Mi Querida Bestia [#1]

Capítulo 40

Mañana me iré, mañana estaré viajando a Australia.

En estos últimos meses han ocurrido muchas cosas tanto buenas como malas, Don Bill falleció hace aproximadamente dos meses, eso afectó demasiado a Brad pero he hecho mi mayor esfuerzo por ayudarlo a superar ese dolor, en el momento que leyeron el testamento de Don Bill se supo que él quiso que la mitad de su herencia fuese entregada a Brad, al principio Brad se negó a tomarla pero después de hablar mucho con él aceptó lo que su abuelo le había querido dejar.

Nuestra relación en estos momentos es tan maravillosa y especial, que el tiempo se ha ido volando ya que solo tengo un día para estar junto a él, hoy el dolor de mi pecho es insoportable, no puedo creer que me tendré que ir, simplemente no lo acepto.

Mi teléfono me informa que Mi Querida Bestia me está llamando, con solo ver su contacto en la pantalla de mi teléfono automáticamente alegra mi día.

─Mi Querida Bestia ─lo saludo, sonriendo de oreja a oreja.

Escucho una leve risa del otro lado del teléfono ─hola Mi Perfecta Mendiga ─responde. ─Hoy quiero llevarte a un sitio que sé que te encantara ─agrega.

Me siento en mi cama sin dejar de sonreír ─ ¿A dónde me llevará el señorito Truswell? ─cuestiono con voz burlona.

─Eso es una sorpresa ─contesta ─pasare por ti en media hora, te quiero ─escucharlo decir que me quiere enserio hace que me sorprenda, es la primera vez que me lo dice y no sé qué responder de la emoción. ─Adiós ─cuelga la llamada al ver que me he quedado muda. Quito mi teléfono de mi oreja.

─Ha dicho que me quiere ─me digo en un susurro ─ ¡Lo ha dicho! ─exclamo saltando con emoción, en estos momentos me siento como una niña cuando le dicen que le compraran dulces.

Con toda la emoción dentro de mí me meto al baño para ducharme, cuando salgo decido vestirme con unos jean, la camisa que me regalo Brad la cual costo 1500 dólares y unos tenis negros, aplico un poco de crema para peinar en mi cabello y lo peino y por ultimo aplico un poco de maquillaje en mi rostro. Veo la hora en mi teléfono y me doy cuenta que ya ha pasado más de media hora así que bajo corriendo por la escaleras, escucho a mi madre y a mi padre hablando en la cocina pero no entro a saludarlos, solo salgo de la casa sin mirar a mi alrededor.

Al salir veo a Brad recostado de su moto con sus brazos entrelazados, su mirada se clava en la mía y puedo sentir como mi estómago hormiguea, siempre que veo sus ojos es la misma sensación. Brad va vestido con un pantalón color vino, una camiseta negra, tenis blancos y como siempre un impresionante reloj decora su muñeca.

─Siempre debo esperar ─me reprocha cuando llego a su altura.

Lo miro con desdén ─ese es el precio que debes pagar por ser mi novio ─bromeo y beso sus labios.

Él asiente con su cabeza ─entonces vale la pena esperar ─responde, sonriéndome con dulzura. Él me entrega su casco y se sube a su moto, yo me coloco el casco y también me subo detrás de él, rodeándolo con mis brazos y él pone en marcha su moto. Esta vez mientras lo voy rodeando con mis brazos lo apretó con fuerza ya que sé que hoy será el último día que me subiré a esta moto y que lo rodeare con mis brazos como lo estoy haciendo en este momento. En pocos minutos llegamos a nuestro destino. Cuando Brad detiene su moto suelto mi agarre y miro a mi alrededor para poder ver donde me trajo La Bestia. Cuando veo la palabra Zoológico me emociono tanto que me bajo de la moto con un solo movimiento.

─ ¡Dios! Siempre quise venir a este zoológico ─exclamo, quietándome el casco que cubre mi rostro.

─Lo sé, Emi ─responde Brad, bajando de su moto. Yo le entrego el casco y tomo su mano libre para halarlo a la entrada del zoológico. Este Zoológico tiene algo muy particular ya que aquí puedes tocar a algunos animales y a otros los puedes ver de muy cerca, siempre soñé con venir aquí pero como ya saben soy pobre y nunca en mi vida podría pagar la entrada.

Al recordar el precio de la entrada detengo mis pasos ─este zoológico es muy caro, Brad ─hablo ─. Mejor nos vamos, no quiero que gastes esa cantidad de dinero en...

Esta vez en Brad el que me hala a mí, haciendo que deje de hablar ─ya compre las entradas así que no te preocupes ─dice mientras sigue caminando. Al llegar a la entrada Brad saca de su bolsillo dos entradas y se las entrega a la chica que está en la entrada, esta chica mira a Brad como si nunca hubiese visto a un chico en su vida, lo está desnudando con su mirada, ya estoy acostumbrada a esto así que no me afecta además no debo ponerme celosa porque confió plenamente en él.

La chica mira nuestras entrada y luego vuelve a mirar a Brad ─espero que usted y su... ─su mirada se posa en mí, mirándome mal.

─Mi novia ─dice Brad con voz fría ─ella es mi novia y no me gusta la manera en que la estas mirando ─sentencia haciendo que la chica lo vuelva a mirar.

─Yo...lo siento ─titubea ella con nervios ─espero que usted y su novia la pasen genial ─agrega bajando su mirada.

Brad y yo terminamos de entra al parque ─creo que no debiste ser tan...directo ─digo, sintiendo un poco de pena por la chica.

─No me gustó la forma en la que te miro y debía decirlo ─confiesa y seguimos caminando, pongo mis ojos en blanco, Brad nunca va a cambiar.



#799 en Novela romántica
#306 en Chick lit

En el texto hay: juvenil, romance, amor

Editado: 17.07.2018

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.