Mi querido escocés

Capítulo 29

Capítulo - 29

William decidió volver al castillo. Después de haber soportado a sus ex suegros, no tenía ganas de hacer frente a los problemas que en la destilería le esperaban, no era muy maduro de su parte, pero podía justificarse, al final, su nueva condición no lo excluía de la raza humana, seguía sintiendo y sufriendo como cualquiera. Killian lo recibió, pero no encontró a Elaine, ya que había ido a acompañar a su amiga al aeropuerto. 

Subió a su habitación y se echó en la cama, necesitaba distraerse, hacer algo que lo entretenga, luego de darle muchas vueltas a todo lo que sucedió durante el almuerzo: lo que dijo, lo que hubiera dicho, lo que le dijeron… Cerraba los ojos y podía ver el rostro de desesperación y sufrimiento de Emma, se reproducía una y otra vez en su cabeza la forma en que lo siguió hasta el coche llorando desconsolada. Apretó los ojos con fuerza y golpeó el colchón con los puños, no quería seguir pensando en eso, envió un mensaje a Rob, al instante recibió la respuesta, estaba en el hotel y Elaine también estaba ahí, por lo que decidió ir.

Ya en la noche hablaría con Alistair y se pondría al tanto del siguiente paso a dar. Aunque él mismo se sentía aliviado de haber blanqueado la situación con Emma y, sopesando todo lo malo que pueda suceder a raíz de eso, solo le quedaba pensar en él y su drama con la inmortalidad. Cada vez se convencía más que todo lo sucedido en la destilería estaba unido a eso. Lo único que no le entraba en la cabeza, a pesar de haber meditado largo, tendido y haber analizado cada detalle, no podía entender el rol de Gregor, debía buscar la conexión entre su hermano y Axel. 

Eso lo tenía loco, además de que sabía que si sus sospechas y las de Liam resultaban reales, les rompería el corazón a sus padres, ellos amaban a Gregor. Su madre siempre lo defendió y justificó, desde niño lo protegió, tal vez ese fue el problema, sacarlo de los líos que armaba sin dejar que sufra las consecuencias convirtió a su hermano en un ser engreído, prepotente, con ínfulas de superioridad y malcriado. El no tener que haberse esforzado nunca por nada, hicieron que dé todo por sentado y, que tan solo por llevar el apellido Campbell tenga derecho a vivir en la opulencia, sintiéndose merecedor de cualquier tipo de privilegio que el dinero pueda ofrecer, todo eso lo envileció y volvió un holgazán. 

William llegó al hotel con la cabeza a mil por hora, pensando en todo a la vez, saltando de una hipótesis a  otra, tal vez, él también quería justificar a Gregor y buscaba una explicación que lo dejará fuera de cualquier sospecha, y sí, en el pasado había caído muchas veces en el mismo círculo vicioso que su mamá, es más, se enfrentó a su padre para que su hermano regrese a trabajar en la empresa. Se atrevió a levantar la voz al viejo Campbell y se sentía traicinado, embaucado y tonto.  

Su padre le había dicho en aquella ocasión: «Gregor no sirve para esto, es mejor darle una pequeña pensión para que se mantenga fuera de los negocios, pero que sea feliz dándose sus lujos». Sin embargo, William, presionado por la súplica de su madre, decidió dar una oportunidad al hombre. «Los negocios son los negocios, no puedes mezclar tus sentimientos», le había dicho su padre, pero no, él quiso creer, se arriesgó y, al parecer, perdió, solo que no pensó que sería de esta forma, Gregor mezclado en todo el asunto del whisky y, como si eso no fuera grave, también con el incendio.

Se dirigió a la oficina de su amigo, ahí estaban él y Elaine, charlando animadamente. William tomó asiento al lado de Elaine y se unió a la conversación.

******

AVISOS PARROQUIALES

Estuvimos un poco atareadas en estos días, pero no nos olvidamos de ustedes, por lo tanto, estamos pensando en hacer un pequeño maratón para ponernos al día con la historia. Esperamos sus opiniones en los comentarios. 

Por otro lado, no olviden darnos su apoyo con un me gusta, añadiendo la historia a sus bibliotecas y siguiéndonos en nuestros perfiles. 

¿Les gustaría que hiciéramos una ficha de cada personaje?

******

William había bajado su taza de té sobre la mesa, de tanto en tanto miraba a Elaine, y una corriente lo invadía cuando sus ojos se conectaban. 

—Iré a ver al administrador —se excusó Rob levantándose y añadió—: Luego de que solucione algunos asuntos podemos volver al castillo ¿Está bien?

—Claro —respondió Elaine.

William solo afirmó con la cabeza. El silencio los envolvió, ambos tenían ganas de decirse cosas, pero no sabían por dónde iniciar, en el aire se sentía ese cosquilleo de la premura que tenía el otro por escuchar lo que sea que de sus labios iba a salir. William no aguantó más, tomó discretamente la mano de Elaine y con un susurro habló:

—Vamos a dar un paseo por el jardín ¿Te parece? —la invitó—. Y me cuentas cómo fue la despedida de River.

—Si, la verdad es que muero de ganas por hablar y también que me cuentes como te fue en tu tarea hoy. 

Él apretó la mandíbula, se levantó de la mesa y con un gesto caballeroso ayudó a su acompañante a ponerse de pie. Salieron al jardín, el sol iluminaba el paisaje, pero tanto Elaine como William no prestaban atención a todo lo que los rodeaba, solo estaban pendientes el uno  del otro. 

—¿Qué tal estás? —William preguntó apresurado—. Digo, imagino que ya debes extrañar mucho a River. 



#11880 en Fantasía
#2599 en Magia
#6503 en Thriller
#3575 en Misterio

En el texto hay: romance, highlander, inmortales

Editado: 07.07.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.