DIECIOCHO AÑOS

Déjame decirte que conocerte fue de lo que menos tenía pensando, de lo que me chocó en su momento y de lo que no cría que me sucediera a mí. Pero bueno, entendí que tenemos tantas similitudes, de que cuando estamos tristes es mejor reír que llorar, que tenemos que tratar al resto con respeto y con una gran sonrisa, a pesar de sentirse mal uno mismo, no sé si esto te llegue a ti, pero necesito decirte algunas cosas.

Fui fuerte, luché en verdad por mis cosas y no me dejaron caer, porque sí, algunas veces quería simplemente dejar todo, tuve grandes columnas que no me dejaron caer, columnas que una con el tiempo a veces necesitaba algunos refuerzos propios. Siempre creía en las personas rotas que dicen que se esfuerzan mejor que uno que está completo y sano, pero en verdad las cosas no son así, creo que, a estas alturas, puedo decir que también soy claro ejemplo de ello.

Nunca me faltó nada en verdad, no creas que me faltó, siempre crecí alegre, y sigo siendo alegre, increíblemente hay cosas que no entiendo del por qué sucedieron, claramente tu pasado está atando al mío, pero es mejor que yo no sepa de ese pasado, ay de nuevo lloro, recordarte hace que llore.

No puedo comprender algunas cosas, odio cuando no puedo entender toda una rompecabeza, pero creo que es momento de soltarlo, de dejar ese pasado, de creer que todo es mejor así.

Te escribo esto para decirte, que, en verdad, me sacaste muchas sonrisas, muchos sueños aumentaron, tu manera de ver la vida es la misma que la mía y pues continuo, claro que me dijiste algunos consejos y que cuando no pude, me apoyaste. Debo decirte que ahora, justamente ahora, es hora de irse, de dejar que continues con tu vida, como lo hicimos durante dieciocho años… la vida continua, quien sabe, con el tiempo quizás nos encontremos en otras circunstancias, con otros deseos, gracias por cada momento vivido…