento creí estar alucinando, pero no era así ya que una mirada se centro en mi; ví aparecer la luz se repente por lo que el reflejo me hizo cerrar los ojos, sentí la cama bajar por su peso y supe que lo tenía frente a mi.

Con miedo atenuante empeze a abrir los ojos le vi el rostro pero está vez no era igual a las otras veces un atisbo de algo que desconocía lo envolvía. Lo vi sostener una de mis bragas frente a él mientras la llevaba a su nariz y aspiraba su aroma, yo  permanecía inmóvil sin saber el significado de aquella escena; la movilidad volvio a mi cuerpo al verlo llevar una mano a mi vientre con la intención de hacerla subir o bajar vete tú a saber.

Hize amago de levantarme por que ya había algo que me indicaba esto iba más allá de los golpes, con una mano me postró nuevamente en al cama, siempre mantuve la mirada por lo que el coloco esa braga dentro de mi boca cuando vio mi disposición de gritar.

-a quien vas a clamar, a la madre que deja que te golpee de manera despiadada -dijo con una voz particularmente ronca.- esa que acepta todo sin rechistar, no lo creo.

Sujeto mis manos por encima de mi cabeza con uno solo de sus brazos mientras con el otro recorrio mi cuerpo provocandome un asco descomunal.

-tanto tiempo esperando por esto -dice agarrando uno de mis pechos -te tomare yo antes de otro lo haga, no sabes todo lo que te desee mientras te veía en el baño posando.-intente gritar pero me resulto imposible con los bragas callandome su mano se dirijio a mi cuello y lo apretó a manera de advertencia -te conviene quedarte quieta mocosa.

En un rápido movimiento me suelta para ponerse de pie y bajarse los pantalones, mostrándome la primera visión de un hombre desnudo.

-ya veras todo lo que disfrutaremos juntos- dice esto con evidente malicia. Yo recorro la habitación con la mirada en busca de lo que será mi boleto de salida y rápidamente lo localizo, un jarrón que yace sobre la mesita. Me levanto en un rápido movimiento y cuando lo veo abalanzarse hacia mí lo lanzo contra su cabeza.

Me quedé hay viendo como quedo su cuerpo. Con los pantalones a media rodilla y con una herida en la cabeza. Entendí que era ahora o nunca.

Empeze a buscar algo para vestir mi desnudez, seguido lo hize tome la pequeña mochila y me diriji hacia la puerta. La abri con seguridad.

-espero nunca más volverlos a ver.-dije mirando su cuerpo inerte tirado.-nunca más.

Cerré las puertas a mi espalda y me prepare para iniciar mi camino.... Lejos de ahí.

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Buenas noches queridos lectores espero estén disfrutando la historia.

Nos leemos pronto.....




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