Mi protegida.

22. No eran ellos quienes estaban a cargo.

Nos quedamos cerca de una hora más en el bosque sentados disfrutando de la compañía del otro, de nuestros abrazos y besos, comportándonos cómo una pareja normal que sólo se preocupa por que el otro no sea infiel. 

Pero nosotros no éramos de esas parejas y teníamos que volver a la realidad, aunque no nos gustara.

Cuando entramos a la casa Thomas tenía abrazada a Dennise que temblaba en sus brazos; su frente estaba arrugada, se veía muy preocupado y eso me asustaba.

— Thomas — llamó Nathan y él nos miró — ¿Están bien? ¿Sucede algo?

— Alguien entró a la casa, dejó una nota — señaló hacía la mesa donde había un papel arrugado, Nathaniel se acercó, lo tomó y leyó, la expresión que había en el rostro de Thomas se dibujó también en el de Nathan, no dijo nada, no me leyó la nota, sólo me miró preocupado y eso me asustó aún más.

Muchas cosas podían estar pasando, había muchas situaciones que podían afectar de ese modo a Dennise y el principal era que le hubiera pasado algo a sus hijos y eso no era bueno, porque si sus hijos estaban lastimados o algo y tenía que ver con la nota que dejaron lo más probable era que Alexander tuviera que ver en todo esto. También me preocupaban los clones, ellos estuvieron conmigo y con los D'Angelo en la búsqueda de mis habilidades, Alexander pudo haberse dado cuenta de eso y tomarlos como rehenes. Todas las situaciones posibles pasaban por mi mente y la preocupación aumentaba, necesitaba que alguien dijera algo.

— Lee aquí — se acercó Nathan estirando el papel hacia mí; respire profundo y leí. 

—Ahyleen, 
Vamos a jugar un juego muy divertido.
Yo seré el villano y tú la heroína.
La hermosa y pequeña Brisa será la adorable víctima.
Tienes hasta las 7:00 pm para encontrarme.
Les deseo suerte mis preciosos gatos.
¿Dónde podrá estar este ratón? —

Mis manos empezaron a sudar y temblar, en mis mejillas sentía la humedad que dejaban las lágrimas y la respiración era cada vez más errática, no podía entender lo retorcida que era la mente de Alexander, ¿Acaso no sentía ni un poco de compasión? ¿Porque se metía con una bebé? Ella no entendía lo que estaba pasando y mucho menos podía defenderse.

Tienes que ser una persona realmente horrible para meter a un bebé en medio de esta guerra.

— Derek ¿Dónde está De? — Thomas me miró y Dennise salió de su abrazo.

— Él está bien, mis hermanos lo llevaron con mi madre, ella se hara cargo mientras buscamos a Brisa — limpió sus mejillas y caminó junto a mí — Vamos por mi hija.

Sin dudarlo empecé a caminar atrás de ella, mientras Thomas y Nathaniel nos miraban como tontos.

— ¡Dejen de perder el tiempo y caminen! — dije sin mirarlos mientras me subía al auto que Dennise encendió y limpiaba mis mejillas, no era buen momento para llorar, tenía que estar enfocada en encontrar a Brisa, no podía permitir que le pasara algo malo.

Los hombres subieron en la parte trasera del auto sin decir nada, sabían que no eran ellos quienes estaban a cargo ahora.

— Nathan, conoces a Alexander, ¿Cuáles son sus sitios favoritos para cazar? — pregunté orando mentalmente para que Alexander haya escogido un lugar que fuera habitual en sus rutinas de caza.

— Bueno, Alexander tiene varios sitios para sus torturas y todos sus estúpidos juegos— respondió Nathaniel — Pero creo que tendremos que separarnos para poder cubrirlos todos y encontrar a la pequeña a tiempo.

— ¿Tienen los celulares a mano? — preguntó Thomas, yo negué con la cabeza, no había llevado el celular conmigo al bosque, Dennise asintió y señaló su bolsillo y Nathaniel como respuesta saco el celular y envió un mensaje a Thomas, que sacó otro celular y revisó el mensaje.

— Ahí tienes un par de direcciones, busquen ahí y en los alrededores, Ahyleen y yo iremos a los demás lugares — empezó a indicarnos Nathan — Llévense el auto y estén pendientes de sus celulares, si ustedes  los encuentran, llamen,  si nosotros  lo hacemos llamaremos.

Dennise detuvo el auto, Nathaniel y yo bajamos y Thomas se sentó en el puesto de copiloto, los nervios estaban en el punto más alto, todos estábamos asustados; se notaba en nuestras caras el terror y las ganas que teníamos de encontrar al idiota y ahorcarlo con nuestras propias manos.

— Si encuentran a mi bebé primero por favor cuídenla — asentí y una lágrima se escapó de su ojo derecho — Y no dejen escapar a Alexander.

— No va a escapar, voy a matarlo con mis propias manos si es necesario — Nathaniel me miró y entrelazo su mano con la mía.

El auto arrancó y nosotros empezamos a caminar, unos cinco minutos después pasó un taxi, subimos en el y dimos la primera dirección, el taxista intentó conversar con nosotros todo el camino, pero estábamos tan preocupados que lo único  que podíamos hacer era asentir o dar respuestas vagas a lo que fuera que estuviera preguntando, nuestra prioridad era Brisa, esa dulce  niña que ahora estaba en medio de una pelea estúpida creada por un ser estúpido.

En cuanto llegamos al sitio le dijimos al taxista que nos esperara estacionado el tiempo que fuera necesario y bajamos del auto, caminamos hacía una casa que lucía abandonada y entramos, había silencio en todo el lugar y algunos rayos de sol se filtraban por las ventanas rotas, realmente esperaba que ellos estuvieran aquí, sentía mi respiración acelerada y la mano de Nathan apretando la mía, caminamos por toda la casa, revisamos habitación por habitación y sólo encontramos una nota.

—Tic, toc... el tiempo se acaba, un lugar menos. ¿Creen que pueden encontrarme a tiempo? —

Guardé la nota en mi bolsillo después de leerla y enviar una foto a Thomas, subimos de nuevo al taxi y le indicamos la nueva dirección, nuevamente el conductor intentó conversar con nosotros, pero el celular de Nathan sonó, lo sacó de su bolsillo y miró el mensaje.




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