Abro los ojos desde la comodidad de mi cama, me siento, veo mi alrededor hecho un desastre, debo dejar de hacer maratones, camino hacia mi baño veo mis gigantescas ojeras, mi cabello hecho un completo desastre, mi rostro descuidado, y no estoy nada orgullosa de mi olor, aunque es de esperarse hace una semana que no me baño.
Lavo mi rostro y ya no se ve grasoso, se ve perfectamente limpio, comienzo a cepillar mi desastre de cabello hasta que vuelve a ser el mismo ondulado esponjoso de siempre, cepillo mis dientes es lo único que no descuidé ni descuido cuando es un maratón de series, películas y libros, vuelvo a mi cuarto hecho un desastre, hoy nos mudaremos y llegaran personas desconocidas a empacar todo por nosotros, me gustaría que al menos mi cuarto esta decente cuando lleguen, comienzo a recoger la basura las cajas de pizza, las envolturas de hamburguesas y chucherías, ordeno mi cama, al terminar mi cuarto vuelve a ser el mismo saco la basura y vuelvo al baño quito mi ropa y me doy un largo baño de una hora.
Veo mi delgado cuerpo desnudo en el espejo, no soy tan alta pero si soy muy delgada, de hecho mis padres creyeron que cuando tenia doce años tenia anorexia o bulimia a un nivel leve por mi delgadez, hasta los días de hoy sigo pensando que exageraron, no llegan a verse mis huesos, bueno, mis costillas y columna, pero no tenia ni un solo síntoma. Mis pechos se niegan a salir del todo y mi trasero se puso de acuerdo con ellos, mis piernas de pollo, mis brazos de fideo, sueno como una chica promedio quejándose de su cuerpo pero todo lo opuesto, amo mi cuerpo no tengo ningún complejo con el. Me pongo el uniforme de mi instituto y camino hacia la cocina, me cocino unos huevos con bacon los sirvo en mi plato, es gracioso pensar en que esta comida grasosa es lo mas sano que eh comido en una semana, pero para mi los maratones de una semana son sagrados nada de perder tiempo cocinando ni bañándome ni nada.
Hoy mis padres regresan de su viaje, nunca fueron unos padres muy presentes, fui más criada por unas sirvientas que por ellos, aun así no les guardo rencor ni nada, siempre estuvieron cuando los necesite me llaman siempre que saben que la estoy pasando mal y jamás se perdieron ningún día importante, a pesar que su trabajo solo va de viajes.
Vuelvo a mi habitación y tomo mi mochila, me la pongo en mi espalda y salgo de mi casa, la sierro con llave y comienzo mi camino, mi instituto es privado, y es uno de los mejores, no somos millonarios, pero soy hija única y el salario de mis padres ajusta de sobra para mi instituto, queda a unas cuantas calles de mi casa así que camino.
Entre más camino más veo grupos de amigos reencontrándose, es el primer día de clases es normal, amo el primer día de clases nadie me ve, soy invisible todos estan más pendientes de los populares y de los cambios de sus amigos ¿Porque se interesarían por la chica que nadie conoce?, pero, amo eso.
Siento el duro pecho de alguien chocar contra mi levanto mi cabeza para ver quien, maldigo con todo mi ser a Blake Rusell.
-Lo siento fue mi culpa -Dice el y comienzo a sentir las miradas en mi.
-No te preocupes -Digo con indiferencia, él recoge el libro que se me callo y me lo entrega.
-Amo este libro, es una de mis favoritos -Alarga la conversación y yo quiero correr hasta la tranquilidad de mi asiento.
-Sí... es muy bueno.
-Bueno no te molesto más, toma -Me entrega el libro -Espero que me disculpes.
-Gracias -Digo de forma seca y sigo con mi camino.
Él era Blake Rusell, el típico chico cliché de toda institución del que todas las chicas se mueren, sin embargo yo lo veo normal, creo que todas exageran, o las películas, series y libros me dejaron un rango muy alto en cuanto a chicos, porque jamás eh sentido nada por ninguno que sea cercano.
Llego a mi salón soy la primera, me siento en el mismo asiento de siempre, el ultimo que esta al lado de una ventana.
Coloco mi mochila en su lugar y me siento a esperar.
Unos minutos después de que todos estén en el salón veo a la profesora Wilson entrar con mucha emoción.
-Antes de que me presente por así decirlo quiero que conozcan a su nuevo compañero, Angus puede pasar -Veo a un chico alto, con cabello es negro, tez blanca, ojos café y cuerpo bien trabajado, será un nuevo chico por el que todas las chicas se mueren lo sé porque todas estan susurrando.
-Hola mi nombre es Angus Hawk -.Luego de su corta presentación lo escucho preguntarle a la maestra si puede sentarse y ella acepta, esta camina hasta mi lado y se sienta justo a mi lado, si, puedo sentir la mirada de las chicas, todas son de envidia.
-Bueno, este es su primer día de clases, tengo un proyecto gigantesco y millonario para esta clase, soy su maestra encargada, me siento muy alegre ya que ustedes no solo son mi primera clase, sino que también son la primera generación que comienzo y termino su siclo de institución, les prometo que su ultimo año sera un gran año, soy Serena Wilson, quiero ser su amiga, pueden preguntarme por cualquier cosa que quieran, les ayudaré todo lo que pueda, por lo mismo el proyecto, sin embargo no se los contare hoy -Escucho a mis compañeros quejarse -¡Ya sé!, estan curiosos, pero tendrán que esperar hasta mañana.
(...)
Escucho la campana, según nuestro horario la clase la tenemos libre, cuando termino de guardar mis cosas veo a el chico nuevo todavía no sale.
-Coraline podría venir un momento -Me llama la señorita Wilson y yo camino hacia ella.
-¿Que sucede?.
-Me gustaría que le diera un pequeño tour por el instituto a Angus ¿Podría hacerlo?.
-Lo lamento, pero no -Respondo con sencillez.
-Le daré cinco puntos extra -Me guiña el ojo.
-Hecho -Ella me sonríe y veo a el chico nuevo caminar hacia mi.
-¿Coraline? como la de los botones -Dice refiriéndose a la antigua película de los estudios de animación laika.
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Editado: 24.08.2020