Mi rosa negra

Prologo

Ya era tarde, la escuela primaria Richstone estaba casi vacía, casi ,pues horas antes cerca de las tres de la tarde los padres habían recogido a sus hijos, todos los niños habían abandonado la escuela y se encontraban jugando o viendo televisión en sus casas todos menos una pequeña niña de cabello corto y oscuro que se había quedado esperando a su papá y mamá.

Sentada, apoyándose en el enrejado, veía las hojas de los arboles caer, y los columpios meciéndose y rechinando gracias a los vientos de otoño, a ella le gustaba mucho el patio de recreo, demasiado, pues con tan poca luz y el frío hacían de ese patio algo realmente escalofriante.

Ella miró sus manos con atención, se saco los guantes de lana que su mamá le había puesto y se quedó mirando sus pequeñas manos que empezaban a congelarse, tenía la mirada perdida, no tenía expresión en los ojos,algo muy extraño en los niños, ella se veía tan seria como una persona mayor, pero sólo contaba con ocho años de edad.

-Hola- escucho una voz muy fina a sus espaldas, volteo presurosa y cambiando esa fría mirada por una más sorpresiva. Le había dado un susto grande pero se calmó al ver de quién provenía la voz, era un niño de su misma edad, cabello negro y piel morena, cuál café con leche-¿qué haces ahí? ¿Tus padres aún no vienen por ti?-

La niña no respondió y volvió su mirada a sus manos esperando que su repentino acompañante se marchara.

-oye- decía El Niño tratando de captar su atención

-¡Oye!-repetía metiendo su dedo entre los agujeros de el enrejado; los cuales tenían formado rombo, y con este picando a la niña repitiendo a la vez el incesante "Oye, oye", haciendo más presión hasta colmar la paciencia de la pequeña.

-¡Basta!- gritó ella-¿Qué quieres?-

-Hablar-

-No me dejan hablar con extraños-

-Ya veo...mi nombre es Benjamin Lair, pero puedes llamarme Ben- decía este sonriente, pero la niña no entendía tal comportamiento-Mamá dice que cuando conoces algo de una persona está deja de ser extraña, por el nombre uno deja de ser extraño...yo ya no soy un extraño, pero tú sí-

La niña tardó unos segundos en responder pero al final cedió al juego.

-Keira, Keira Vandom-

-Que bonito nombre, ¿eres la nueva? ¿Porque siempre estás sola? Eres muy rara-

La niña no respondió.

-Me gusta tu vestido-

-¿Qué?-

-Me gusta tu vestido porque es morado como tú cinta ¿te gustaría jugar conmigo mañana en el recreo?-

-Si-

-Bien, entonces mañana jugaremos juntos pero trae pantalones, o será difícil jugar-

-¡Ben!- se escuchó el grito de una mujer

-Es mi mamá, me tengo que ir, adiós Keita, Kita-

-Keira, solo llámame Kira-

-y tú puedes llamarme Ben, seamos amigos-

-Amigos-

Dijo la niña sonriendo.

-Benjamín Lair, ven aquí- se escucho denuevo a la mujer, esta vez a menos distancia.

-Adiós Kira, hasta mañana- dijo el niño corriendo hacia su madre.

-Adiós- respondió la niña con voz muy suave, volvió a sentarse en su lugar abrazando su mochila, denuevo se escucharon los columpios rechinar, pero ya no soplaba el viento, pero uno de ellos se movía constantemente, el sol caía más y más, ya estaba muy oscuro, finalmente una profesora abrió la puerta de el patio trasero y vio a la niña acurrucada en ese lugar.

-Keira, tus padres han venido por ti, vamos, ¿qué hacías aquí? Debes estar congelada-

-Me gusta el patio-

-Pero ya no es hora de jugar, entra que tus padres están aquí-

La niña tomó sus cosas y corrió dentro de las instalaciones de su centro educativo, al cruzar la puerta vio ya en el pasillo a sus padres recibiéndola con brazos abiertos.

-Hola tesoro- decía la mujer abrazando a su hija

-¿Cómo te fue en tu primer día?- preguntó el hombre.

-Fue genial, tengo un nuevo amigo, se llama Ben-

-¿Ha pasado algo extraño?-preguntó la madre con cierta inquietud.

-No , todo igual-dijo la niña agarrando de la mano a su madre.

-Bien-

La niña miro hacia atrás mientras caminaba con sus padres a la salida, miro detenidamente la ventana de la puerta que conducía al patio, mientras se acercaba a la salida de la escuela dejó de mirar la puerta, salió saltando las gradas de dos en dos, se metió al auto gris de sus padres y mientras esté arrancaba se dispuso a mirar por la ventana el paisaje, al pasar por el patio de juegos pudo notar algo muy raro, ella estaba sola en el patio hace unos minutos, pero cuando pasó por ese lugar en el auto, vio que justo en el lugar donde ella se encontraba hace poco, estaba una figura alta y delgada apoyando su cuerpo contra el enrejado, se podría decir siguiendo el auto con la mirada, la niña rápidamente volteo a ver a otra parte, pues aunque la luz era muy escasa ella logró ver su cara, y la logró ver mejor cuando ese ser apoyo su rostro contra el cristal de la ventana de la puerta al patio, un rostro amarillo con la piel seca cual desierto, rojo enfermizo en los ojos, como si tuviera conjuntivitis y mirándola con una sonrisa asquerosa.



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En el texto hay: fantasmas, romance, brujas

Editado: 25.09.2018

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