Mi querido Robin Hood

El chico nuevo

- ¡Emma! - Escucho la voz de mi madre quien me llama. - ¡Emma, ya levántate!
- ¡Ya voy! - Grito y me tapo la cara con la almohada.
- ¡Anda o llegarás tarde al colegio! - Me llama nuevamente.
Bueno... Otro día comienza. ¡Ahí vamos!
Me levanto vagamente de la cama y me dirijo al baño para darme una ducha rápida.
No quiero llegar tarde a la escuela, ya me ha pasado varias veces.

Al salir de el baño me quedo mirándome en el espejo por un segundo y tomo mi cepillo de dientes.
- ¡Emma, a desayunar!
- ¡Siii mamaaá! - Termino de cepillarme y vestirme y bajo al comedor.
- Aquí tienes. - Mi mamá ha preparado un desayuno delicioso. Huevos con beicon. ¡Mi favorito!
Me siento en la mesa frente a la TV y comienzo a comerme mi desayuno.
- Parece que William a tenido mucho trabajo últimamente. - Comenta mi madre.
William es el hermano de mi madre. Es agente de policía y el mejor tío del mundo.

— ¿Qué? — Pregunto con comida en la boca.
Mi madre señala con la cabeza la TV donde una chica está dando un reporte.
- Sube el volumen, por favor. - Digo y mi mamá toma el mando a distancia.

Reportera: Es el quinto robo en esta semana, aún no sabemos nada sobre este ladrón y que es lo que busca. Para eso, estamos entrevistando al jefe de policías, el oficial William. Cuéntenos oficial, ¿Qué piensa usted acerca de esto?

- ¿Tío está en la tele? ¡Wow!

- Por el momento no tenemos ninguna pista de quien pueda ser este ladrón. El trabajo que hace es muy profesional, no ha dejado ninguna huella o pista que nos dé con el, aunque en todos sus robos deja escrito Míster X en algún lugar de la escena del crimen. Pensamos en la posibilidad de que haya más personas involucradas en esto ya que es mucho trabajo para uno sólo. Sea quien sea, lo encontraremos.
- Reportera: Como dijo antes: Es mucho trabajo para uno sólo, sin embargo ha logrado burlar la seguridad de las cinco casas visitadas hasta el momento. Las cuales son propiedades de familias ricas y muchos creen que estás están involucradas con la mafia. ¿Qué opina al respecto?
- Ese caso aún está siendo investigado. Por lo pronto no puedo decir nada. Aunque creo que esto nos ayudará para la captura de este ladrón. Al parecer, sólo le roba a este tipo de familias.
- Reportera:  Muchas Gracias oficial. Ahora pasemos a las noticias: El orfanato de la ciudad ha estado recibien...

- ¡Oye! - Mi madre ha apagado la televisión.
- Anda, que te distraes. Termina de comer y vete directo a la escuela. No hables con ningún extraño, ten mucho cuidado. Recuerda que...
- ¡Sii mamá! - A veces nunca se calla. Sé que sólo se preocupa por mi pero es demasiado.
- Vale, un beso. Cuídate. - Me da un beso en la mejilla y sale apurada por la puerta. Trabaja como secretaria en una empresa muy importante aquí en la ciudad, por lo que debe irse muy temprano.
Al terminar mi vaso de leche, recojo mi mochila con las cosas y me voy a la escuela.
No he llegado tarde por los pelos. Es una suerte. El profesor de matemáticas es muy exigente y hasta da miedo, si llegase tarde sabrá que cosas me haría. ¡Uff!

La clase comienza. Es todo tan aburrido... En estos casos lo que hago es sacar una hoja de papel y ponerme a dibujar... cualquier cosa,
Jeje... Creo que voy a dibujar al profesor. Su bigote es muy gracioso, parece una brocha de pintar. ¡Jajajaja!
- ¡Señorita Morillo! - Me grita el profesor.
¡Oh, Dios! Creo que me ha pillado.
- ¿Si, profesor? - Digo casi temblando.
- Venga y resuelva el problema del pizarrón.
Le hecho un vistazo a la pizarra. Está llena de números. ¿Qué significan? ¡Oh, dios estoy perdida! Soy muy mala con las matemáticas.
- ¿A que espera? - Me reprime con voz intensa.
Me voy parando leeentamente de mi asiento. Aprieto los ojos, esperando a que algo me salve de esto.

En ese mismo instante llaman a la puerta y de ella entra la directoria junto a un chico. ¡Estoy salvada!
Me siento en mi sitio disimuladamente y atiendo lo que tiene que decir la directora.
Veo que está hablando con el profesor. ¿Quién es ese chico? Nunca lo había visto en la escuela. ¿Es nuevo?
- Bien, chicos. - Dice Mr Pesado y da una palmada. - A partir de hoy tendremos un nuevo estudiante en la clase. - Lo toma del hombro y lo coloca en frente de todos.

- Hola, mi nombre es Alex y a partir de ahora seré su nuevo compañero de clase y... espero ser amigo de todos. - Tiene una voz dulce. Parece el típico nerd de la escuela. Cabello bien peinado, gafas y el uniforme bien planchado. Aunque es lindo.
- Bien Alex, para darte la bienvenida quiero que resuelvas la ecuación que escribí en el pizarrón.

¡Oh! ¡Pobre chico! ¡Si se equivoca el profesor se molestará y nos pondrá tarea difícil!
<<¡Qué dramática eres!>> - Me dice mi yo del subconsciente. 

El chico toma una tiza y comienza a resolver el problema como si los números no fueran nada. ¡Que ávil!

- Listo, profesor. - Le devuelve la tiza y comienzan a oírse murmullos por toda el aula.
- Bien, ve a tu asiento. Es allá. Al final.
Comienza a caminar y se sienta dos mesas detrás de mi. Parece que todo a salido bien.
- Bien, todos abran sus libros en el capítulo XV. - Dice el profesor y comienza a impartir la clase.

Unas horas después, suena el timbre del recreo y todos salen del aula.
Excepto el. Está tirado sobre la mesa... ¿durmiendo?

- Veo que la clase te aburre tanto como a mi. - Digo aún sentada en mi puesto, recogiendo las cosas.
- ¿Qué? ¿Ah? - Se levanta y se recoloca al gafas.
- ¿No te gustan las matemáticas? Te quedaste dormido. - Le pregunto.
- Si, me gustan. Sólo que... No pude dormir anoche. - Responde mirando a todos lados. - ¿Ya ha tocado el timbre?
- Ajá - Me levanto y me coloco la mochila en un hombro. - Soy Emma, mucho gusto. - Le ofresco mi mano y me saluda.
- Soy Alex, igualmente. - Toma su mochila y se levanta. - ¿Te molestaría si voy contigo... No sé... a cualquier lado?
- No, claro que no. - Le respondo con una sonrisa.
- Gracias. Es que como soy nuevo no conozco la escuela. De hecho hoy llegué tarde porque no encontraba el aula y tuve que ir con la directora.

Suelta una pequeña risita y juntos salimos del aula hacia la cafetería, donde nos sentamos y comenzamos a conversar.
Es muy gracioso, con cada palabra que dice me hace reír. Al principio pensé que sería aburrido, vamos... ¡Le gustan las matemáticas!

- Debes de tener muchos amigos. Eres muy agradable. - Me dice con una enorme sonrisa.
Me quedo callada por un momento y le respondo con voz ronca.
- No los tengo, aquí nadie se acerca para hablarme.
- ¡¿En serio?! - Exclama. - Los estudiantes de aquí deben ser un poco estúpidos. Pobres chicos fresas. - Dice, aunque su tono de voz es tan bajo que no se si lo ha dicho para que yo le escuchara. Aún así, comienzo a reír.

Suena el timbre*

Recogemos nuestras cosas y nos vamos al aula y rápidamente comienza la siguiente clase. Pasan las horas y las clases terminan. Todos nos levantamos de nuestros asientos y comenzamos a recoger nuestras pertenencias. 
<<Tal vez, le pida a Alex que me acompañe a casa, me contó que vivía cerca. Aunque no especificó>> - Pensé.
Cuando me volteo, me percato de que su mesa está vacía. ¿Ya se ha ido? ¿Cuándo? No lo vi salir.
Bueno, al parecer tendré que volver sola.

Siguiendo el camino habitual, llego rápidamente a casa. Para mi, este es uno de los barrios más bonitos de la ciudad, todas las casas son muy bonitas, la de nosotras también. Tiene un segundo piso donde está mi cuarto y el pequeño balcón, me encantan las vistas.

Aún mi madre no ha llegado, así que tendré que pedir la cena. ¿Una pizza tal vez?

9:30 pm

Mi madre aún no llega. Me ha dejado un mensaje en el móvil. 

Mamá: Mi vida, hoy llegaré un poco tarde. Espero que hayas cenado algo. Te quiero mucho.

Después de cepillarme los dientes y de una relajante ducha me pongo el pijama y me acuesto a dormir.
Aunque... por una razón... siento que hoy soñaré con gafas, números y esa linda sonrisa.













 



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En el texto hay: amor, ladron, doblevida

Editado: 24.08.2020

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