Mi querido alfa

Capítulo 35

—Probaré el dulce néctar.— se acomoda, abre mis piernas, él mordisque mi botón haciendo que grite y mi respiración se acelere.

Una lamida larga hizo que mi cuerpo tiemble de placer.

— Mi alfa.— gimo.

Un dedo penetró mi sexo, arde, la sensación es mejor.

Mis ojos se cierran, respiro profundo logrando llenar mis pulmones de aire.

Mi cuerpo pide más, sus penetraciones era profundas, rápidas, pero cuidadosas.

Un orgasmo golpea mi cuerpo haciendo que mi vagina se sierre alrededor de su dedo.

— Enzo.— chillo.

— Amor eres deliciosa.— lame mi entrepierna.

* Eso fue...*

* Increíble.* termino por mi loba.

* Ahora me necesitarás.* ella tiene razón, ahora está en modo de alfa real y mi cuerpo puede que no soporte.

Dejo que Asly haga una transformación parcial.

Él nuevamente se arrodilla en medio de mis piernas y masajea su miembro.

Se acuesta encima de mí, retrocedo un poco, no lo puedo evitar, él es enorme y temo que me parta en dos, él no tendrá control, sus instintos son primitivos.

¡Diosa luna! Chillo al sentir que toma mi tobillo y me jala quedando debajo de su cuerpo.

— Mírame.— demanda, pero es imposible no dejar de mirar su miembro.

Sus labios se posaron sobre los míos, mis manos viajaron a sus hombros, Su miembro clavado en mi vientre, con su mano libre, hace que abra más mis piernas.

— Dobla tus rodillas.— su voz es ronca.

Lo hago y él devora nuevamente mis labios.

— Duele.— grito al sentir como su miembro se abre paso al entrar en mí de una sola estocada, muerdo su labio y puedo sentir su sangre en mi boca.

Mi sexo arde, él sigue, sus movientes fuertes y profundos, podía sentir cada centímetro de él saliendo y entrando con rapidez.

MAXIMUS (ENZO)

De un empujón duro y entrando hasta lo más profundo de su ser arranco su virginidad.

— Duele.— grita mi luna con sus manos, intenta detener un poco mis embestidas.

He reclamado lo que por derecho me pertenece, ella es mía en cuerpo y alma.

Miro su cara, sus ojos están cerrados y algunas lágrimas se escapan.

* Eres un "fils de pute."* grita Enzo y Mazlo atreves del enlace.

Mi naturaleza pide que debo llegar a la sima y la anude y no pienso detenerme hasta lograr mi objetivo.

Es su primera vez y yo aquí castigando cada centímetro de su vagina.

Un gemido escapa de sus labios y eso me impulsa a seguir más y más, ella se siente tan bien, su vagina alrededor de mi miembro.

"Niquer." (Joder) su cuerpo se ajusta perfectamente al mío, ella fue hecha para mí.

— Reina de la noche.— susurro.

Ella abre sus ojos rojos, me mira confundida.

— Eres demasiado bella.— Empujo nuevamente dentro de ella, sintiendo como sus paredes aprietan, sus gemidos inundan la habitación, Ana mueves sus caderas a mi ritmo hasta que se sincronizan en un va y bien perfecto.

— Eres el mejor regalo.— le susurro al oído.

Encuentro su punto haciendo que ella tiemble y puedo sentir sus paredes cerrándose y succionando mi miembro, es glorioso, tengo que salir de ella para no perder la cordura y giro su cuerpo.

— Maximus.— suena como una queja.

— Oh, mi luna aún no hemos terminado.— levanto su trasero y lo dejo descubierto para mí, para placer mutuo.

Ella voltea su cuerpo quedando de nuevo de espalda a la cama.

— será cómodo para ambos al momento de que se forme nudo.— ella acede a regañadientes y gira su cuerpo.

Con mi dedo exploro su cavidad, mientras con la palma de mi mano, roso su botón rosado, ella lleva su mano a su sexo.

— Es normal mi luna.— le digo después que mira la sangre que tiene en su mano.

Posiciono mi miembro en su entrada y de nuevo entro profundamente en ella.

— aaaa.— su grito resuena en mis oídos.

¡Por la diosa luna! Estar dentro de ella será mi perdición.

Con mi mano rodeo su cintura y acerco y embisto con más fuerza.

Su cuerpo tiembla y su sexo se sierra por tercera vez a mi miembro.

— ¡mm, mm!.— salen de mí en forma de gruñidos, pues disfruto de cada uno de sus orgasmos.

Cada gota de sudor cae en la espalda de Ana, su cuerpo está agotado y sé que es el momento de anudarla.

Su orgasmo aprieta y succiona de nuevo, haciendo que mis colmillos se claven el su cuello, y de paso a mi liberación, y así la punta de mi miembro se hinche.

Ana cae a la cama, nuestras respiraciones son aceleradas.

Dejo caer mi peso, sobre ella y volteo quedando en cucharita, aún sostengo sus caderas evitando que ella se mueva y mi nudo la lastime.

— ¡mm!— sale de sus labios al ser azotada por más orgasmos.

Acaricio su vientre tratando de apaciguar cada uno de ellos.

En un intento desesperado, Ana mueve sus caderas haciéndome sentir dolor.

— Haz que pare, por favor.— me ruega con su voz entrecortada.

— sh, ya va a pasar, recuerdas el significado de cada flor.— intento distraerla.

— No puedo recordar ahora.— gime mi luna.

              [...]

Después de unos minutos mi nudo empieza a bajar, dejando así libre a mi luna salgo lentamente de ella.

Me dirijo al baño y tomo un paño limpio y lo mojo con agua tibia, al regresar ella está dormida, me acerco y limpio nuestros fluidos.

* fuimos unos animales.* regaña Enzo.

* Ahora es nuestra.* ríe Mazlo.

Aulló avisando a la manada que su alfa completo el vínculo con su luna.

Se escuchan a lo lejos los aullidos de mi manada en respuesta.

Observo su rostro durante el resto de la madrugada y al verse los primeros rayos de sol dejo que Enzo tome el control, ya que necesitó descansar.

ENZO.

Duele ver su rostro cansado, su piel más pálida de lo normal, su cuerpo está cubierto por la sabana blanca, el cabello rojo cubre sus pechos redondos.

— ¡maldición!— mi miembro palpita deseoso de volver a disfrutar de su cálida y apretada vagina.

El olor a chocolate y manzana activa mis sentidos, alertándome de la presencia de mi madre, no me da tiempo de poner mis jeans porque está parada en la entrada mirándome.




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