Mi Querida Bestia [#1]

Capítulo 26

La verdad de todo esto es que no debo estar pensando todo el día en Brad en cómo me mira, en como sonríe, en cómo se enoja, no debería haberme enamorado del chico del cual está locamente enamorada mi prima. Todo esto lo estoy pensando mientras escucho a Sarah hablando con emoción sobre lo mucho que le gusto el departamento de Brad, nos dice que es un departamento espectacular. No tenía ni idea que Brad tuviese un departamento.

─Ese chico en serio tiene una vida perfecta ─habla Anderson, cuando Sarah deja de hablar de Brad como si fuese un Dios.

Sarah mira a Anderson, expandiéndose en su rostro una sonrisa cerrada ─todo él es perfecto ─asegura.

─ ¿Y qué hicieron en el departamento? ─pregunto, mirando a Sarah con determinación.

Seguramente se han besado ciento de veces.

La imagen de Brad besando a Sarah se viene a mi cabeza, haciendo que me sienta mucho más miserable de lo que ya me siento por estar engañando a mi prima de esta forma.

Sarah piensa un poco antes de responder a mi pregunta.

─Nada...solo estuvimos en su departamento y ya ─responde un poco insegura de lo que está diciendo, Andrea tose dramáticamente dándome a demostrar que Sarah está mintiendo en lo que me está diciendo.

Miro a Andrea para luego viajar mi mirada hasta Sarah la cual la evade.

─¿Sarah me estas mintiendo? ─le pregunto.

¿Cómo puedo hacerle esa pregunta a Sarah cuando yo he sido la reina de las mentiras? Soy la peor.

Sarah clava su mirada en la mía, sonriéndome ─juro que pronto te contaré absolutamente todo –dice acercándose a mí, fulminando con su mirada a Andrea la que le sonríe maliciosamente. ─No es nada malo ─agrega Sarah sentándose a mi lado.

En estos momentos mi cerebro comienza a trabajar a 1000 por hora. Me imagino cualquier tipo de cosas, a Brad tomando por la mano a Sarah mientras se ríen a carcajadas, Sarah encima de Brad arrancándole la camiseta, Brad tomando a Sarah por la cintura mientras la besa apasionadamente.

─Oye Emi, sabes que te quiero ─dice Sarah, abrazándome con fuerza. Muevo mi cabeza para intentar sacar de mi mente todas esas imágenes.

No respondo al abrazo de Sarah, solo estoy ahí tratando de no sentirme mal por todo –creo que deberías contarme lo que está pasando ─digo casi en un susurro.

Ella se despega de mí, posando sus ojos azules en los míos.

─No debes preocuparte, todo esta excelente ─dice tranquilamente, ella se levanta. ─Necesito ir al baño, Andrea tú también quieres ir ¿Verdad? ─le pregunta mirándola directo a los ojos.

Andrea la mira por unos segundos ─no gracias esto... ─Sarah la toma por la mano y la obliga a ir con ella.

─ ¡Nos vemos en el salón! ─nos grita Sarah cuando está a una distancia alejada.

¿Brad y Sarah han tenido relaciones? Esa pregunta hace eco en mi mente.

Anderson se sienta a mi lado ─Emily ¿Me puedes decir que te sucede? ─inquiere.

─Es por...La Bestia ─murmuro con mi mirada perdida.

─ ¿Qué bestia? ─mi mirada se posa en Anderson el cual me mira extrañado.

Me levanto de la banca ─No me sucede nada, Anderson ─exclamo, voy a poner en marchas mis pasos pero Anderson me toma por el antebrazo.

─Claro que no estás bien, Emi ─habla sin soltarme ─. Primero, tu mirada es completamente diferente a la mirada de la Emily que conozco. Segundo, me has dicho que estas así por una Bestia y tercero, me has gritado mientras me decías que no te sucede nada ─su ceja derecha se eleva.

No puedo seguir fingiendo que no me está sucediendo nada, no puedo seguir sonriendo mientras digo que todo está bien cuando en realidad todo está mal.

Dejo escapar todo el aire de mis pulmones, volviéndome a sentar junto a Anderson.

─Está bien te contare todo ─suelto, bajando mi mirada al piso.

Le cuento absolutamente todo a Anderson, siento como si me fuese quitado veinte kilos de encima. La expresión de Anderson es de sorpresa.

─Espera, espera ¿Entonces me estás diciendo que él Brad de Sarah es el mismo que el tuyo? ─me pregunta con su ceño fruncido.

Tapo su boca con mi mano ─Cállate ─digo, quitando mi mano de su boca –él no es mío, esto pronto acabara y olvidaré todo esto ─trago saliva, pensando en que solo quedan unos días para que Don Bill se marche ─. Si la felicidad de Sarah es Brad debo dejar atrás todo, ella merece ser feliz.

─¿Y Brad no es tu felicidad? ─la pregunta de Anderson me deja sin palabras. Solo imaginar a Brad sonriendo me llena de felicidad ─. Emi, yo creo que debes contarle todo esto a Sarah, ella debe saberlo.

─No ─contesto con firmeza ─después de que el abuelo de Brad se vaya las cosas volverán a estar bien –le aseguro, el timbre nos informa que debemos volver a clases. ─Por favor no quiero que más nadie sepa esto ─agrego mirando a Anderson a los ojos, después de unos segundos suspira levemente.

─Está bien. Solo pienso que debes pensar más en ti ─explica, poniéndose de pie para ir a clase.

Le sonrió ampliamente ─gracias por siempre escucharme ─me levanto y lo abrazo con fuerza.

No sé qué haría sin Anderson.

Anderson acaricia mi cabello ─siempre puedes confiar en mí ─murmura, me despego de su cuerpo y sin más comenzamos a caminar a nuestro salón de clase.



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En el texto hay: juvenil, romance, amor

Editado: 17.07.2018

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