Mi querido alfa

Capítulo 32

Maratón 1 

ANA

Enzo me dio un regalo hermoso, era una cadena de oro blanco con un dije de una luna que se pone de color azul cuando hay oscuridad.

Enzo me explico que fue un regalo que le dio la diosa luna.

Los días siguientes, hable con Meri, ella me ha contado sobre su relación con Joel, me alegro de que su relación este cada día mejor, además la sorpresa que se llevó al darse cuenta de que esperaba a su cachorro, chillo pataleo y maldijo.

Ahora es alegría y solo habla de su cachorrito.

El sonido de la puerta del salón de clase cuando se sierra me saca de mis pensamientos.

— Buenos días.— Saluda una loba de buena contextura física.

— Buenos días.— saludamos.

— Si tenemos dos nuevas alumnas, serian tan amables de ponerse de pie y presentarse.— la loba se dirige a nosotras.

— Mi nombre es Meri Dubois.— se presenta mi amiga.

— Eres la mate del delta Joel Dubois.— pregunta una rubia de ojos miel.

— Así es.— responde Meri.

— Mi nombre es Ana Sofía Höchste.— me presento.

— Señoritas, es un placer conocerlas y espero que les vaya de maravilla.—luego escribe en el tablero, las siguientes palabras.

"Unión de lazos de un alfa real milenario y su luna."

La mayoría suelta silbidos y la profesora los regaña.

— Pregúntele a Olivia.— grita un chico.

— ¿por qué a mí?.— reclama la rubia de ojos color miel.

— Tú fuiste su novia amante.— grita alguien.

* Si abre la boca la asesinaré.* gruñe Asly.

* Ese es su pasado, nosotras estamos ahora con él, somos su mate.* le regaño.

* No me importa.* Asly.

— Ya por favor, respeten a su luna.— habla la profesora.

Se ha hablado del ritual, como se hace y cuanto dura el nudo del alfa, por supuesto esta información ya la tenía, pues mi alfa se encargó de contarme.

— Pobre luna, yo después del segundo orgasmo ya estoy de muerte— murmuran.

La clase siguió normal y al terminar salimos a tomar el almuerzo.

La cafetería era un caos, mesas llenas de lobos hablando sobre sus vidas.

Al acercarnos a recoger nuestros almuerzos caminamos una mesa que está vacía y al llegar nos sentamos y hablamos de algunas cosa hasta que somos interrumpidas por Olivia que se sienta en nuestra mesa.

— Hola, soy Oliva.— se presenta con una sonrisa sincera.

— Hola.— Saludamos.

La charla fue muy divertida, Meri se atrevió a preguntar sobre la relación que tuvieron Enzo y ella.

Nos habló que si habían tenido una relación, pero no duro mucho, ya que ella encontró a su mate.

                [...]

Hoy hace tres semanas mi manada se mudó, ya está ubicada en sus casas, pero antes de venir aquí se les dio la orden de no hablar de mí.

Fue algo difícil para algunos miembros por el cambio tan repentino, pero del resto todo está bien, la mayoría ya se adaptó, y hacen sus vidas normales.

En cuanto a mí estoy aquí en el pasillo esquivando a los centinelas, pues hace dos semanas mi alfa y yo decidimos empezar con la preparación para el aparearnos (esto dura un mes.) En resumen no podemos dormir juntos y está prohibido cualquier acercamiento físico (sexual)

* Nos van a descubrir.* ríe mi loba.

* No lo harán y cállate concéntrate en ocultar nuestro olor.* le regaño.

* Somos unas ladronas.*

* Asly, solo queremos su olor.* me detengo de golpe al encontrar a Teo de espaldas a mi cerca de los aposentos de Enzo.

* Maldición.* chilla mi loba.

* Esperaremos hasta que se vaya.* susurro.

Unos minutos después él se retira y yo puedo entrar a sus aposentos, su olor envuelve mi cuerpo como una manta.

Cada célula de mi cuerpo relaciona "mm, mm." Dos gemidos salen de mis labios.

Mi entrepierna se humedece. Me acerco a la cama y me tiro sobre ella.

Mi mano sé cola en mi sudadera deportiva, hace días no hacemos esto y mi cuerpo lo pide a grito.

* En serio vamos a hacer esto.* regaña mi loba.

* Haré lo que mi alfa hace.* chillo al tocar mi clítoris haciendo pequeños círculos, cada sensación incrementaba la presión en mi vientre, mis jadeos se escuchan en la habitación, estoy a punto de estallar.

 

— Ana.— su voz ronca interrumpe mi glorioso orgasmo.

* ¡Ooh nos descubrieron!.* ríe mi loba.

— Enzo.— mi voz sale como un chillido.

En un movimiento rápido se acerca y saca mi mano de mi entrepierna y se la lleva a la boca," mm."

— No vuelvas a tocarte.— me exige acercándose. — yo soy el único que puede hacerlo.— su respiración rosa mis labios.

* literalmente él era el que nos tocaba.* grita mi loba.

* Callate, no sé lo diré. *

* No te preocupes ya se lo dije a mi alfa.* ríe mi loba.

* ¿Qué fue lo que hiciste?*le grito a Asly.

*Eres una cobarde.* ella cierra la conexión.

— Te necesitó a ti.— balbuceo.

—¿Qué haré contigo?— habla mientras se acomoda en medio de mis piernas.

— Lo que tú quieras.— no, no pensé antes de hablar.

— ¿Lo que quiera?— Enzo gruñe.

Los golpes en la puerta interrumpe nuestra conversación.

— Alfa es hora de salir a patrullar— habla Teo.

Esa es una forma de advertirnos, que paremos y si no él entrara y nos sacara de aquí.

— Vamos Ana, mejor hablemos en el despacho.— me da la mano para que me ponga de pie.

— ¿De qué quieres hablar?— pongo mi cara más tierna.

— Por ejemplo de tu travesura.— gruñe saliendo de los aposentos.

— Yo no hice nada.—

* Si como no.*

* loba entrometida.*

* Como tú digas.* Teo está a un lado de la puerta, se queda observándonos por un momento.

— Su padre los espera en el despacho.— menciona Teo.

— Gracias.— susurro.

Enzo me arrastra por el pasillo directo al despacho.

— Algo que decir en tu defensa.— me pregunta de modo divertido.

— Pe, pero yo...— mis palabras no salen.

Me tira contra la pared haciendo que mi espalda cruja por la fuerza, él apega su cuerpo al mío, su miembro erguido.




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