Mi Realidad Secreta

Capítulo VIII

Si te quedas mirando atrás, perderás quien te espera delante.

(Anónimo)

 

Alison, ya han pasado cuatro días desde que ocurrió tu incidente, y no has vuelto a saber de Taylor, ¿segura que él vino para algo bueno? Pues ese chico es algo raro— me interrumpe Sarah mientras pruebo mi sopa de camarones y papas. La comida de este lugar es terrible.

—No lo sé Sarah, todo es demasiado confuso. Pero de quien no he sabido es de Mike, no ha pasado por aquí, ¿acaso nadie le dijo? —esta vez no tiene con que defenderlo, no lo he visto hace ya cuatro días y no puede decirme que es porque no lo supo.

—Te equivocas amiga, Mike no ha dejado de estar aquí, anoche mismo amaneció en la sala de espera, ¿cómo es que no le has visto?

¿Qué?...

—Pues no lo he visto porque no ha entrado aquí, ¿y tú por qué no me lo dijiste antes?

—Disculpa pero pensé que al estar siempre tan pendiente de ti, hace tiempo te había añoñado y decirte tus dos o tres palabrotas.

—Pues no, no he sabido de él. ¿Y tú mamá, por qué no me dijiste que Mike andaba por aquí?

Mamá, que estaba envuelta en su celular, me mira extrañada. Como si no tuviese idea de lo que hablo.

— ¿Qué Mike no te ha saludado? Disculpa nena pero no estoy enterada de nada. Si lo vi salir unas cuantas veces pero no sabía que tú no lo verías.

—Ok, son de gran ayuda ustedes dos, de verdad que sí.

Acomodo la cabeza en el almohadón de la cama para que mis pensamientos naveguen en aguas desconocidas. ¿Solo a mí me pasan estas cosas? Aún tengo la esperanza de que al menos a mil chicas del mundo le ocurra lo mismo que a mí, eso sí, sé que estos mareos y dolores no son resultado de insolación como dijeron la primera vez.

Algo me dice que Taylor tiene un secreto demasiado estremecedor. Si no fuera así me diría la razón de por qué se culpa a sí mismo por algo que me ocurrió a mí.

También creo entender la razón de Mike al no verme. Sé que se debe sentir tan terrible como yo.

Antes nunca se me había ocurrido sentir algo por él, o que el sienta algo hacia mí. Sinceramente no sé cómo he podido lidiar con estas situaciones.

—Ali ¿irás a la fiesta de los Williams? En la escuela dicen que será asombrosa, me interesaría ir — Sarah me desconcentra de lo irreal para devolverme al triste mundo en que vivo.

—Sabes que en esas fiestas lo que reina es el alcohol y los condones. ¿Para qué quieres ir allá?

—Es que Nath estará allí. Vamos amiga no me dejes sola en esto.

Con que esas traía mi fiel amiga. Nath es uno de esos muchachos ricos que le caen bien a todo el mundo, en la escuela tiene buen comportamiento, pero fuera de ella es el mismo demonio. Sarah está embobada por él desde octavo grado. Pero ya saben cómo es, las chicas cristianas tendemos a no llamar mucho la atención, y menos de chicos ricamente apuestos.

—Ay por Dios. Ya olvídate de Nath ¡El ni te nota Sarah! —trato de que entre en razón. Por favor que funcione…

—No me nota porque no me hago notar. Ayúdame por favor.

Misión fallida.

 

 

—Si acepto prométeme que estaré tranquila en casa a las 11:00 pm. No necesito más problemas de los que tengo. Aparte de todo ¿cuándo es?

—Dos días antes del campamento de Victory, el siete de mayo.

— ¡Pero si solo faltan tres días para eso!

—Si lo sé, le hubiera pedido a Mike, pero me dijo que tiene cosas que hacer.

—Cae en cuenta que mañana salgo del hospital Sarah, y ya me quieres poner en lo que no estoy!

—Hecho… tendré que buscar amigas en alquiler para que vaya conmigo… es humillante. —dice colocando su carita de perrito hambriento.

No voy a negar que quisiera ir, si lo hago, tendría que salir engañando a mis padres para que no se den cuenta.

Amaría que confieran más en mí.

—Está bien. Iré, pero solo con la condición de que me ayudes a encubrir el acto ilegal.




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