Mi realidad deseada

Capítulo 5

Capítulo 5

"Villana"

Salimos de lo que era la entrada del refugio, para caminar por un pasillo que estaba iluminado con antorchas, haciendo que todo luciera tenebroso; pasamos por una puerta que daba a una sala enorme donde había más de 2000 personas, algunas tratando de consolarse, otros estaban heridos, algunos traían vendas,tenían vendajes e inclusive tenían moretones o se habían roto algún hueso.

Me quedé petrificada viendo a las personas, hasta que un grito desgarrador me trajo a la realidad, era una madre que gritaba por la muerte de su hijo, lo sostenía en sus brazos, mientras los doctores le decían que no había nada que pudieran hacer.

John me tomó del brazo para que continuara el camino, si era cierto que yo había liberado al demonio, la muerte y tragedia de todas estas personas sería mi culpa.

Seguimos caminando por más salas, donde había más personas heridas. Dimos vuelta al final del pasillo, había una puerta de madera y avanzamos silenciosamente mientras los gritos que provienen de adentro de la habitación se escuchan perfectamente hasta donde estábamos nosotros.

—¡Hay que matarla! —Logré escuchar.

Eso hizo que me quedara parada en medio del pasillo, ¿Estaban hablando de mí?, fue lo único que pensé, si me querían muerta lo mejor sería que volviera a mi realidad.

Lizzie al notar que me quedaba atrás, volvió por mí, me dedicó una sonrisa para después tomar mi mano y caminar juntas hacia el salón; John abrió la puerta, dejando ver que la habitación estaba iluminada por un hermoso candelabro, habia una mesa rectangular con sillas, en donde habia varias personas reunidas. Entre ellas estaban Arlie, Madeline y los padres de todos mis amigos, al entrar a la habitación todas las miradas se dirigieron hacia mí. Sentía como comenzaba a sudar, no me gustaba ser el centro de atención y mucho menos cuando todas las miradas eran de odio.

—Buenas tardes. —Fue lo único que logré decir para romper el silencio.

Di unos pequeños pasos dentro de la habitación, Lizzie cerró la puerta cuando todos entramos.

—Buenas tardes, señorita Ramírez. —Dijo el papá de John. — Tome asiento por favor.

Parecía que había llegado en un terrible momento ya que estaban exaltados; Todos tomaron asiento en sus respectivos lugares, mientras yo quedaba en la cabecera de la mesa.

—Supongo que mi hijo le contó todo lo que está ocurriendo. —Comentó Eduardo.

Asentí con la cabeza; Al ver que nadie decía una palabra, continúe hablando. 

—Sí, me contó que algo sucedió cuando me fui, que demonios fueron liberados por todo el lugar, al parecer por órdenes de Balaam, destruyó la ciudad y que al parecer yo ocasioné todo esto… —Hice una pausa, tratando de ver si las personas ya sabían que yo no pertenecía a esta dimensión. —Al parecer también yo soy la única que puede detener esto.

Arlie me miró con los ojos rojos como si hubiera estado llorando, mientras que Madeline me veía confundida. Creo que había decepcionado a todos mis amigos de esta realidad.

—Exacto. —Dijo Eduardo. —Solo queremos saber ¿Cómo sucedió esto?, ¿Qué fue lo que hizo?

Sus ojos azules que eran idénticos a los de John, me dejaron helada; ¿Con qué cara diré que no recuerdo?, sé que soy su salvación, pero no sé cómo salvarlos.

—No recuerdo… 

Al decir esto, todos en la sala se comenzaron a quejar, a acusarme de ser la villana de la situación e inclusive propusieron que me torturaran o que me mandaran a prisión.

Las voces se elevaron otra vez, la madre de Madeline se levantó y golpeó fuertemente la mesa haciendo que todos le pusieron atención y guardaran silencio.

—¡Cálmense!, déjenla terminardejen que hableterminetermine de hablar, sino jamás podremos llegar a un acuerdo.

Agradecí internamente que fuera tan sensata, todos nuevamente se sentaron y volvieron a ponerme atención a mí, esta vez traté de meditar mis palabras, además de lucir segura, no iba a dejar que ellos me incriminaran por algo que yo no hice.

—Escuchen, sé que esto suena sospechoso… Yo no pertenezco a esta dimensión, creo que todos lo saben… —Dije esto mientras me paraba de la silla. —Pero yo no soy culpable, no recuerdo haber liberado a estos demonios y sé que jamás lo haría. No estoy mintiendo.

—Yo le creo. —Dijo Madeline. —Ella lleva un mes con nosotros, entrenó con nosotros, era la mejor guerrera que he conocido, así que le creo.

Le agradecí con la mirada, la tensión en esa sala aumentaba con cada segundo que pasaba, parecía una bomba que en cualquier momento explotaría.

—Salgan de la sala, necesito hablar con ella. —Dijo Eduardo.

Todos loslolo miraron desconcertados, pero hicieron caso, él era la máxima autoridad por lo tanto tenían que hacer lo que él dijera, todos salieron de la sala,;; Madeline cuando pasosese acercó a darme un abrazó y por mi lado me dio un abrazo mientras me susurrabasusurrósusurró.

—Me alegro de que estés bien.

 Antes de que pudiera contestarle se separó de mí y salió de la habitación, cerró la puerta dejándome sola con Eduardo, él era un hombre bastante intimidante, todo el mundo sabía que era bastante estricto con su hijo, el apellido le precedía ya que todos con ese apellido habían salvado el mundo o hecho algún cambio importante, él no era la excepción, ya que desde joven trabajo duro para llegar a donde estaba.



#11925 en Fantasía
#25621 en Novela romántica

En el texto hay: aventura, amor, viajar realidades

Editado: 15.05.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.