Mi Protector Homosexual

La huida

Camine con miedo por las calles aun eran las cinco de la mañana y el susto de lo aun vivido me acompañaba. La escena se revivia en mi cabeza a cada paso que daba.

Divise la casa de Erick y opte por lanzar una piedra a su ventana. Sentía que debía hablar con el pero ahora no era el momento; se lo contaría cuando estemos a kilómetros de distancias.

Vi su rostro acercarse a la ventana y le hize una seña para que bajara, lo vi salir por la puerta de atrás de la casa con unos Jeans casual y un poloche acompañado de una gorra.

-¿llegue demasiado temprano?- dije a modo de saludo.

-no por supuesto que no, la verdad no pude pegar un ojo en toda la noche.

-llego el día vamos.

Con esa palabra nos dirigimos hacia la parada todo estaba listo. El pequeño piso todo, estábamos en ruta para tomar el bus a la parada desde donde nos transportaría a San Cristobal.

-¿te pasa algo? -me pregunta Erick luego de más de media hora de recorrido en completo silencio.

-me pasan muchas cosas-digo al borde del llanto- demasianda cosas me pasan.

-¿deseas hablarlas conmigo?- pregunta tomando mi mano para darme seguridad.

-no ahora quizás cuando lleguemos. -le digo sinceramente deseo olvidar todas esas cosas que se empeñan en seguir torturandome a pesar de estar lejos de ellas.

****
 


 

Luego de cuatro horas de camino estábamos por fin en san cristobal dirijiendonos a lo que sería nuestro pequeño piso.
 


 

-¿como te sientes de estar aqui? -me pregunta con evidente alegría en el rostro-puedes oler lo mismo que yo. Huele a libertad.
 


 

-lo se-digo a modo de respuesta-después de tanto aun no creo que este aquí. 
 


 

-pues creelo por que aquí comenzaremos una nueva vida lejos de todo.-afirmo seguro.
 


 

Después de unos 20 minutos nos dejaron en el centro de la provincia ahí entramos en una pequena casa. Estaba pintada de blanco la mire por todos lados no era grande pero era lo que nesesitabamos para empezar.
 


 

La alquilamos amueblada por lo que debíamos pagar un poco mas de alquiler pero con los ahorros daría para abastecer unos tres meses.
 


 

-ahora si cuéntame que fue lo que paso por qué has estado tan rara.
 


 

- Pasaron en muchas cosas en el transcurso de la noche -dije con la mirada baja- resulta que ese hombre me acuso de ser una zorra, de andar de ofrecída contigo y muchas otras cosas.
 


 

-pero como se atrevió a suponer eso -el tomo mi mano tratando de darme fuerzas para seguir.-¿hay más?- me pregunto y yo asenti con la cabeza.-te gustaría contarme.
 


 

-pensó que me estaba acostado contigo -digo esto a punto del colapso-y quiso comprobarlo me hizo revisar, observando mi vulva, me humillaron de las manera mas baja por solo un capricho.
 


 

Digo esto sumida el llanto pegada de su pecho ese en el que llore tantas veces, disfrutando ese contacto de amistad y de confianza que me brinda.
 


 

-intento abusarme, entro en mi habitación asegurando que se iba divertir conmigo-dije entre hipidos-fue algo horrible sentí que la desesperación acabaria conmigo. Lo golpee- declare finalmente - y luego me fui y lo deje tirado sin pensar en nada simplemente lo deje ahi.
 


 

Pude ver como su gesto cambio como la rabia se apoderó de su cuerpo y sus nudillos se encontraban blancos de la furia.
 


 

-como es posible que se halla atrevido a hacer una cosa así. -dice esto haciéndome sollozar más a lo que el toma conciencia de eso.-lo importante es que ya acabo yo te voy a proteger. Y sabes que vamos a despejar la mente.
 


 

Luego de algunas horas depsues de lo ocurrido entre risas y buen humor nos dirijimos a un pequeño mercado a comprar algunos alimentos. Paseamos un poco y definimos lo que iba a hacer de ahora en adelante. No nos preocupamos por lo que dejamos atrás simplemente nos quedamos centrado en el futuro en lo que seria de ahora en adelante.
 


 

-que te pareció la cena-me dice con gesto risueño después de comer algo.
 


 

-lo dices como si fueras un chef, solo hisiste chocolate con leche hasta un bebé lo haría.-dije dentro de la risa,a lo que el puso gesto serio.
 


 

-Excelente heriste mi orgullo, espero me hagas una exquisitez mañana para el desayuno.-dijo sin rastro de humor.
 


 

-vamos no te ofendas, es mas -dije dirijiendome hacia el y tomándolo por las mejillas-me encanto fue el mejor chocolate con leche que probé.-veo su gesto suavizarse un poco.
 


 

-más te vale. Y ahora a dormir que mañana será un día bastante largo.- sentencio-¿ya decidiste habitación tomarás?.
 


 

-lo justo seria que tome la habitación de la cama pequeña asi tu podrás dormir mejor ya que serás "el proveedor del hogar "-digo esto empleado una voz chistosa lo que provoca una risotada en el.
 


 

-ya ve a dormír enana.
 


 

-entendido mi general; franco derecho, mar. 
 


 

Me dirijo hacia mi habitación marchando como policía bajo su atenta mirada. Al entrar me pongo más cómoda, tomo un a pequeña blusa que me queda un poco larga y me meto en la cama. Intento conciliar el sueño pero me resulta imposible. Poco a poco siento como los brazos de morfeo me abrazan haciéndome fundir en un sueño leve.
 

-Juro que me encargaré de que te comportes. Su cinturón corrobora sus palabras, me golpea con fuerza el dolor se cuela hasta por dentro de mía huesos mientras yo hago lo imposible por no gritar, mientras el repite la acción nuevamente.
 




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