Mi querido alfa

Capítulo 33

#2

ENZO

Mi luna desea mi muerte ¿Cómo se atreve tocarse de esa forma? En mis aposentos, tengo una maldita erección, por lo cierto muy doloroso.

¡Ana, mi vida no dejaré salir durante un largo tiempo!

Abrí la puerta encobrándome a mi padre furioso y mi madre tratando de tranquilizarlo, mi excitación se fue así como llego.

— ¿Qué demonios Enzo?.— gruñe mi padre.

Su pregunta interrumpe mi caminar, él sigue caminando alrededor del despacho con su mano rascando su cabeza.

— No sé dé que hablas padre.— le respondo.

Si sé exactamente de que me habla y no pienso reconocerlo pues esto causara un conflicto.

— Es un suicidio y...—

— Es la única manera de protegerla.— respondo interrumpiéndolo.

— Deja tu maldita, estupidez, madura de una vez— grita furioso, mi padre es un lobo tranquilo y muy pocas cosas lo sacan de sus cabales.

— Ellos pueden darme información.— le respondo.

— Buscando a ese grupo de rogues, esa es tu modo.— replica Erick, mi padre.

— Papá, ellos accedieron a darme información a cambio— mi padre me interrumpe.

— ¿De qué? Enzo no se puede confiar en ellos.— pregunta mi padre Erick.

— De que acepte a los lobos, sus cachorros y adolescentes en mi manada que no han cometido ningún delito.— le respondo.

Sé que es peligroso, pero esos lobos son inocentes, muchos de ellos fueron desterrados por cosas sin sentido, pero antes estoy verificando sus antecedentes.

Además, este grupo está aislado y su grupo no ataca a ninguna manada, son pacíficos.

— Es un buen punto hijo, esos cachorros no tienen la culpa de los errores de sus padres.— reconoció mi madre.

Nos sumimos en un silencio incómodo, durante unos minutos mi padre se sienta a mi lado y suspira pesadamente, sus ojos demuestra que tiene una lucha interna con su lobo y su alfa.

— Su descendencia merece una segunda oportunidad.— mi padre rompe el silencio.

— Ellos no cuentan con la protección de una manada estable y yo puedo dárselas.— suspiro.

— ¿Qué sucederá con los cachorros y cuantos son?— pregunta mi madre.

— Madre, esa situación es difícil, hay muchos bebes y no sabría como lidiar con ellos.—

— Hijo, debemos pensar ¿qué podemos hacer?— pregunta mi padre.

— ¿Cuándo te reunirá con su líder?— pregunta Oliver.

¡Qué demonios!, ¿cuándo entro al despacho? El gilipollas sabe como pasar desapercibido y es muy bueno en su trabajo.

— En un par de días.— respondo.

— Y si aceptamos su grupo completo.— Interviene Lían.

Pero este par son demasiado bueno en sus puestos, con razón mi luna me pidió que los escuchara, sus intervenciones han ayudado demasiado.

— No puedo aceptar, no sabemos casi nada de ellos.

— interviene mi padre. — Usted mismo está verificando sus antecedentes y ninguno cometió delitos graves. — habla Oliver.

¿Cómo diablos sabe que he estado hablando con algunos alfas? No he comentado nada de esto, estaba esperando el momento adecuado.

— Hasta yo podía jurar que lo que hicieron sus alfas fue una injusticia— recalca Lían.

Accedimos a tomar una decisión, la cual será comunicada a la manada en unos días, espero que la información que nos den sirva para proteger a mi luna y sobre todo evitar una guerra donde morirán inocentes.

                  [...]

En tres días mi luna y yo completaremos el ritual de unión de lazos, decidimos hacerlo fusionando las dos tradiciones.

La tradición Suprema consta de un mediante baile a la luz de la luna, la mujer debe vestir un bello vestido blanco y no debe tener los pies calzados.

Su cabello suelto y debe ser adornado con una corona de flores que demuestran lo que mi luna significa para mí que debo buscar, cada unas de esas flores.

Investigue y analice cada flor nativa y su significado, espero sorprender a Ana.

Me encuentro a mi luna, al salir al pasillo me acerco a ella y le doy un pequeño beso, (me encanta cuando sierra los ojos y sonríe). Le doy la espalda y ella se pone enfrente de mí robándome un beso y con su mano libre intenta quitar el documento, yo lo muevo de un lado a otro, la única solución es alzar mi mano.

— Quiero ver.— me hace un puchero, salta a mi espalda y yo bajo la mano esquivando su acción.

Ella se baja, volteo mi espalda con mi mano en frente, le advierto que no se acerque.

— la curiosidad mato al gato.—

— Pues murió sabiendo la verdad.— me responde y se abalanza sobre mí, algo el último intento.

— Si sigues insistiendo, te llevaré a mi habitación.— me acerco y siro su cuerpo, apego mi virilidad a su espalda— para solucionar este problema.— Ella sale corriendo por el pasillo y su risa hace eco en el lugar.

* Ella se comporta como una niña.* ronronea Mazlo.

* Y solo es de nosotros.* gruñe Maximus.

Al llegar a la sala se encuentran la familia reunida, ella se acerca, pongo el documento en mi espalda, con su mano toma mis mejillas y me da un beso de esos que te roban el aliento.

— Buena suerte.— me susurra separándose de mí.

* Hoy está especialmente cariñosa.* abro el enlace.

* Yo sé que eres un idiota, pero no tanto.* habla Mazlo.

* Si, nunca se fija en detalles.* gruñe Maximus.

— Cañís, espero que sea las flores más hermosas— Sonríe, Tamara.

— Lo serán, porque deseo lo mejor para mi luna.— hablo mirando a mi peli roja a los ojos.

— Buena suerte alfa iría con usted, pero es su misión.— habla Izan, uno de mis betas.

Me despido de ellos dirigiéndome al bosque cerca del lago donde crece la flor que será la primera en la corona y esa demuestra todo lo que siento por mi luna.

Al tenerla me dirijo lo más lejos de mi manada, algunas de las que quiero se encuentran un poco lejos de aquí.

                    [...]

Llevo conmigo seis flores, he caminado más de lo normal, estoy agotado y debo regresar mañana a comenzar nuestra ceremonia y no he podido encontrar la última flor, he buscado durante cuatro horas.




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