Mi Querida Bestia [#1]

Capítulo 9

─Mi ropa no tiene nada malo ─aseguro viendo mi ropa, mi camisa de Nutella es espectacular.

Brad se ríe levemente ─solo mira tus zapatos ─con su dedo índice señala mis viejas Converse  ─. Solo quiero que te veas un poco... ─hace una pausa ─decente –sentencia con sus ojos puestos en los míos.

─Salte de mi habitación para poderme cambiar ─no quiero seguir discutiendo con él, solo quiero que me deje en paz.

Él camina hacia mí ─Necesito que estés listas en diez minutos ─sigue caminando, escucho que detiene sus pasos ─. Deberías limpiar tu habitación, es un verdadero asco ─sus voz es tan autoritaria que la rabia se apodera de mi cuerpo.

Me giro en mis talones para poderlo mirar, él también se voltea. ─Eso no es tu problema, esta es mi habitación y la tengo como me plazca ─me acerco a él –así que deja de meterte en mi vida.

Se vuelve a voltear ─apresúrate ─sale de mi habitación sin decir nada más.

Con rabia me quito mis zapatos ─Estúpido engreído –digo en voz alta. Me despojo de mis jeans y luego de mi camisa, camino hacia mi armario a ver si encuentra algo "decente".

En mi armario hay tres vestidos casuales, no me gustan para nada los vestidos mi madre los compra para que se llenen de polvo y de telaraña, por nada del mundo me pondré uno de esos vestidos. Finalmente decido vestirme con un pantalón de algodón negro, una camisa holgada color azul oscuro y unas zapatillas blancas.

Hago el intento de peinarme y salgo de mi habitación.

Brad está recostado a la pared cuando ve que he salido me mira de arriba abajo ─Un poco mejor ─murmura.

─Lo que sea que vayas hacer tienes que hacerlo rápido, mi madre llega de trabajar a las cinco y cuarenta ─explico cerrando la puerta de mi habitación.

Brad arregla su chaqueta negra y mira un precioso reloj dorado que decora su muñeca ─te prometo que estaremos aquí antes de las cinco ─con pasos firmes comienza a caminar a las escaleras, pongo mis ojos en blanco.

No digo una sola palabra, no quiero hablar con él.

Cuando llegamos a su moto, se sube a ella encendiéndola, yo también me subo, ya soy una experta en esto. 

La bestia me pasa su pesado casco ─póntelo.

Sin decir nada tomo el casco y me lo coloco.

─Sujétate de mí, Emily ─que mi nombre salga de sus labios me hace sentir una emoción estúpida.

Eres una mala persona Emily, me digo a mi misma, pensando en cómo brillaban los ojos de Sarah mientras hablaba de Brad.

Siento que las manos de Brad toman las mías, rápidamente me suelto.

─ ¡No quiero! ─exclamo.

Él suspira ─puedes caerte o hace...

─No me importa, no me sujetare de ti ─lo interrumpo.

Silencio...

─Como tú digas ─responde finalmente, coloco mis manos detrás de mí para sujetarme de algo.

La velocidad en la que maneja Brad es moderada, pensé que manejaría como el día que fuimos a la floristería, pero no es así. Cuando dobla en dirección a la gran casa que queda al final del vecindario me comienzo a asustar.

¿Para qué coño me está llevando a su casa?, me pregunto.

─ ¿Qué haces? ─grito, pero él no me responde.

Los enormes portones de la casa se abren y Brad entra en la casa de mis sueños, condice por un jardín espectacular, es demasiado grande, observo cada detalle es realmente hermoso, pasamos una fuente elegantísima, siento que la Bestia detiene la moto, sin necesidad que diga algo me bajo de la moto y camino a la fuente, estoy demasiado impresiona, nunca pensé entrar a esta casa.

─Es...hermosa ─susurro sin quitar mi vista de la fuente, mi mirada comienza a viajar al jardín, cada cosa es tan perfecta.

Escucho los pasos de Brad acercándose a mí. ─Luego puedes ver lo que quieras, ahora vamos tarde ─me toma por el antebrazo y yo me vuelvo a soltar de su agarre.

─ ¿Por qué me trajiste aquí? ─le pregunto posando mi mirada en sus ojos, la luz del sol hacen que sus ojos sean más hermosos de lo que ya son.

Me voy a podrir en el infierno.

El toca su nariz y cierra sus ojos ─Solo sígueme la corriente y ya.

─No, quiero que me expliques por qu...

─Eres una persona demasiado irritante ─me interrumpe.

Me rio sarcásticamente –si soy tan irritante déjame en paz ─contesto.

─Si te traje aquí es porque en serio necesito salir de...

─Joven Brad ─un señor con un elegante traje se acerca a nosotros. ─El señor Steve quiere que se apresure al comedor ya el señor Truswell ha llegado de su viaje. ─el hombre me mira y me sonríe, yo respondo su sonrisa.

─Vamos ─Brad me toma de la mano y me lleva a la entrada de la casa, las puertas son de madera.

Brad abre las grandes puertas y entra aun tomándome por la mano, en medio de la gran sala de la casa hay una lámpara gigante, estoy segura que esta lámpara es más costosa de lo que gana mi papa en un año de trabajo duro.

─Buenas tarde ─una mujer como de unos cuarenta años nos saluda al entra en la casa.

─Buenas tardes ─contesto, Brad no dice nada y sigue caminando, la sala de esta casa es más grande que toda mi casa.

El empieza a caminar más despacio al llegar a otras puertas de maderas, estas no son tan grandes como las de la entrada, pero aún me parece que son una exageración de puertas.



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En el texto hay: juvenil, romance, amor

Editado: 17.07.2018

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