POV/ NARRADOR
Los días con Helena eran como una tregua. Como si el Rafe de antes quedara en pausa cada vez que la tenía cerca. Pero las cosas no podían mantenerse así por mucho tiempo.
Sarah se enteró primero. La vio con él en el puerto, riendo, tomándole fotos mientras él fingía estar molesto. En ese momento, algo en su interior se revolvió.
Más tarde, fue a buscarla.
—¿Sabes con quién estás saliendo, verdad?
—Sé quién fue —respondió Helena con firmeza—. Pero también sé quién es ahora.
—No. No lo sabes —dijo Sarah, con la voz temblando—. Él arruinó vidas. Incluida la mía. No puedes cambiar a alguien que no quiere cambiar.
Pero lo que Sarah no sabía era que Rafe estaba tratando. Lo que nadie sabía era cuánto le dolía mirarla y pensar que cualquier error podía arrastrarla con él.
Y entonces, llegaron los Pogues.
Una noche, JJ, Pope, Kiara y John B lo encontraron en la playa con Helena. Fue incómodo. Hostil. Las miradas lo decían todo.
—¿Estás bromeando? —espetó Jonh B—. ¿Tú con él? ¿Sabes siquiera de lo que es capaz?
—Ya basta —saltó Rafe, con los puños tensos—. No vine a pelear.
—Pero es lo único que sabes hacer —dijo Pope.
Helena se interpuso.
—¡Déjenlo en paz! No es el mismo. Está tratando…
JJ se acercó, retándolo con los ojos.
—La gente como tú no cambia, Cameron.
Rafe no respondió. Solo miró a Helena, dolido, porque sabía que todos sus esfuerzos estaban colgando de un hilo que podía romperse en cualquier momento.
Esa noche, él se alejó. Dejó de contestar sus mensajes. Se encerró en sí mismo.
Pero Helena no lo dejó ir tan fácil.
Lo encontró en el viejo astillero, mirando el mar como si quisiera perderse en él.
—¿Por qué te estás alejando?
—Porque te van a destruir por estar conmigo —murmuró, sin mirarla—. Y no voy a permitirlo.
—¿Y qué hay de lo que yo quiero? —le dijo, con lágrimas en los ojos—. No me enamoré del Rafe perfecto. Me enamoré de ti. Con todo lo roto, con todo el caos. Pero si tú no crees que mereces esto… entonces no puedo pelear sola.
Él la miró. Por primera vez, asustado. Porque Helena tenía razón.
Estaba enamorado. Pero también estaba aterrado de arrastrarla al infierno del que apenas estaba saliendo.
Y mientras tanto, Barry volvía a aparecer en la isla… con una deuda pendiente y un mensaje claro:
"Tú no puedes escapar de lo que eres, Rafe. Y ahora Helena también está en el juego."
03 CHAPTER