Mi querido alfa

Capítulo 31

ENZO

— Tómalo como una recompensa por salvar a mi pequeño brujo.

— habla el Hechicero Nicolás. Lo que Nicolás le dijo a ella la ha afectado, más tarde preguntaré Abrazo a Ana y la apego a mi cuerpo, ella solloza.

* ¿Qué demonios le hizo?.* gruñe Mazlo.

Absorbo el olor a fresa, que ha sido el Mejor olor del mundo, el cual desierta mis sentidos.

— Alfa, para mí sería un placer firmar con usted otro tratado de paz.— Lucia se dirige a mí.

—Tu padre contó con mi ayuda muchos años y tenemos una buena amistad, espero con usted sea igual.— Nicolás.

—Será un honor.— admito, no sé que tan estrecha era la amistad entre ellos.

— Tomen asiento.— habla mi padre.

Ellos se acercan al sofá, Nicolás toma a Alex sé sus brazos y él se acurruca en sus brazos, él besa su cabello.

— Gracias por darle sangre a mi pequeño.— menciona lucia.

— Él lo necesitaba y yo pude dársela.— responde mi luna.

— Joder, luna eres una valiente, yo llevo siglos y aún me da temor.— bromea Nicolás,haciendo que la reina Lucia le dé un puño en su brazo.

Despues del mal rato que pasamos, ellos empiezan a hablar con tanta familiaridad y confianza, es como si resultaran los grandes amigos de siempre.

— Bien que te gusta y pides que te muerda.— Lucia le guiña un ojo.

— Extrañé tanto su sentido del humor.— interrumpe mi padre.

— Como los viejos tiempos, aún no puedo creer que este hechicero sea tu tua cantante.— habla Sofía, mi madre.

— Ja, ja, ja, es mi amor— suspira la reina Lucia.

— Nunca cambiarán.— menciona Gael .

— Gael , tú no digas nada recuerdo que en cada parte de este bosque se escuchen tus gruñidos de pasión— Nicolás.

— Me consta.— mi padre.

— Era un lobo recién aparecido.— Gael.

—Papá, eso es demasiada información.— se queja Izan. Todos se ríen de la expresión de asco de mi beta, Izan tiene sangre de beta, su papá ha sido el beta del mío, durante algunos milenios.

— dígame quien se cansara de su mujer, solo yo porque ella nunca se cansa y yo no soy vampiro y...— Habla Nicolás abrazando a su pareja.

— ¡Nicolás!.— le advertí.

La charla apareció un rato más hasta que llego el momento de despedida, Alex abraza un rato a mi luna.

— Alejandro es hora de partir.— habla Nicolás.

— Vampibrujo, en un futuro no muy lejano volverás a verlos, pero hoy debes venir con nosotros.— le sonríe Lucia.

— No quiero mami.— lloriquea.

— Alejandro, es una orden.— Habla Nicolás con autoridad.

— Alex, en pocos meses…— no escucho lo último porque mi luna le susurro muy suave, pero la alegría de Alex hace que mi seño se frustra.

— Gracias Ana.— Alex.

— A ti pequeño, siempre estarás en mi corazón porque una parte de él te la robaste.— gruño por las palabras de Ana.

* Su corazón es solo mío.* gruñe Maximus .

*Nuestro.* gruñe Mazlo.

Alex ha sido un gran compañero de juegos, será un gran rey el cual me aseguro que cuando sea grande declare los reinos en unión y el tratado de paz será inrompible.

Él se acerca y me dan un gran abrazo y sus ojos grises con destellos rojos me miran, no sé si será con agradecimiento o admiración.

— Fue un placer.— susurra separándose de mí y extendiendo su mano para que la tome.

— El placer fue mío.— le doy un apretón de mano.

Ellos se ponen de pie y se toman de las manos y antes de llegar a la puerta desaparecen.

Ana derrama lágrimas, su aroma es de tristeza, la atraigo a mi regazo y le acaricio su larga cabellera roja.

Mientras mi mente, recuerda las palabras de Marta sobre la infiltración de información, tengo que proteger a Ana y adelantar la unión de las manadas, no dejaré que Ana regrese, vida gira en torno a ella.

Me preocupa su bienestar y mi naturaleza exige protegerla, yo soy un alfa el cual se encarga de cuidar, proteger a mi manada.

* Ella no sé ira, conmigo estará más segura.* demanda Máximo.* Este gruñón tiene razón unos días menos, no alterará el orden* Mazlo.

— Mon précieux .(preciosa mía)— llamo su atención. Ella me mira directo a los ojos.

— Odio el francés.— una carcajada resuenan en el lugar ya mí me encanta cuando arruga su nariz, esas pecas, malditas pecas las cuales no he podido contar.

* No se atrevan a decir que significa.* demando por el enlace con el grupo del despacho.

— No puedes volver a luna azul.— mi voz sonó más ruda de lo que pretendía.

— Lo sé.— susurra.

— En tres días toda la manada será trasladada.— habla mi padre.

— Aquí estarán a salvo.— Sofía.

Si nuestra edad ha servido para entrenar cada táctica.

— Tenemos centinelas muy preparadas para una defensiva.— agrega Gael.

— Los pondremos en alerta y cualquier movimiento sospechoso, serás protegido y llevado a la sala de seguridad.— Erick.

— Pero.— Ana.

¡Casaré a esos hijos de puta! No saben dónde se están metiendo.

* ¿Qué empieza la cacería?* gruñe Maximus .

* Nos encargaremos de hacerlos pagar.* aúlla Mazlo.

— Nada de peros, es lo más viable.— la corta Sofía.

Me quede en silencio unos minutos, escuchando los comentarios de mi familia y su forma de encontrar al maldito espía. ¿Quién será y porque nos ha traicionado? Y creo tener el nombre de la espía "Casandra".

Las palabras que escucho a continuación me aliena.

— En un mes habrá acción.— menciona Lían.

— La primera cabeza que arrancaré será la tuya.— apretó mis dientes para hablar.

—Creo que se lo merece.— menciona mi luna.

Sonrió internamente, por fin podremos tener mi luna y en diferentes posiciones, en cada lugar de mi castillo.

[...]

Paso la mayor parte de la tarde con mi familia y amigos, hablando de que a mi manada le ocultaremos el nombre de mi luna hasta que encontremos a nuestro espía." Casandra." Ese nombre no deja de resonar en mi subconsciente.

Mazlo , sus gruñidos mantienen con dolor de cabeza.




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