Mi Relación más Tóxica es con Mamá

Jardines que nunca crecieron

17 de marzo de 2016.

9:12 AM

Me diste semillas con la orden de florecer,
pero me enterraste en sombra.

No llovió ternura,
no sopló viento de aliento,
y tus manos, en vez de arrancar malas hierbas,
arrancaban mis brotes.

Crecí torcida hacia donde nunca hubo sol.

Recuerdo que me decías: "Sé fuerte",
pero nunca me diste agua.
Me pedías frutos antes de que aprendiera a sostenerme,
me exigías flores cuando aún temblaban mis raíces.

Mi infancia fue un huerto seco,
con macetas agrietadas y tierra que dolía tocar.
Yo veía cómo otros niños
eran regados con besos y palabras dulces,
mientras tú cuidabas tu jardín interno,
ese que no compartías conmigo.

Intenté florecer de todas formas:
me pinté hojas falsas con sonrisas prestadas,
me colgué pétalos inventados para que creyeras
que estaba creciendo como esperabas.
Pero dentro de mí,
solo había tallos frágiles
luchando por no quebrarse.

Cada vez que intentaba asomarme a la luz,
me recordabas que el viento podía arrancarme,
que era más seguro quedarme bajo tierra.
Así, aprendí a temer al sol,
a desconfiar de la lluvia,
a creer que crecer era peligroso.

Y ahora, ya adulta,
cuando alguien me ofrece cuidado,
mis raíces tiemblan como si la caricia
fuera una pala dispuesta a arrancarme.

Quizá nunca entendiste
que una hija no florece por orden,
sino por amor.
Que el crecimiento no se impone con miedo,
sino que se nutre con paciencia.

Hoy, en este jardín propio que he empezado a cultivar,
mi tierra sigue herida,
pero aprendí a sembrarme a mí misma.
Y aunque todavía me duela el sol en los ojos,
no pienso volver a crecer en tu sombra.



#9065 en Otros
#2657 en Relatos cortos

En el texto hay: poemas, versos del alma, mommy issues

Editado: 01.08.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.