El sonido de mi IPhone hace que despierte de mi profundo sueño, con toda la flojera del mundo lo busco debajo de mi almohada, veo el número que me está llamando, no lo tengo registrado en mi teléfono así que lo dejo a un lado y vuelvo a hundir mi cabeza en la almohada. Cuando estoy a punto de volverme a dormir el fastidioso sonido vuelve a obligarme a abrir los ojos, con rabia vuelvo a meter mi mano debajo de la almohada y saco el estúpido teléfono.
─ ¡No sé quién rayos seas pero te recuerdo que hoy es sábado! ¡Así que déjame dormir en paz! ─grito frustrada.
Puedo oír la respiración de alguien del otro lado.
Voy a colgar y apagare el pinche teléfono para que NADIEE me vuelva a despertar.
Cuando estoy decidida a colgar escucho la voz que hace que mi pulso se acelere.
─Recuerda que hoy es la fiesta ─su voz es tan seca y distante como siempre, pero solo con escuchar eso me siento en mi cama con un ágil movimiento. ─ ¿Tienes que ponerte esta noche? ─me pregunta la autoritaria voz de Brad.
Yo paso una mano por mi rostro, pensando en cómo conteste a su llamada.
Soy la persona más maleducada de este planeta.
─Oye lo...lo siento, no tengo tu numero...
─Está bien Emily, tienes algo que ponerte esta noche ¿Sí o no? ─me interrumpe.
La verdad no había pensado en cómo me vestiría hoy. Si señores cuando era niña no quería ser una princesa, quería ser un Power Rangers.
─Si... claro que tengo que ponerme ─respondo tartamudeando como una imbécil.
Hay un breve silencio ─No tienes que ponerte ¿Verdad? ─me pregunta Brad con la voz un poco fastidiada.
─Ya te he dicho que sí.
─Definitivamente no tienes una mínima idea de lo que te pondrás –─confirma el –─. Voy saliendo a tu casa, esta lista en diez minutos –ordena.
─ ¡No tú no puedes venir a mi casa! ─Exclamo, poniéndome de pie de mi cama –─, mi madre te mataría.
─Entonces te esperare en la esquina del vecindario, está allí en diez minutos.
─Pero... ─escucho como cuelga la estúpida llamada dejándome hablando sola.
Despego mi teléfono de mi oreja y veo la horrible pantalla con cara de sorpresa.
─Vete a la mier... ─no termino la frase y sin más dejo mi IPhone a un lado.
Froto mis ojos con las palmas de mis manos.
Veo mi cama y siento como me llama para que sigamos viviendo nuestra hermosa historia de amor. Amo con toda mi alma mi cama.
Por un instante pienso en acostarme a dormir nuevamente y no ir a verme con La Bestia, pero recuerdo que Brad tienes serios problemas mentales y podría venir hasta mi casa a buscarme así que decido irme a bañar para soltar toda esta flojera que tengo dentro de mí en estos momentos.
Cuando termino de ducharme decido vestirme lo más cómoda posible, con un pantalón de algodón negro, una camiseta holgada blanca y mis converse negras. Que viva la ropa cómoda.
Salgo de mi habitación, no escucho ninguna discusión así que estoy segura que mi madre y mi padre aun duermen, para asegurarme que estoy en lo correcto camino a su habitación y efectivamente todavía duermen.
Comienzo a caminar a las escaleras, me iré sin pedir permiso, no quiero despertar a mis hermosos padres. Puedo ver a lo lejos a La Bestia montado en su moto, mis ojos se centran en sus brazos, uno de los tantos tatuajes que tienes en sus fuertes brazos hace que mi atención se centre por completo en él, este tatuaje lo tiene dibujado en gran parte de su antebrazo es un rostro el cual se divide en dos del lado derecho se puede ver el rostro de Satanás (El diablo), mientras que en el lado izquierdo se ve el rostro de Dios, considero que es un tatuaje lleno de tabú ya que según la Biblia Dios y Satanás son completamente diferentes.
─Hasta que por fin ─habla Brad cuando llegó por completo a donde está él, yo quito mi mirada de su tatuaje y lo miro a los ojos.
─ ¿Para qué me pediste que viniera? ─pregunto, cruzándome de brazos.
─Móntate ─exige haciendo un movimiento con su cabeza.
─¿Para qué?
Él suspira cerrando sus ojos levemente.
─Solo hazlo Emily ─su voz se torna suave.
─Dime ¿Para qué?
Sus ojos se vuelven a posar en mí, están lleno de un brillo que no distingo.
─Eres la persona más tediosa que he conocido en mi vida ─comenta.
─ ¡Ja! Y tú eres la persona más imbécil que he conocido en mi vida ─me defiendo.
En sus labios se expande una sonrisa. ─Termina de subirte a la moto ─me dice sonriendo. Que maldita sonrisa tan perfecta.
─Hasta que no me digas a dónde vamos...
─Por favor ─esas dos palabras hace que mi corazón comience a latir con mucha más intensidad, desde que conozco a Brad nunca lo había escuchado decir «Por favor». Me quedo realmente sorprendida.
─ ¿Qué acabas de decir? ─digo acercándome más a él. Puedo darme cuenta como los músculos de su rostro se tensan.
─Emily solo súbete a la moto ─contesta sin contestar mi pregunta, su mirada se intensifica.
Sin darme cuenta camino hacia la parte de atrás de la moto y me subo, el me entrega su casco, yo me lo coloco sin poder sacar de mi cabeza las palabras que salieron de sus labios «Por favor». Cuando pone la moto en marcha lo rodeo con mis brazos, ya no lo tomo tan fuerte como la primera vez que me subí, pero como él maneja como un Psicópata es necesario tomarlo por su costosa camisa.