El viaje en auto hacia la casa, con Ahyleen y Tiana había sido silencioso, cada uno tenia la cabeza en diferentes cosas, la mía estaba enfocada en Dennise y Thomas y la posibilidad de que decidieran no ir a la casa y ayudarnos, tal vez preferían mantenerse alejados de todo lo que tuviera que ver conmigo y si lo hacían, tenían toda la razón, yo era responsable de afectar sus vidas de una manera muy grande, no solo intentando acabar con la vida de Dennise, si no también con la de sus hijos que en ese momento no tenia idea de que existían.
Al llegar a la casa el miedo de Ahyleen se hizo mas notorio, sus ojos se movían alrededor de toda la casa buscando a Alexander o alguna pista de que estuviera cerca. Tiana se fue a su habitación y yo me senté en una de las sillas de la cocina.
—¿Tienes hambre? —pregunto amablemente, yo no tenia hambre, pero preparar algo para comer podría distraerla y hacer que no se sintiera tan nerviosa.
—Tengo más ansiedad que cualquier otra cosa, pero algo para comer estaría bien —sonreí, verme relajado también ayudaría.
—¿Qué te gusta? —pregunto dulcemente, pensando en preparar lo que le dijera.
—Me gustas tú —me levante y camine hacia donde estaba ella sonriendo. Puse mis manos en su cintura y me acerqué, no debía besarla, pero tenia tantas ganas de hacerlo, quería demasiado poner mis labios sobre los suyos —Pero eres la hija del fuego.
—¿Qué? —pregunto confundida, me quede mirando sus ojos y ella los míos, intentaba encontrar una razón mas fuerte para no hacerlo, pero mis impulsos eran mas grandes que todo lo que pudiera pasar por mi cabeza, la bese, lento, suave intentando que ella me siguiera el paso, cuando logre que respondiera, me descontrole, apreté mis brazos a su alrededor y la bese como deseaba hacerlo desde que la había conocido, ella intentaba abrazarme de alguna manera, pero antes de que siquiera pusiera sus manos donde quería, me aleje de ella y le di la espalda, no debía estar haciendo eso y menos en un momento donde ella se estaba sintiendo vulnerable.
—Realmente lo siento, no debí, no puedo besarte —suspire y camine fuera de la cocina, necesitaba estar lejos de ella para no volver a besarla, pero no tan lejos como para dejarla desprotegida, así que me encerré en su cuarto, esperando que no quisiera entrar en el en los próximos minutos.
Una hora después de haberla dejado en la cocina y esconderme en su habitación, tocaron la puerta, me levante y espere a escuchar voces para reconocer quien era, pero antes de eso, escuche un golpe y un montón de malas palabras que salían de la bonita boca de Ahyleen, quise reír, pero me quede en silencio, no iba a dejar que me descubriera.
Alguien abrió la puerta y segundos después, los insultos dejaron de escucharse y la voz de mi hermano sonó en la sala de estar.
—No te preocupes por lo que estabas diciendo, el golpe fue fuerte —Tiana rio al escucharlo — Dennise te comprende, ella dice cosas similares cada vez que uno de los bebés la muerde.
—En todo caso, ¿Nathaniel está aquí? —pregunto Dennise.
—Se fue hace más de una hora —eso era lo que ella creía —¿Quieren algo de beber?
—No, gracias Ahyleen, lo mejor es empezar de una vez con todo esto y… —Sali de la habitación, no importaba que no me quisieran presente, estaba ahí y no dejaría a Ahyleen sola, debía protegerla de lo que sea que pudiera pasarle.
—¿No habías dicho que él no estaba aquí? —hablo Thomas cuando me vio, interrumpiendo a su esposa.
Me acerque a donde el estaba, sus ojos demostraban la rabia que tenia por mi y estaba seguro de que los míos mostraban mi determinación por quedarme.
—Ella no sabía que estaba aquí, pero tal y como tú proteges a tu gema yo estoy aquí para proteger la mía.
—¿Tu gema? ¿Hay otra gema aquí? —respondió mi hermano sorprendido, él podía sentir la presencia de las gemas, pero el tener a dos juntas lo confundía y no distinguía una de otra —¿Cómo la encontraste?
——Es una larga historia, después te contaré todo, ahora mismo lo que importa es curar a Tatiana… —cambiamos a italiano porque había cosas que debía decir y que solo nosotros deberíamos entender —No salí del infierno porque lo decidí y ya, lo hice porque Amelie estuvo allá conmigo unos minutos, me hizo recitar de nuevo el juramento vengador y me dijo que lo tuviera en mente, imagino que cerca de dos días después me desmaye y al despertar estaba en una calle, herido y bastante adolorido, ahí fue donde conocí a Ahyleen, supe que era una gema porque cuando estábamos en el hospital, Alexander me ataco y borro mi memoria, lo único que no se borro fue ella y el tiempo que estuvo junto a mí, y extrañamente sentí exactamente lo mismo que tu cuando viste al padre de Dennise por primera vez, además de eso, las alas… volvieron, imagino que fue ella.
—¿Por qué no pude sentirlo el día que estuvieron en mi casa? —realmente no lo había notado, seguía sin notarlo, porque miraba de reojo a Ahyleen y a Dennise.
—Aun es muy débil, es muy poco lo que puedes sentir estando cerca de ella —el asintió.
—Bien, podemos seguir esta conversación después, ahora hay algo mas importante de que preocuparnos.
Ambos caminamos hacia donde estaban ella hablando en voz baja.
—Creo que deberíamos empezar —hablo Dennise caminando hasta la sala de nuevo, le dijo a Tiana donde debía sentarse y luego llamo a su esposo — Thomas, vigila la puerta, Nathaniel cuida de Ahyleen.
En cuanto escuche mi nombre, asentí y camine hasta el lugar donde estaba Ahyleen.
—No necesito que me cuiden —¿estaba molesta?
——Si lo necesitas Leen, eres la persona más vulnerable aquí ahora mismo —era a quien habían atacado antes, necesitaba que la protegiera, lo quisiera o no.
—No me digas así —estaba molesta, mucho.
— ¿Por qué no? —pregunte suave, no me quería que vieran que estaba así de molesta conmigo.
—Porque no y ya Nathaniel, mejor concéntrate en tu gema y déjame a mí en paz.