Emily, con una expresión de complacencia, respondió: "Oh, en ese caso, estoy bien con eso." Se recostó ligeramente en la mesa, observando a Servant con una mirada de aburrimiento que pretendía no ponerlo nervioso. Su actitud amable y considerada era evidente en su gesto.
Servant, por su parte, aprovechó el momento para observar a Emily con detenimiento. La joven miraba hacia la mesa, como si quisiera darle espacio y tiempo para sentirse cómodo. Sus rasgos eran una visión encantadora: sus mechones dorados parecían brillar con rayos de luz, sus labios pálidos estaban adornados con una leve sonrisa, y sus grandes ojos verde esmeralda estaban perdidos en pensamientos.
Servant, mientras tanto, volvió a centrarse en sus propias manos, sintiendo cómo sus mejillas se volvían más brillantes y rojas sin razón aparente. La presencia de Emily parecía ejercer un poder mágico sobre él, como si su cercanía iluminara su mundo de manera inesperada.
Emily, preocupada por la experiencia de Servant, preguntó con una voz compasiva: "Oye... ¿no te han molestado los demás o algo?"
Servant, con serenidad en su voz, negó con la cabeza mientras su mirada se desviaba hacia la mesa de Primero, donde los demás estudiantes disfrutaban de charlas y risas. Su grupo de amigos estaba muy distante de su vida solitaria y reservada.
Se aclaró la garganta antes de continuar, como si estuviera eligiendo cuidadosamente sus palabras. "Cada uno se ocupa de lo suyo." Sin embargo, sus pensamientos íntimos añadían una capa de complejidad a su respuesta, como si las heridas del pasado estuvieran todavía presentes. "Excepto por unos pocos que encuentran alegría burlándose de mí", susurró su mente, revelando el dolor de aquellos momentos en que había sido objeto de burla y crueldad.
Emily, con una expresión de genuina preocupación y amabilidad, respondió: "¡Me alegra! Si alguien te molesta, me lo dices." En un instante, su aura cambió por completo, y ahora parecía la decidida protectora de Servant. La joven estaba dispuesta a enfrentarse a cualquier adversidad que pudiera afectar a su nuevo amigo.
El chico no pudo evitar sonreír ante el comentario de Emily, sus ojos encontrándose con los de ella durante un fugaz momento antes de desviar la mirada hacia la mesa. Aunque su rostro revelaba gratitud, también llevaba el peso de una carga que no estaba listo para compartir en ese momento.
En realidad, estaba siendo intimidado. Desde el momento en que se unió a Heelshire, sus compañeros de Primero lo habían hostigado de diversas formas. Pero no podía encontrar las palabras para explicárselo todo a Emily en ese momento. La amistad que estaban forjando era un rayo de luz en medio de la oscuridad, y Servant no quería empañar ese vínculo con los detalles de su angustia.
Emily, con un brillo en sus ojos que reflejaba su determinación, afirmó: "Es... cierto, quiero poder defender a mis amigos." Un aura de caballero de armadura brillaba en el corazón de Emily, como si estuviera dispuesta a luchar por la justicia y la protección de aquellos a quienes consideraba amigos.
Servant, por su parte, observó a Emily con atención, sintiéndose un tanto inseguro acerca de cómo responder a su declaración. Una lucha interna se libraba en su mente mientras consideraba las palabras de Emily.
"Ella no es realmente mi amiga...", pensó el niño para sí mismo, recordando sus dudas y la brecha que aún existía entre ellos. "Pero ella sí me defendió." A pesar de sus reservas, logró asentir levemente, reconociendo el gesto amable de Emily.
"Sí, eso suena... bien", dijo Servant, su voz era un susurro que expresaba su aprecio por la actitud protectora de Emily. En ese momento, aunque las palabras eran tenues, los corazones de Emily y Servant estaban entrelazados en una promesa de cuidado mutuo y amistad sincera.
Emily, con una sonrisa alegre que iluminaba su rostro, irradiaba una energía positiva que era contagiosa. Su espíritu amigable y entusiasta parecía llenar la habitación.
El chico, a pesar de haber conocido a Emily solo unos momentos atrás, no pudo evitar sentirse conmovido por su reacción. Ella no solo lo defendió, sino que también parecía genuinamente preocupada por él. En su breve encuentro, Servant había encontrado en Emily una amistad que estaba dispuesto a abrazar.
"Supongo que estás bien", murmuró Servant en voz baja, su mirada dirigida hacia abajo, donde sus manos jugueteaban nerviosamente. Su rostro se coloreó una vez más, como si la conversación hubiera desencadenado una serie de emociones inesperadas.
Emily, por su parte, se quedó confundida por el comentario de Servant, ya que no tenía un contexto claro para entender a qué se refería. A pesar de la confusión, mantuvo su sonrisa amable, como un faro de comprensión y apoyo en medio de la incertidumbre.
Mientras el tiempo avanzaba, Emily y Servant seguían compartiendo sus pensamientos y risas en el comedor del colegio. Comían sus almuerzos con apetito y compartían conversaciones que fluían con facilidad. El ambiente que los rodeaba era cálido y animado, como si el colegio se hubiera llenado de una energía especial.
Emily, con curiosidad chispeando en sus ojos, dirigió una pregunta a Servant William, como si estuviera interesada en conocer más acerca de sus gustos y preferencias.
Servant, por su parte, quedó un poco desprevenido por la pregunta de Emily, pero no quería dejar que la conversación se desvaneciera en la incomodidad. Se aclaró la garganta antes de responder con una pequeña sonrisa: "Me gustan bastante los insectos. Biología es..."
Sin embargo, en medio de su respuesta, Servant decidió que no quería dar la impresión de ser alguien solitario o demasiado enfocado en sus intereses personales. Así que hizo una pausa para pensar en algo más que decir, buscando una manera de conectar con Emily.
Finalmente, con un toque de expectación en su mirada, agregó: "¿Cuál es tu tema favorito?" Con esta pregunta, Servant estaba tratando de establecer un puente para conocer más sobre la joven de cabello dorado y, al mismo tiempo, mostrar su interés genuino por sus intereses y preferencias.