Mi regalo navideño, tu.
En estas fechas me siento tan melancólica… Me gusta recordar con amor a mis abuelos e incluso a mis padres que tanto mal en su día me hicieron.
Falta algo más de un mes para Navidad, se podría decir que es la época más bonita del año.
Las tiendas empiezan a colocar regalos y cuelgan bolas brillantes, en las plazas las decoran grandes árboles con luces, en unos cuarenta días volverá la magia de las fiestas.
Es una lástima, no tengo con quien compartirla, mis abuelos ya se marcharon, no están, eran jóvenes aún para morir, y mis padres con el tiempo siendo egoístas, se han distanciado, a veces pienso que me han olvidado. Quizás el que me tuvieran siendo una pareja muy joven influyó en que hoy en día no me necesiten en su vida.
No quiero decir con esto que no me quieran, desde luego que lo hacen, solo que a su manera.
No soy un alma solitaria, tengo muchos conocidos y algunos amigos. En la perfumería en la que trabajo tengo dos grandes amigos, uno es Eric un morenazo de ojos grises, que aparte de ser el jefe es mi mejor amigo, también es mi amor platónico pero eso es algo que nunca sabrá, no por mí.
Cuando llegué aquí, él fue el primero en ayudarme a salir adelante, por entonces no conocía a nadie, un día al salir a correr tropecé con él, del impacto caí al suelo y de inmediato empezamos a reír, después nos hicimos amigos. Doy gracias a Dios por haberme cruzado en su camino, un día hablando me ofreció trabajo en su tienda.
La otra es Eva mi compañera del alma. Es madre soltera, vive con sus padres y una hermosa rubia de tres años llamada Emma.
Ellos tres; Eric, Eva y su pequeña Emma alegran de mis días cuando me envuelve la melancolía y me gana, como ahora.
Acabo de salir de trabajar y no me apetece nada ir a casa, pero tampoco sé qué hacer o dónde ir. Si pudiera elegir, como es viernes me iría de copas a algún bar de la zona, a bailar y tomar una copa, pero salir sola no me emociona. No es que necesite a alguien para salir a bailar y beber, es que al final siempre me pasa lo mismo, me aburro y me marcho.l
Llegó a mi pequeño apartamento, solo tiene una habitación que para mí es suficiente, la única que duerme aquí algunas veces es la pequeña Emma y siempre duerme conmigo.
Me quito el uniforme de pantalón gris y camisa rosa que llevamos en la perfumería, pero me niego a ponerme el pijama, me gustaría salir. Camino hacía el baño y antes de entrar a la ducha entro a Telegram, escribo en el grupo que tenemos a ver si alguien me acompaña.
«Chicos, ¿alguien me acompaña a tomar una copa? Solo será una, y nos volvemos a casa».
Entro en la ducha sin muchas esperanzas de obtener respuesta; Eva tiene a Emma y Eric debe llegar bien temprano a la perfumería, siempre es el primero en llegar cada mañana primero.
Al salir veo una notificación de mensaje llevándome una grata sorpresa.
Eva «Emma está en el cine con mis padres si es rápido me apunto».
Eric «Con María ninguna salida es rápida, pero está bien, les haré compañía».
Eva «¿Dónde nos vemos?»
Eric «A ver qué dice ahora Maria»
Yo «¡Chicos que alegría! ¿Nos vemos en Bali's?
Eva «Ok».
Eric «Perfecto, en una hora nos vemos».