Mi querida influencer

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La luz seguía sin volver y continúabamos sumidos en la oscuridad, pero por suerte todos esas ideas de que algo malo me podría pasar si las cosas seguían asi habían desaparecido.

La estaba pasando demasiado bien junto a Caleb compartiendo historias y recuerdos. Conociendonos mejor como el decía.

-Es tu turno.

-Ya te conté todo sobre mí-dije.

-Pero ahora quiero que me cuentes una historia vergonzosa.

-Algo vergonzoso?

-Exacto.Algo con lo que te sientes mal al contarlo. Que te haya marcado para toda la vida.

Sabía a que se refería. Contaría la historia de como había conocido a mi ex.

Aquella lluviosa noche en que mi tacón de mis hermosos zapatos me abandonó en un momento crucial de mi vida.

-Bien pero debes prometer que no te reías.

-No prometo nada.

-Cretino.

-Ya he escuchado eso antes . Demasiadas veces.

-Okay. Todo ocurrió hace unos años atrás. Estaba de paseo por Barcelona junto a mis amigas, recién salíamos de la secundaria y estábamos disfrutando de nuestras primera vacaciones solas. Nos sentíamos libres, feroces y creíamos que nos podíamos comer el mundo.

Su mirada intensa me hizo revolverme en la silla.

-Una noche-continué-Decidimos que era una buena idea ir a tomar una cerveza a la peatonal que estaba cerca del lugar donde nos estábamos quedando. Nos arreglamos, demorándonos más tiempo de lo que esperábamos y cuando llegamos al lugar todas las mesas estaban ocupadas.

-Qué mala suerte.

-Lo sé. Y eso no es nada. Una torrencial lluvia empezó a caer. Y adivina qué? No llevábamos paraguas con nosotras por lo que nuestro pelo se arruinó y parecíamos mapaches que nos habíamos metido en una gran pelea , con todo nuestro maquillaje corrido.

-Hubiese pagado por ver eso.

-Repito.Eres un cretino-dije riendo. No importa. Lo que importa es lo que sucedió luego. Derrotadas , y cansadas nos dirigimos al hotel nuevamente .Mientras íbamos tambaleándonos por la calle , uno  de mis tacones de unos hermosos zapatos rojos se clavó en las rendijas de una alcantarilla o algo así y se quebró.

-Que mal.

-Lo sé. Si no hubiese sido por que alguien pasaba por allí habría terminado con raspones y dientes rotos.

-Vaya un caballero en un corcel blanco fue quien te salvó.

Bajé mi mirada y la tristeza reinó en mi pecho al recordar ese momento con tanta vividez.

-Algo así.Lo fue durante un tiempo.

-Y qué pasó?

-Me dejó por otra cuando se cansó de mi y aquí estoy hablando contigo sobre él y nuestro primer encuentro bajo la luz de la velas y sintiéndome mal por recordar todo tan bien.

Tomó mi mano entre las suyas y esta vez no la soltó.

-Descuida. No todos los hombres somos iguales. Lo prometo.

Y algo en sus ojos me dio ganas de creerle.

 

 



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En el texto hay: comedia, amor, pandemia

Editado: 23.12.2021

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