Mi querido alfa

Capítulo 18

#2

Enzo

Mi luna, mi alma gemela, sonrisa cautivadora. Solo mía. Ana, cabello rojizo, ojos azules, aroma hipnotízate. Esa es la loba que ha llevado mi vida.

Un abismo se ha convertido mi existencia, la cual la única salida es ella. Un puto abismo del cual cada día me adentro más en él, nunca en mis cinco mil años he estado al bode de la locura, ella es el aire que necesitó para vivir.

 —Ana, ¿en qué has convertido mi vida?—una pregunta sale de mis labios, es tan obvio que nada más ella tiene la respuesta, no está.

Un entusiasta hibridó de cinco años, corre a mis brazos, los cuales abro gustoso de recibirlo.

 * No me causa confianza, aléjalo de nosotros.* gruñe Maximus.

* Pero es un cachorro.*defiende Maslo.

 * Odio su especie.*

* Basta es un cachor...*hablo pero soy interrumpido.

*¡Te equivocas, él no lo es un cachorro!.*aúlla Maximus.

* Deje sus estupideces.* hablo, pero mi alfa no acepta a Alex, su instinto hace odiarlo.

El pequeño en mis brazos me da un fuerte abrazo, con sus hermosos ojos rojos con destellos naranjas me miran. Si ya este pequeño se ha robado una parte de mi duro corazón.

— No vuelvas a irte, me insiste falta.—sus grandes ojos se empaña, ya que una lágrima amenazo por salir.

— Yo más.— con mi mano revuelvo un poco su cabello rizado.

* lo odio, con mis colmillos desgarraría su cuello, el problema es que Ana me odiaría.*gruñe Maximus.

* Maximus.*le hablo en forma de advertencia. Tomo a Alex en mis brazos, dirigiéndome al comedor.

Unos siglos atrás, los vampiros y los lobos hicieron un trato donde se respectaría la vida de cada miembro.

Pero siempre hay uno que otro se sublevan a las leyes impuestas y con esos grupos son los que nos permiten matar.

El pequeño mira con su mirada curiosa, las expresiones de mi rostro. Camino por el pasillo.

— Alfa.— Heder, es una loba que se encarga de servirnos.— los esperan en el comedor.

— Quiero comer.— él frunce, el ceño al hablar.

— Si este pequeño, no apestara a vampiro, pensaría que es tu cachorro.— bromea Izan.

* No, este no es mi cachorro.* gruñe Maximus.

— Idiota.—le replico, Izan toma a Alex en sus brazos, Con su mano libre agarra las mejillas, la aprieta. En el comedor están mis padres sentados en sus lugares, Izan y Alex tienen una lucha a mis espaldas.

— Suéltame, lobo malo.—Se queja Alex.

Mi beta es un cachorro. No, no se comporta como un lobo adulto, en tantos años que hemos compartido ha sido igual. Ellos son mis hermanos, mis consejeros.

Izan, él siempre me seguirá así sea una locura.

Joel, era el más tranquilo y de carácter doblegado, él es la vos razonable de mi conciencia (mi segunda conciencia) así lo considero, pues sus consejos me han ayudado.

Solo la diosa luna, sabe cuantas travesuras hicimos, pues éramos tres cachorros libres en un bosque. Los centinelas eran nuestros blancos.

— A comer, Izan, suelta al pequeño.— demanda mi madre.

En el comedor nos sentamos cada uno, en su sitio la comida es un delicioso 'civet' (plato francés, su principal ingrediente es la carne de caza). El venado lo cazo, Milo, el alfa de mi padre, durante un recorrido por las fronteras.

— Todos los documentos están revisados.— afirma mi beta Joel.

* Vamos ahora que esperas, quiero tenerla cerca de mí.*ronronea Maximus.

* Ella nos espera mañana.*

* Vamos, ella se sorprenderá.*habla Maslo, le doy vueltas al asunto. Mi luna estaría feliz de vernos.

— Joel, me acompañara, Izan se quedara pendiente de la manada.— declaró, me apresuro a salir del comedor dirigiéndome al los escalones, los cuales subo de dos en dos.

En mis aposentos saco una maleta en la cual pongo algunos trajes, jean, camisas y ropa deportiva.

* Joel, ya tienes tus pertenencias listas.* hablo mediante el enlace.

* Todo listo, Alfa.*pongo los ojos en blanco. Ellos son mi familia, no tienen porque llamarme así.

* avisa a Otsana.*cierro el enlace. Otsana, es una bruja de tres mil doscientos años. Su cabello es negro y sus ojos grises es de poca estatura.

 [...]

Nos adentramos al bosque, las ramas y hojas secas crujen con cada paso que damos.

El olor a cedro que desprende los árboles, el cantar de los pájaros hace que el bosque esté en armonía.

Unos doscientos metros más y a lo lejos puedo ver a Otsana quien está en acostada en un tronco de árbol (Marta tuvo que presentarse ante el rey de los brujos) al llegar a su lado ella se sienta y nos mira.

— alfa, delta.— hace una reverencia.

— Otsana, al lugar donde Joel te indico.—hablo cortante. * Dile que lo haga ya.*demanda mi alfa. No respondo a mi alfa, ya que Otsana recita 

— Zeiță lună, implor ajutorul tău, binecuvântează fiecare cale pe care o parcurgem astăzi că acolo va fi ușa turmei lunii albastre (romano)— Al recitar cada palabra un remolino aparece a unos pasos, el cual desprende una luz brillar.

Ella, nos indica que caminemos asia él, al chocar, mi cuerpo se siente pesado al abrir mis ojos, puedo observar a mi alrededor, miles de olores golpean mis fosas nasales, pero el olor Sequoiadendron es delicioso.

 — Alfa, me retiro.— Otsana hace una reverencia y vuelve al portal así desapareciendo de nuestra vista.

— ¿Cuánto crees que tardaran en aparecer?.— pregunto a mi delta.

— Un minuto tal vez...—un aullido de alerta se escucha muy cerca de nuestra ubicación.

Los centinelas aparecen, mostrando sus colmillos y gruñendo. Su líder hacer conexión con nosotros.

* Está en territorio de la manada luna azul.* gruñe el lobo gris.

* Somos invitados del alfa.* gruñe mi delta.

* No puedo permitir su paso.*

* Más respecto a su alfa.*gruñe Joel.

* Él no es nuestro alf...* un gruñido sale de mi interior, mis ojos se ponen negros, los lobos bajan la cabeza en señal de respeto.

Un lobo negro con manchas cafés aparece a la vista, al darse cuenta de nuestra presencia se detiene de golpe.




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