Mi realidad deseada

Capítulo 4

Capítulo 4

"Refugio"

—Te juro que si te caes del carro, no volveré por ti. —Fue lo único que dijo John mientras aceleraba el auto para evitar ser devorados por el demonio que se aproximaba hacia nosotros.

Trataba de enfocar mi puntería hacia el objetivo, pero era difícil con tanto movimiento, además los baches me hacían desenfocar o sujetarme de la camioneta. Volví a intentarlo, cuando estuvo en la mira jalé el gatillo, le di en una de las alas, por lo que el demonio se desestabilizó volviéndose más lento al tener que soportar todo el peso con un ala.

Aproveché este momento para volver a dentro de la camioneta, abrí la ventana que daba a la cajuela.

 —¿Falta mucho para llegar al refugio? —Pregunté mientras el aire de le ventana me daba directo en la cara sintiéndose como si fueran puñetazos.

—No, estamos a 10 minutos, está saliendo de la ciudad.

Asentí con la cabeza, el rugido del animal me recordó que estábamos haciendo, salí por la ventana, cuando estuve afuera me pare con dificultad, con el viento sentía que iba a salir volando.

Me recargué en la camioneta, apunté a la bestia con el arma, pero él atacó lanzando un líquido espeso de color verdoso, si tocaba mi piel me quemaría. Pero John fue más listo, ya que realizó una maniobra que me hizo caer en la cajuela, logrando esquivar el veneno.

Logré pararme de nuevo, vi como John se relajaba al verme de pie y que nada malo me había pasado, apunté hacia el animal, disparé, pero esta vez el animal esquivó la bala.

Tenía seis balas, no tenía que fallar más, tenía que ser más lista. Trate de observar a mi alrededor, los recursos con los que contaba eran limitados, la camioneta se sacudió dando vuelta hacia la calle principal, donde se ubicaba el palacio de gobierno.

Esta era mi oportunidad, voltee hacia frente viendo el palacio rodeado por la cerca. Apunté hacía mi objetivo, respire hondo y jale el gatillo, inmediatamente me moví un poco a la izquierda para disparar una segunda vez. El demonio logró esquivar la primera bala, pero al moverse le di en el ala con mi segunda bala. Vi como caía en picada hacia la cerca del palacio de gobierno, encima de la cerca que tenía picos, por lo cual se le enterraron en todo el cuerpo, sino lo mató, mínimo lo retrasaría.

Di un grito de victoria, mientras entraba de nuevo a la seguridad de la camioneta. Me coloqué el cinturón sintiendo como mi corazón latía.

—¡Esto estuvo increíble! —Me gritó John.

Yo no pude evitar soltar una sonrisa, efectivamente lo había logrado, había matado a mi segundo demonio.

—Gracias, sentía que me iba a hacer en mis pantalones. —Fue lo único que logré decir.

El dio vuelta dejando atrás al horrible monstruo, pasamos por las últimas calles de la ciudad, aún sentía esa adrenalina recorriendo por todo mi cuerpo. Estando en la última calle vi como unos demonios parecidos una combinación entre murciélago y un pterodáctilo volaban hacia nosotros.

Eran cinco los que se acercaban a grande velocidad, saqué de nuevo la escopeta, pero eran demasiado agiles, lograron descender hasta la camioneta, uno se posó con el capo y me logró quitar la escopeta con su pico, mientras volaba hacia el cielo.

Entré en el carro asustada y subí instintivamente el vidrio, mientras sacaba mis hachas del pantalón, otro de esos demonios logró llegar a la cajuela, me di la vuelta y apoyé la espalda en la guantera y lancé con fuerza las hachas rompiendo el vidrio, encajándosele en la piel del demonio soltando liquido morado.

—¡Ferrum! —Grite posicionando mis manos, mientras las hachas salían del cuerpo del animal, regresando hacia mis manos donde el brillo de la piedra rojo era intenso.

Estaba lista para el ataque, debido a que los animales seguían sobrevolando sobre nosotros, John sacó su celular y le marcó a alguien.

—Lizzie…. ¡No, no tenemos tiempo para hablar!, tienes que abrir la puerta ¡Ahora! —Esto último lo grito.  —Tienes que cerrarla apenas entremos, antes de que entren esas bestias.

Apretaba con fuerza mis hachas hasta que mis nudillos se hicieron blancos, logramos salir de la ciudad y vi como en medio de la carretera había una abertura en el suelo, me acomodé en el asiento poniéndome el cinturón, John aceleró mientras yo soltaba un pequeño grito, logramos entrar e inmediatamente se cerró justo a tiempo antes de que entrará ese animal.

La camioneta se golpeó fuertemente con el pavimento, frenó abruptamente haciendo que diera vueltas, esta vez no lo oculté y grité mientras me aferraba a mi cinturón de seguridad, la camioneta se detuvo cuando nos estrellamos con una pared.

Nos quedamos John y yo unos segundos tratando de reaccionar sobre lo que estaba pasando, me quité el cinturón, tratando de respirar.

—¿Estas bien? —John fue el primero en romper el silencio.

—Sí, ¿Tú? —Pregunté tratando de ver alguna herida, solo tenía una pequeña cortada en su ceja.

Asintió con una sonrisa en su cara, a lo lejos vi como venía una chica, traía puesta una falda negra con medias, unas botas estilo militar y una blusa negra de cuero que dejaba al descubierto su ombligo. Su pelo negro liso ondeaba mientras se dirigía hacia nosotros.



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En el texto hay: aventura, amor, viajar realidades

Editado: 15.05.2021

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