COMO SIEMPRE LO FUE

Hasta de su sonrisa me olvidé. Hoy diecinueve lo extraño mucho, pasé por los lugares en la que sostenía su mano. Donde estaba feliz con su mirada. Extraño hasta escucharlo hablar de nuestro futuro, todo se terminó.

Hoy recibo un mensaje suyo, como esa misma dulzura al escribir, enserio lo extraño.

Pero hablemos en presente, quiere mandarme a rodar y duele mucho. Entonces ¿Cómo puedo seguir? Sí hablara en otro idioma le diría en ese idioma todo lo que ya le dije y no entiende, que estoy arrepentida de lo que hice y quiero intentarlo y se niega.

Ni habían negado tanto, era mi persona favorita y estar con él, era estar dentro de un cristal; cristal que hoy se rompió y me lástima ahora.

Heridas que dice él que no las tengo, ¿cómo lo sabe? Ni yo lo sé. Dice que no sabe nada de mí; y yo recuerdo contarle detalles de eso.

Enserio quiero olvidarlo, no sé cómo, pero lo intento, enserio que lo intento. Ayúdame que quiero eso, quiero olvidarlo, quiero hacerlo para que él pueda ser feliz. Debo admitir que ya lo perdí y escuchar a mamá: por tus miedos lo perdiste, por no acariciar lo perdiste.

Lo que no sabe es que mis miedos nacieron en casa, mis miedos crecieron en un cuarto de cuatro paredes con mi presencia y de una sombra que me acompañaba cada que no estaba ella.

Que mis miedos de hicieron notar, porque no había recibido tanto amor así de alguien. Quiero terminar con esto.

Porque me perdí en dos semanas, y estoy para dar unos exámenes más y quiero estar concentrada.

Recuerdo la sorpresa de papá al enterarse que su hija quería a alguien, fue el día en la que creía que está a más calmada. Pues ya esa personita no estaba.

Quizás no esté preparada para esto, tengo tanto por seguir, duele cada parte de este corazón. ¿creo que lo tengo todavía? Creo que sí.

Quizás no te vuelvan a leer, porque este escrito queda en mí y en ti. Cómo siempre lo fue.