Mi querido profesor

Capítulo 13

Me despedí de mi padre sintiéndome un poco mal por no poder haber disfrutado más de él y su nueva vida. Pero este castigo me había derrumbado. Abby tras enterarse de todo me agarro de la muñeca sacándome muy lejos de allí. Ella y yo nos entendemos y así fue como nos escapamos bien lejos de la universidad sin rumbo, terminando en una discoteca de la playa. Perdí la cuenta de todas las bebidas, de todos los cigarros y la del tiempo. Corrí hasta la playa y en la orilla respiré con todas mis fuerzas.  La playa estaba desértica no sabía qué hora era pero estaba amaneciendo. Era un paisaje que me daba tranquilidad.

Abby corría detrás de mi era inevitable no sentirla con sus gritos. Me quite toda la ropa quedándome en ropa interior y decidí lo que más necesitaba Justo en ese momento. Comencé a avanzar tras las pequeñas olas y de un momento a otro me sumergí sintiendo el frescor del agua. Me aliviaba más que nada en este mundo. Creo que sería incapaz de vivir en un sitio donde no haya playa. Mi cabeza me bombardeaba y mi corazón ni sentía. Creo que realmente me había enamorado.

Me senté en la orilla junto a Abby, me miraba apenada como si compartiera el mismo dolor que yo estaba sintiendo en este momento.Me sentía a salvo junto a ella, así que me senté a su lado y dejamos que las horas pasaran. Ahora lo que más necesito es la compañía de alguien que no me juzgue ,y esa es Abby. El silencio entre nosotras es algo especial, porque no necesitamos palabras de por medio, solo nos entendemos.

Al salir del agua ya la playa se estaba empezando a llenar, no sé cuánto tiempo estuvimos aquí ya que nuestros móviles se agotaron. Decidimos ir caminando hasta encontrar una estación de taxis la cual no nos resultó difícil de encontrar. Estábamos un poco lejos de casa pero ya sentadas dentro del coche no pudimos evitar quedarnos dormidas.

-Chicas ya estamos aquí- la voz tranquila del taxista hizo que abriera un poco los ojos. Al ver que estábamos ya en casa tambaleé un poco a Abby.

-Déjame en paz-gruñe Abby.

-Venga levanta gruñona-la sigo tambaleando hasta que decide que salgamos del coche. Tras bajar le doy el dinero al taxista y entramos al edificio.

Al salir del ascensor vi algo que no me esperaba hasta hace sólo unos segundos. Allí está Hunter dormido en el suelo mientras su cabeza descansa sobre la pared. Abby al percatarse decide entrar directamente al piso lo que hace que Hunter se despierte. Me agacho torpemente y acaricio su rostro como que esto solo fuera una pesadilla y acabáramos de despertarnos de ella. El acepta mis caricias incluso veo un rostro apagado que se ilumina con mi tacto.

-Vamos dentro-le digo invitándole a pasar y el asiente entrando a mi piso. Nos sentamos en el sofá sin dejar de mirarnos hasta que él mismo interrumpe el momento.

-¿Donde has estado? Te he dejado miles de llamadas-dice serio

-Eso que más da ahora Hunter-Niego aguantándome  las ganas de romperme.

-A mi me importa, y a pesar de todo esto me seguirás importando-dice con seguridad. Me apoyo en su pecho y él se acomoda en el sofá.

-Me duele tanto que todo se acabe-se me caen algunas lagrimas.-me abraza más hacia el

-Elle, mi dulce Elle, créeme que yo también estoy demasiado roto pero no quiero ni voy a alejarme de ti. Igual no podremos estar más juntos de la manera que queremos pero voy a estar aquí.- suspira. Decido alejar lo último que ha dicho de mi mente.

-¿Podrías acariciarme durante un rato?-el asiente apenado y me empieza a acariciar el pelo hasta dejarme caer en el cansancio.


 

Siento como unos brazos bastante trabajados me levantan el cuerpo pero el cansancio no me deja abrir los ojos. Tras sentir el colchón frío siento la soledad pero mis ojos me impiden abrirlos y mi cuerpo se acostumbra a ese frío tan calculador.

-Te quiero-mi subconsciente repite una y otra vez.


***
 

Al despertar, es de noche, la habitación está oscura y como era de esperar, Hunter ya no estaba. Mi sufrimiento había vuelto pero tuve que apartarlo al sonar mi teléfono. Era mi padre.

-Papa,¿Como estas?-intentaba sonar lo más alegre posible, menos mal que mi cara solo la podía ver yo.

-Elle, te llamaba para decirte que este finde semana tenemos planeado ir a la casa del pueblo, y me gustaría que vinieras a conocerla-dice entusiasmado.

-Si papa, me parece bien así podremos pasar tiempo juntos-consigo que las palabras me salgan aunque no tenga ganas de ir a ningún lado.

-Genial hija, además Hunter también irá así podremos conocernos más los cuatro.-me doy un pequeño golpe en la cabeza pensando en porque había dicho que si.Era obvio que era fin de semana en familia, y felices los cuatro.


 

Y ahora,¿Como olvidas a un amor cuando te va a perseguir el resto de tu vida? Y lo peor,¿Como hacer para no volver a caer en la tentación?


 

***


 

Quedaban dos días para que empezara el finde semana y para mí iba a ser un esfuerzo ir a clases pero tenía la obligación si quería seguir teniendo mis buenas notas. Al verme Madison y Olivia se asustaron un poco, la verdad que mi cara no estaba tirando fuegos artificiales exactamente, y mis malos hábitos alimenticios estaban dando sus resultados a mi desastre.

-Pues si que te ha sentado mal la fiesta-dice Madison sin quitarme la mirada.

-Bastante-suspiro y aparto la mirada hacia las aulas. Y allí estaba.
 

Hunter estaba entrando a su aula, nuestras miradas chocaron y vi como estaba apreciando cada milímetro de mi ser, tragó saliva y se metió directo al aula. Ni una pequeña sonrisa apareció en nosotros dos.




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