El tiempo corre sin parar.
No se detiene por nada ni nadie.
Causan heridas difíciles de sanar.
Y de reflexionar no nos permite.
Es así, para todos, no va a cambiar.
Hay que afrontar que la vida es dura.
Pase lo que pase, no hay que dejar de amar.
Porque no sabemos cuándo dejaremos de respirar.
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Editado: 18.03.2022