Mi Reina Anne

III CAPITULO

Anne

Estaba en una especie de castillo, porque no me encarcelaron o quemaron viva, aunque no sería tan mal regresar al infierno, en fin no tengo idea a qué reino pertenece. Es increíblemente hermoso pero no tan grande como nuestro reino, hay estatuas de lobos.. No puede ser, justo vine antes de la fiesta, o seré un miembro VIP.

Se que mi sarcasmo apesta pero es enserio no se que rayos hago aqui, la habitacion se ve comoda a decir verdad, estoy haciendome una idea de dormir como Aurora para toda la vida ya que se encuentra una cama comoda, perfecta bueno hay tantos puntos buenos. Muero de hambre.

Sali de la habitacion, quien carajos se quedaria todo el dia en esa habitacion, recuerdo que unos guardias solo me dejaron en la habitacion sin mas y se fueron. Creo que no saben quien realmente soy, pero no son mis territorios y pienso con la cabeza, no con los pies como el dueño de este castillo. Esta loco si cree que me quedare sin largarme de aqui.

Luego de salir de la habitacion, encuentro una larga fila de pasillos, pero opte por bajar las escaleras asi sin mas, recorri cada cuadro que habia, se ve que son una gran familia, desde el primer descendiente hasta al actual y el mas pequeño de la familia. Me muero por conocerlos... una diablilla en un castillo que puede hacer cenizas con solo pestañear sera divertido.

Habia una puerta gigante de cristal, la luz irradia feuerte en ella a pesar de la neblina denza que se extiende, de pronto siento esa mano calida en mi cintura, pero su prescencia se siente fria. Sin pensarlo dos veces actuo y me safo de su agarre, lo observo detenidamente, es fuerte suena en mi cabeza. No tuve otra idea en la cabeza pero su mirada se quedo perpleja y sin querer notarlo su labios carnosos se ven apetitosos.. hacerlos sangrar seria mi mayor deseo.

—Buenos dias... y bienvenida a nuestro reino. Te encuentras bien?— su voz salio serena y fuerte, baje la cabeza por no explotar con la ira que me acumulaba, no tenia ningun derecho al traerme aqui. — Como te llamas Princesa del Reino de los Brujos— Habla nuevamente con ese tono elegante, aun sigo sin responderle porque no a respondido porque me encuentro aqui, no es necesario preguntarle yo misma si el mismo puede respoderla.

Resoplo fuertemente para tomar aire y no tener que darle un golpe que lo mande directo a su tumba. —Soy Anne— respondi seriamente pero el solo asintio con la cabeza y lo observe con cara de pocos amigos, estaba que lo queria comer vivo. — Ya diras porque me trajiste aqui, si sabes que soy una amenza y tampoco me conoces muy bien... — El observo detenidadamente mis articulosas palabras que acabo de explotar.

—Tu.. es necesario que comas primero para responder con exactitud, el porque estas aqui — vacilo enserio y me tutea hay xd no soy ni su hermana para semajante trato. Lo miro de enfrente y muy cerca, que hasta nuestra narices rozan, solo me observo. Respondi directamente

—No soy un maldito objeto, asi que me lo dices ya, porque no creo que quieras conocerme en este momento— Levanta su mano directamente para mi cintura como queriendo alejarme, pero fui mas rapida y lo aprisione con mi pierna en la pared, que juro que aqui mismo esa pared se hubiese partido en dos, mi fuerza dobla el poder que tiene un lobo. Lo mire llena de rabia, detesto que no sean directos y hablen con rodeos, no me importa si quiso ayudarme cuando me transforme pero no debio meter sus narices donde no lo llaman.

—Edmond?? — Escucho ese nombre como si estuvieran presenciando la peor escena de su vida, de repente nos alejamos el uno del otro y observo a la persona que ha llamado al supuesto Edmond que ahora supe su nombre sin querer.

—Mama, como estas? — la saluda con un beso en la mejilla a una muy bella mujer, de piel blanca y formidable se ve que con solo la mirada destella una amabilidad angelical. – le daba la bienvenida a nuestra invitada Anne…— me observa por un segundo queriendo que hablara y solamente agrego el mismo – Del reino de los brujos — sin más solo sonreí, pero hable.

­­—Porque estoy antes de la fecha? — creerán que no tengo modales, pero en mi sano juicio van a descartar el que no obtenga respuestas ahora. La observe a los ojos, su bella Loba es astuta así que espero se pongan de acuerdo y me digan que hago aquí.

—Mama primero tenemos que hablar— le dijo para luego observarme a mí, parecía un juego de miradas ya me estaba cansando la verdad — Porque entras a mis territorios antes de la fecha — estaba cavando su propia tumba, su mama no tenía ni idea que pasaba, pero su mama nos dejó asolas sin ningúna respuesta.

Luego volvió hablar, sí que tenía ganas de hablar parecía que iba explotar de paciencia y eso me divertía.

—Estas segura de querer hablar ahora mismo de lo que paso esa noche, porque con gusto nos sentamos hablar. ¿Te parece? — enserio me estaba retando veremos que jugada tienes para mí, o aprenderás a jugar conmigo porque sus trucos no me sirven.

—Esa noche simplemente te metiste donde no debías y si quieres un duelo a muerte por meterme en tus territorios pues que así sea – El me miro con cara de espanto no se esperaba esa respuesta, pero ya no tengo más opciones y tengo cosas pendientes por hacer en este mismo momento.

Desaparecí en un cerrar de ojos, me teletrasnporte a una zona fuera del Palacio o castillo como sea, pude haberlo en el momento que salí de la habitación, pero necesitaba respuestas y el muy tonto de ese Lobo no sabe ser directo y hablar sin rodeos, porque no conozco la palabra paciencia, pero en un flashback…

La reina su madre al verla a los ojos puede hablar con ella en un espacio donde había un árbol, solamente eran hojas blancas, no diferencie su especie, se ve radiante pero aun no identifique que tipo de arbol es ya sé que como bruja debo conocer toda aquella especie de árbol que porque hay muchos que contiene secretos de nuestro reino,se conectan entre si, pero esta fue la excepción, vi a esa mujer de tés blanca, la mama de Edmond el principe, pero ahí estaba su Loba blanca como la nieve con una mancha azul como un claro de Luna. Ella me sonrió, pero mientras caminaba dijo; si quieres respuestas no te alejes de Edmond, él puede ser el escudo que necesitas para protegerte de ti misma…”




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