Mi Querida Bestia [#1]

Capítulo 11

Narrado por Sarah Díaz:

Nunca en mi vida me había gustado tanto una persona como me gusta el chico nuevo del vecindario, es un chico tan perfecto e irresistible que ninguna chica se podría negar a él. No puedo olvidar cómo movía sus labios al ritmo de los míos, ese beso fue fantástico.

─¿En qué piensas Sarah? ¿En el chico tatuado? ─la voz de Andrea me saca de mis pensamientos, la miro y le sonrió de oreja a oreja.

─Si claro que estoy pensando en él ─confieso sin dejar de mirarla.

Emily que está sentada a mi lado se mueve un poco. Emily es una de las personas más importante en mi vida, desde que nacimos somos inseparables incluso me cambié de instituto para poder estudiar con ella, más que una prima es mi hermana.

─Pobre chico ─se burla Andrea tomando un poco de su capuchino.

Mi mirada viaja de Andrea a Emily ─Hoy iré a su casa ─suelto.

Andrea se ahoga con el sorbo de café que tenía en su boca, veo a Emily la cual me mira con sorpresa.

─¿A la casa de Brad? ─me pregunta Emily con sus ojos color café clavados en mí.

Tomo mi abundante cabello y lo echo hacia atrás ─si, quiero volverlo a ver ─lamo mis labios recordando como lo bese. ─Este chico me encanta ─una sonrisa fugaz aparece se va formando en mis labios.

Emily baja su mirada a su vaso de capuchino ya vacío , sé que está molesta conmigo por haber besado a este chico, pero es que si ella lo conociera me entendiera perfectamente.

─¿Creen que este bien que vaya a su casa? ─pregunto, necesito saber la opinión de mis amigas.

Andrea coloca su bolso en la mesa del comedor ─si de verdad te gusta este chico creo que estaría bien que vayas a su casa ─abre su bolso y guarda su desayuno ya que no tiene hambre ─. Pero recuerda no perder tu dignidad, eso lo tienes que tener claro ¿Entendido? ─me lanza una mirada de advertencia.

Muerdo mi labio superior ─No prometeré nada ─vacilo, Andrea pone los ojos en blanco moviendo su cabeza. ─Emily ¿Qué opinas tú? ─le doy un golpecito en el codo, su mirada se vuelve a posar en mí.

Se queda en silencio por unos segundos. Estoy segura que me dará un sermón, ella siempre me regaña por ser tan directa con los chicos, pero ya no tengo remedio, así soy.

─Si eso te hace feliz está bien ─ . Su respuesta me sorprende tanto que creo que estoy soñando, su mirada se ve perdida creo que le ocurre algo, me imagino que es por lo del señor Juan, la muerte de su abuelo la afectado demasiado.

─¿Estas hablando enserio?

Ella toma su cabello y lo acomoda a un lado ─Claro que si ─confirma.

La abrazo con fuerza ─Eres la mejor ─digo despegándome de golpe.

Emily me sonríe.

─Chicas debemos ir a clase ─exclama Anderson con preocupación, hace aproximadamente diez minutos el timbre nos informó que debíamos entrar, pero gracias a que Andrea no se ha terminado su capuchino no hemos podido entrar.

─Termina de tomarte tu capuchino Andrea ─digo tomando mi bolso y poniéndome de pie, Emily también se coloca de pie.

─Las esperaremos en el salón ─nos informa Emily tomando a Anderson por el brazo y poniendo en marchas sus pasos.

Veo a Andrea, la que ve a Anderson y a Emily alejarse.

─Te gusta Anderson ¿Verdad? ─mi pregunta deja a Andrea muda, me mira y baja su mirada. Desde hace tiempo he notado que Andrea mira a Anderson diferente a los demás chicos, es una chica muy orgullosa, así que estoy segura que lo negara.

De sus labios se escapa una risa bastante falsa ─estas loca ─su voz tiembla un poco.

Me carcajeo con todas mis ganas ─ Si te gusta el Rori ─me rio.

Ella toma su bolso y se pone de pie. ─No sabes lo que dices ─comienza a caminar, sabía que no aceptaría que Anderson le gusta, pero soy insistente así que no descansare hasta que al fin confiese que Anderson es su Crush.

Comienzo a caminar detrás de ella hasta que llegamos al salón de clase.

Otra ves el infierno.

La profesora de historia comienza con la clase, hablándonos de Adolf Hitler nos explica que en su juventud soñó con ser pintor, intento dos vecen entrar a la Academia de Bellas Artes pero las dos veces fue rechazado y por esa razón termino invadiendo medio mundo y matando millones de personas. Que ironía.

Cuando salimos de clase caminamos juntos hasta la entrada del instituto para despedirnos de Andrea y Anderson que se quedaran esperando a sus padres los cuales pasaran por ellos.

─Puedes aprovechar de confesarle tu amor ─susurro en el oído de Andrea, sus mejillas se enrojecen al instante, me rio en silencio guiñandole un ojo.

Me despido de Anderson y Emily hace lo mismo, ponemos en marcha nuestro camino.

─Emi no se que me ocurre con este chico ─comento mientras caminamos.

Emily tiene su mirada frente al camino ─¿Con la...? ─rápidamente mueva su cabeza ─¿Con Brad? ─repone.

─Si con Brad. ¿Te ocurre algo? ─inquiero, me preocupa que Emily este pasando por algo y no quiera contármelo, aunque sé que ella confía plenamente en mí.

Ella pasa su dedo pulgar y su dedo índice por su nariz.

─Solo me duele un poco la cabeza ─responde.

─Aquí en mi mochila tengo unas pastillas para eso ─me detengo y comienzo a abrir mi bolso.

─No, no te preocupes...Ya me he tomado una ─me informa ella parándose junto a mí, cierro mi bolso y la miro sonriéndole.



#1028 en Novela romántica
#369 en Chick lit

En el texto hay: juvenil, romance, amor

Editado: 17.07.2018

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.