Emily respondió con una sonrisa cómplice a la mención de Skyladder, reconociendo la particularidad del profesor. "Ohhh, Skyladder, sí, es muy pequeño, me da ternura," comentó en voz baja, como si compartiera un secreto entre amigos. Emily bajó la voz, consciente de la posibilidad de que el profesor pudiera pasar por allí y escuchar sus comentarios, lo que podría resultar en cierta vergüenza.
El chico pareció sorprendido, pero a la vez complacido, de que Emily compartiera la misma opinión que él. Aunque Skyladder era pequeño, era querido por los estudiantes, y su baja estatura contribuía a su popularidad.
"Sí, lo es," murmuró Servant con una pizca de humor. "Me pregunto si puede siquiera mirarme directamente a los ojos desde allí abajo..." El chico trató de sonar astuto y cómplice frente a su nueva amiga, compartiendo una broma sobre la diferencia de altura entre ellos y el profesor.
Emily soltó una risa contagiosa y cómplice en respuesta al comentario de Servant, como si estuvieran compartiendo un secreto compartido. "Jajajaj, ¡Shhhh, Servant!" rió alegremente, mientras trataba de calmar su entusiasmo, consciente de que sus comentarios podían ser escuchados por otros.
Servant, contagiado por la risa de Emily, no pudo evitar sonreír. La risa de Emily era melodiosa y hacía que el ambiente se llenara de alegría. "Quiero decir... sin ofender al profesor," apresuró a añadir, asegurándose de que sus comentarios no fueran malinterpretados como críticos o irrespetuosos hacia Skyladder.
"Siguiente cosa que sé es que me oirá hablar mal de él y me dará una semana de detención," bromeó la mente Servant.
La risa de Emily llenó el aire, revelando su naturaleza juguetona y amistosa. "Jajaj, está bien, pero ten cuidado con lo que dices" advirtió con un tono juguetón, como si estuviera preocupada por las posibles consecuencias de hablar sobre Skyladder.
El niño miró a Emily, un tanto perplejo por su advertencia. No estaba seguro de si la chica hablaba en serio o si solo estaba bromeando. "¿Quieres decir que Skyladder sabría si lo estuviera insultando?" preguntó con un leve ceño fruncido, expresando su desconcierto. La idea de que los profesores pudieran tener métodos para espiar a los estudiantes lo hizo reflexionar sobre la relación entre educadores y educandos en el colegio.
Emily compartió una risa cómplice con Servant, como si disfrutara de la idea de enfrentar juntos las consecuencias de hablar de Skyladder. Su risa continuó bajo, como si estuviera tratando de contener la diversión que le provocaba la situación.
Servant, todavía sonriendo, se unió a la risa de Emily, disfrutando de su sentido del humor. Se preguntó en silencio qué estaría haciendo Skyladder en ese momento, y si tenía cosas más importantes que hacer en los pasillos vacíos en lugar de escuchar a escondidas.
"¿Cómo te gusta Heelshire hasta ahora?" preguntó Servant, mostrando interés por la experiencia de Emily en la escuela. Sus ojos se deslizaron por la mesa de Primero, observando a sus compañeros. Notó que, en su mayoría, permanecían en sus propios grupos, lo que le hacía preguntarse si serían del tipo que no socializa con alumnos de otros años.
"Yo... supongo que está bien. Realmente no interactúo mucho con mis compañeros," añadió Servant esperando la respuesta de Emily.
Emily expresó su entusiasmo por la Sala Común con una sonrisa brillante. "¡Oh, sí, me encanta nuestra Sala Común! Es tan bonita y acogedora."
Servant asintió con la cabeza, compartiendo su aprecio por el lugar. "Sí, estoy de acuerdo con eso. Nuestra Sala Común es bonita y cómoda, pero la gente que está dentro..."
El chico hizo una pausa por un momento, sus ojos se encontraron con los de Emily, quien escuchaba atentamente. Mientras Servant hablaba, sus palabras estaban llenas de sinceridad y cuidado.
"No es que sean malas personas, es solo que yo... no puedo identificarme con ellos," confesó Servant lentamente, tratando de expresar sus sentimientos. "No encajo." Su voz llevaba un matiz de tristeza, como si estuviera compartiendo una parte de sí mismo que no había compartido con muchos.
Emily asintió comprensivamente, demostrando empatía por la perspectiva de Servant. "¡Sí! Entiendo a lo que te refieres. Pero... hay gente en el Club de Lectura y en el Club de Música que son muy amables. Las personas de tu curso no te definen."
El chico suspiró, sus ojos aún fijos en Emily, como si encontrara consuelo en su comprensión.
Sabía que las personas de su curso no definían su valía como individuo; eso era algo que él ya sabía.
Sin embargo, a pesar de ese conocimiento, seguía luchando con una sensación de no pertenencia. "Tienes razón," murmuró con sinceridad. "Yo... realmente no sé qué estoy haciendo en esta escuela. Todavía no siento que pertenezco aquí."
Emily ofreció una sonrisa amable, compartiendo su perspectiva optimista con Servant. "Yo tampoco me siento del todo en casa, pero es normal. Con el tiempo, nos acostumbraremos."
Servant, a pesar de todas sus dudas y ansiedades, encontró consuelo en la visión optimista de Emily. Comenzaba a considerar la posibilidad de que Emily fuera diferente de sus amigos del dormitorio y que sus palabras fueran sinceras.
Una pequeña sonrisa apareció en el rostro del chico, mostrando su agradecimiento por el apoyo de Emily. "Sí, supongo que lo harán," respondió, con una sensación de esperanza en el horizonte.
Emily ofrecía palabras de aliento a Servant, tratando de infundirle ánimo. Su voz era suave y amigable, y sus palabras llevaban un sentimiento de consuelo.
Servant reflexionaba sobre lo que Emily le decía, considerando que quizás no todo era tan malo como parecía. La idea de sentirse cómodo y en casa en la escuela, especialmente en la biblioteca, le brindaba cierta esperanza. Era un refugio de tranquilidad, un lugar donde podía refugiarse de sus preocupaciones personales y los conflictos familiares.