Quién diría que volvería a escribir pensando en ti,
en la manera en que tus besos,
tan suaves como un susurro,
dejaban huellas invisibles que aún siento.
Pensando en tus caricias,
esas que parecían diseñadas
para encontrar cada rincón de mi alma,
como si tus manos conocieran
el lenguaje que mis silencios callaban.
Creo que algunas cosas no cambiaron,
como el eco de tu risa
que todavía resuena en mis memorias,
o esa forma tuya de mirar,
como si el tiempo se detuviera
solo para nosotros.
Y aunque los días y las distancias
jugaron a separarnos,
hay algo que no se desvanece,
una certeza que late entre líneas:
que lo que fuimos aún habita en lo que somos.
Quién diría que, después de todo,
el recuerdo de ti
seguiría encontrándome entre las palabras,
y que, al escribir,
volverías a ser mi inspiración,
mi verso perdido y encontrado.
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Editado: 22.07.2025