Mi Querida Bestia [#1]

Capítulo 6

─No suelo insistirle a nadie ─me comunica Brad ─así que me voy ─sentencia quitando su intimidante mirada de mí.

Lo tomo por su brazo derecho. ─Déjame asegurarme de que el auto está bien cerrado ─digo sin soltar su fuerte brazo.

Sus ojos grises se vuelven a posar en mi ─Odio esperar ─sentencia.

Yo suelto el agarre que tengo en su brazo y sin prestarle atención a lo que ha dicho, camino hacia el auto de mi madre, lo cierro completamente, estoy segura que "el chico mentira" se ha ido, pero me sorprendo al ver que su lujosa camioneta aún está estacionada frente a mí.

Ya segura de que todo está asegurado, me dirijo a la camioneta de Brad, me pongo de pie en la puerta del copiloto. ─ ¿Me llevaras, sí o no? ─le pregunto bajando mi cabeza para que pueda escuchar lo que le estoy preguntando.

Me mira con fastidio. ─Recuerda que si te llevo tendrás que hacerme tres favores ─contesta sin dejar de mirarme ─Súbete ─decreta, moviendo su cabeza hacia el asiento del copiloto.

Rodeo mis ojos y abro la puerta de la camioneta, introduciéndome en ella, huele delicioso, la decoración de la camioneta es completamente oscura con colores negros y gris, todo es realmente pulcro, me sorprendo al ver que un hombre tenga tan perfectamente limpia su camioneta, si yo tuviera un coche sería un verdadero cochinero, dejando comida, bebidas, ropa, bueno dejando cualquier tipo de cosas en él, creo que por eso no tengo uno.

─Colócate el cinturón ─me advierte Brad, yo lo obedezco y me coloco el cinturón, al ver que ya he hecho lo que me ha dicho, pone en marcha la camioneta, no digo nada solo veo por la ventana.

─ ¿Estás nerviosa? ─me pregunta, yo viajo mi mirada a él, su mirada está fija en la carretera.

─Claro que no estoy nerviosa ─contesto.

En sus labios se va formando una sonrisa ─ ¿Entonces porque mueves tanto tus piernas? ─mis ojos viajan de él a mis piernas, las cuales efectivamente se mueven con exageración, puedo sentir como me ruborizo, me quedo muda no sé qué decirle, su mirada sigue fija en la carretera.

─Entonces si estas nerviosa ─se ríe sonoramente al ver que me he quedado muda. ─Por cierto bailas muy bien ─anuncia, yo me quedo con la boca abierta, me ha visto hacer mi baile de la victoria.

Paso mi mano por mi desordenado cabello tratando de parecer calmada, pero es imposible, en esto momentos me siento realmente nerviosa y apenada.

─No...no estoy nerviosa ─tartamudeo y maldigo en mi interior por eso, ignoro por completo su comentario de mi fantástico baile.

El lame su labio inferior y lo muerde un poco ─Sí claro ─replica con sarcasmo, me quedo observándolo un poco, su rostro es una cosa sorprendente, ni un solo grano, ni una solo mancha, su nariz es perfilada pero no tanto, sus labios tienes un leve tono rosa, sus pestañas son largas y negras, pareciera que usará rímel ¿Será que lo usa?, me pregunto, sus cejas son gruesas del mismo color de sus pestañas, y sus ojos, buenos sus ojos son hermosos, ¿Qué rayos estás pensando Emily? , me regaño en mi mente.

─Aunque tenga mi vista en la carretera, puedo sentir tu mirada fija en mí  ─la voz de Brad, me hace darme cuenta que lo estoy mirando como una imbécil, rápidamente bajo mi mirada posándola en mis manos, las cuales están entrelazadas.

─ ¿Dime qué defecto me encontraste? ─me pregunta con ironía.

¡Ninguno!, me grita mi mente.

Trato de reírme pero mi risa se escucha más falsa que la teoría de que los extraterrestres existen. 

─No te estaba viendo a ti ─digo después de mi torpe risa.

─ ¡Ah! ¿No? –Su voz es burlona ─ ¿Entonces que estabas viendo?

Me muevo un poco en el suave asiento. ─Estaba viendo por la ventana ─es lo único que se me ocurre decir.

En el rostro de Brad se forma una mueca ─ ¿Y dime, que viste por la ventana? ─su mirada se clava en la mía, haciéndome poner más nerviosa.

─Pues... Eso no es tu problema ─titubeo un poco.

La vista de Brad se vuelve a posar en la carretera. ─Te informo que cuando me estabas mirando pasamos por unos edificio bastantes sencillos ─añade con arrogancia. ─Ahora dime que direccion debo tomar para llegar a tu humilde hogar.

─A la derecha ─le informo, él toma el camino de la derecha, ─cuando termine esta calle tomas el camino de la izquierda ─continuo.

"el chico frialdad" hace lo que le he dicho.

─Me dejas en la casa verde, por favor ─exclamo señalando mi "humilde hogar"

Su mirada viaja a mi casa. ─ ¿Vives aquí? ─inquiere sin dejar de mirar mi pequeña casa.

─ ¿Si porque?

Él no me responde, se estaciona frente a mi casa, apagando su camioneta y me mira.

─Es tan simple como tú ─apunta pasando una mano por su pelo.

Sin dejar de verlo puedo sentir como la rabia se apodera de mí.

─A mí no me parece simple ─espeto, pongo mi mano en la palanca de la puerta de la camioneta para salir pero el imbécil le ha puesto el seguro, no sé cómo lo ha hecho. ─Abre la estúpida puerta ─exijo halando nuevamente la palanca.

─Recuerda que me debes tres favores ─me recuerda, presionando un botón que está cerca del volante, haciendo que la puerta a la que estoy halando se abra.



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En el texto hay: juvenil, romance, amor

Editado: 17.07.2018

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