Como se acercaban las fiestas, la relación de Kay y Nisa era más rara. Estar juntos era incómodo, dudaban de cada paso que daban y esto era evidente para todos.
-Hey, ¿Cómo va? - me pregunto Nisa, parada frente mi puerta entreabierta.
-Aquí - le contesto, levantando la libreta que comencé usar para establecer mis recuerdos.
-¿Cómo va con eso? - pregunta, entrando.
-Mal, sigo sin recordar. En realidad eres el único recuerdo que tengo.
-¿Yo? - dice, sorprendida, con ojos por fuera. - Pf - suelta, volteando la cabeza.
-Sí, me recuerdo de tu voz, mientras me leías en el hospital. Todavía no te lo agradecí, menos te pregunté por qué.
-¿Qué? - pregunta, levantando la mirada.
-¿Por qué lo hiciste?
-Eres mi amigo, ¿Qué no? Además, tu familia...
-A la que dejaras de ser parte, ¿No? - tome el valor y pregunte lo que los dos no son capaces.
-¿Podemos no de eso? - me pregunto, bajando la mirada.
-No creo que evadiendo el tema resolverán el problema.
-Mira, no sé que te dijo Kay, pero no es en ti resolverlo - dijo enojada, levantándose.
-Solo quise ayudar.
Sus ojos se llenan de lágrimas mientras me dice:
-No es fácil admitir que ya no amas tu primer amor, menos que esos sentimientos ahora son de otros.
Para brindarle consuelo, me acerco y la abrazo mientras ella se deja llevar y entre lágrimas dice:
-Los dos nos hacemos los ciegos nada más para no admitir la realidad y no dejar de vernos.
-Porque nos queremos - nos sobresalta la voz de Kay que está en la puerta. - Solamente de otra manera.
Kay entro y nosotros nos alejamos. Vi como Nisa se secaba las lágrimas mientras Kay preguntó:
-¿Nos permites?
Asentí con la cabeza y les dejé mi cuarto.
-Oye imbécil, eso es mío - me dijo mi hermano, quitándome el juego y de camino empujándome.
-¡Feliz cumpleaños a ti! - me canta mi familia.
-Vamos ahí Alberto, hay gomas - dice pequeña Nisa, arrastrándome hacia la tienda de feria.
Noche, carretera en frente y yo al volante. De repente vino una luz que me cegó, en el otro unos sonidos de llantas y desmoronamiento del metal. Mis oídos comenzaron a sonar y el carro volar junto conmigo en el asiento.