Kay se encuentra apoyado a la pared entre dos habitaciones, con las manos cruzadas. Por el pasillo vienen corriendo sus padres.
-¿Qué sucede? - pregunto mamá, viendo la puerta encerrada y a él afuera.
-Ha despertado - responde tranquilo.
-¡Ay, por dios! - exclama en voz baja, poniendo la mano en el corazón y volteando a su esposo.
-Sí, amor - le dice papá, abrazándola, sintiendo la misma liberación.
La puerta se abre haciéndoles separarse.
-Doctor, ¿Cómo está mi hijo?
-Bien - contesta, dudando. - Físicamente, está bien, no tenemos de que preocuparnos, pero...
Felices corren en el cuarto, abandonando al doctor.
-Alberto, mi vida - dice una mujer corriendo a abrazarlo.
-Campeón - dice un hombre con lágrimas, besándole la cabeza.
Sin entender qué pasa, mira al frente a la única persona que se quedó detrás.
Cuando los adultos se alejaron, vio a lado de la puerta al doctor, por lo que pregunta:
-¿Doctor, quien son estas personas?
-¿Qué? - preguntan ambos adultos cambiando las caras de la alegría a la confusión.
-Hermano, ¿No non reconoces? - pregunta el joven que se quedó a los pies de la cama.
Con la mirada vacía, niega con la cabeza. Dándole a doctor la oportunidad de responder:
-Eso es lo que intentaba de decirles antes de dejarlos entrar. Muchacho aquí - comenzó, enseñándolo con la mano. -, sufre de amnesia, no recuerda nada. Ni su nombre, lo siento - bajando la cabeza abandona el cuarto.
-¿Nada? - pregunta la mujer, mirándolo.
-No - dice, negando.
El hombre la abraza mientras ella comenzaba a llorar.
-Bueno, entonces será mejor que haga las presentaciones - dice el joven, sin mostrar emoción alguna.
Acercándose a la cama, extiende la mano diciendo:
-Soy Kay, tu hermano. Y ellos nuestros padres, Verónica y Rodrigo. Tu nombre, el Alberto, como ya escuchaste.
Lo mira pálido, sin saber ¿qué hacer o que creer? Aceptando la mano al final.
Chico me sonríe, mientras yo me siente perdido.