Mi roto San Valentín

Capítulo 37

Capítulo 37: Ira


Los días pasaron y puedo decir que poco a poco nos estamos acostumbrando al hecho de saber que Kate no tendrá un bebé. Pero Kylan –como llamamos a Dylan y Kate- aún está lastimado. Y tener las cosas de bebé alrededor fue mucho peor, así que decidimos que las cosas las guardaría en un depósito hasta que llegue el momento de darles uso. Era lo mejor para todos. Aunque inocentes, cualquier referencia a bebés lograba angustiar a la pareja y también a mi novio un poco. 

Luego de esa noche en la que supimos lo de Kate y Ashton me contó sobre Sarah, algo se siente diferente. No en un mal sentido, pero puedo notar que las cosas han cambiado un poco entre nosotros. Es como si se hubiera sacado un peso de encima. No voy a negar que me desconcertó un poco que me lo contara, es decir, es un tema muy doloroso para tratar, pero él quiso hablarlo conmigo. Y pienso que eso demuestra cuánto confía en mí. 

No tenemos secretos entre nosotros, creo que todo se ha dicho. Quizás algunos detalles minúsculos no, pero todo lo importante sí. No hay nada pendiente por hablar, aunque por mi parte me queda decirle que lo amo, pero no es algo para lo que aún esté preparada para decir. 

Ashton está mucho más cercano a mí, hay una intimidad y familiaridad que me resulta reconfortante. Podría decir que nuestra relación está más fuerte que nunca. Vamos muy en serio, falta que conozca a sus padres y sacarme toda la tensión y nerviosismo de encima. Si bien no estoy tan nerviosa como cuando me dieron la noticia, aún tengo un poco de miedo sobre cómo podría resultar todo. 

Pero ahora no temo sólo por mí. Estamos a una semana y media de viajar a Dinamarca y sé que las chicas están nerviosas. Drew no deja de hablar tronándose los dedos, temo que en cualquier momento se los quiebre. Amber, Selene, Julian y Evan están un poco más tranquilos. Ansiosos e impacientes, pero no tan nerviosos y es de comprender. Ellos no van a conocer a la familia de su pareja. Que vaya Evan definitivamente me hace sentir un poco nerviosa, él es un poco bochornoso. Le gusta avergonzarme, pero me consuela que vaya Sel y saber que lo hará comportarse. Kyle está un poco entusiasmado hablando del viaje y creo que lo hace para que nos distraigamos y no pensemos tanto en el bebé de Kylan. 

Dylan no está muy animado, pero intenta participar en las conversaciones y bromear un poco. Es muy obvia la diferencia entre este Dylan y el que conocí hace unos meses, pero estoy feliz de ver que al menos no está sumido en una gran depresión e intenta superarlo. No obstante, no puedo decir lo mismo de Kate. Ella no habla mucho, está bastante decaída aún y está cocinando en exceso. Siempre nos está dando un poco de cierta comida o postre. 

Tomo un sorbo de mi cerveza sin prestar atención a otras de las anécdotas de Kyle en su niñez. Los chicos participan aportando detalles y las chicas sonríen escuchando atentamente. Doy una mirada a la cocina donde veo a nuestra chef seguir cocinando. Me levanto del sillón dejando que sigan con su conversación y me acerco a la cocina. Kate está batiendo la mezcla para un pastel o unos muffins. Hay un pastel de chocolate recién horneado en la mesada, aún le sale humo. Supongo que hace otro mientras espera que ese se enfríe un poco para decorarlo. 

Me apoyo en la encimera y la miro sin decir nada. Ella tampoco habla, está muy concentrada en mezclar. Ni siquiera está usando la batidora eléctrica, hace todo a mano. Sospecho que para tardar más y mantenerse ocupada. Percibo la mirada Dylan en nosotras, como si estuviera preparado para intervenir en cualquier momento. 

—Ashton amó la mermelada —comento dando otro sorbo a mi cerveza. 

—Pensaba hacer de mora luego de los pasteles —No se detiene. Sigue batiendo y ni siquiera me mira—. Compré mucha fruta, les daré luego. 

—Seguro le encante, está encantado con tu comida. Creo que podría pedirte ser la novia si no estuvieras con Dylan y yo con él —bromeo y veo que reprime una pequeña sonrisa. Eso es bueno—. No lo culpo, si fuera lesbiana, tú serías mi primera opción. 

—Creí que sería Drew —dice mirándome de reojo. Puedo ver curiosidad. 

—Tú cautivas mi estómago y ambas sabemos que Drew me envenenaría con su comida —Sonríe un poco y me aplaudo internamente. Sí, Drew es un desastre para la cocina, pero al menos sabe degustar—. Pero ella es una pelirroja fogosa con un cuerpo de muerte, así que es mi segunda opción… O podríamos tener una relación las tres juntas —sugiero con una sonrisa y ella me mira con el ceño fruncido, pero parece curiosa—. Ya sabes, esas que no son monógamas. Creo que se les dice triejas… trejas… algo de eso. Sería una relación abierta. 

—¿Como el poliamor? —pregunta volviendo a batir con una pequeña sonrisa. 

—Sí, seríamos una bomba… ¡Como los ángeles de Charlie! —Esta charla es tan desestructurada y relajante—. Tú eres la experta en cocina, Drew la experta en sexo y yo… 

—La experta en el orden —bromea sonriendo bastante grande. 

—¡Exacto! —Doy otro sorbo a mi cerveza con una sonrisa mientras ella pone la mezcla en el recipiente—. Tendríamos sexo increíble y constante. Comida deliciosa todos los días y un buen equilibrio. Seríamos perfectas. 

—Sobre todo en el sexo que conocemos las mañas de las otras —dice y asiento con fuerza haciéndola reír, puedo percibir la mirada de los otros en nosotros—. Y las alergias en la comida. 

—¿Lo ves? ¿Qué esperas, Maravilla? —La empujo suavemente y ella sonríe negando con su cabeza—. Tengo contactos, te llevaría estrellas al restaurante y Drew puede sacarnos fotos eróticas como hizo con Kyle. 

—Está bien, dejaré a Dylan por mis ardientes amigas. 

—Podríamos celebrar nuestra relación con sexo, chocolate y crema —propongo mirando los elementos en la mesa—. Ya sabes… podríamos convertirnos en un gran postre con… 

—¡Ari! —exclama haciendo que ría y ella se pone completamente roja—. No quiero saber esas cosas. 

—Bueno, puedo mostrártelas... Llamamos a Drew y calentamos el horno entre las dos. 

—¡Ariadne! —regaña sonrojada y me empuja, pero eso no evita que ría y ella sonríe negando con su cabeza—. No tienes remedio. 

—Así me amas —Lleva el recipiente al horno y las cosas sucias las deja en la pileta antes de volver al pastel que ya no parece estar tan caliente. Supongo que piensa decorarlo. Acabo mi cerveza y la dejo a un lado antes de ir al congelador y sacar una—. ¿Quieres una cerveza? 

—No puedo… —dice antes de detenerse. Sí, ella no podía tomar por el bebé. Parece que ahora lo ha olvidado. Dejo la cerveza sobre la encimera y la observo. No dice nada, mira fijamente la mesa—. No, gracias —responde comenzando a batir la crema. Sus ojos están vidriosos. 

—Kate… 

—Lo sé, en algún momento debo superarlo, pero ahora mismo es difícil. 

—Mantenerte ocupada todo el día no hará que deje de doler —murmuro tocando su hombro. Sigue batiendo, pero veo un atisbo de lágrimas en sus ojos—. Debes descargar todo ese dolor que estás sintiendo ahora mismo… 

—No quiero hablar de ello —corta batiendo más fuerte. 

—No, pero es necesario para sanar. 

—¿Me lo dices tú que siempre evitabas hablar de Jordan? —ataca y me sorprende un poco, pero me ordeno mantener la calma. 

—Al menos no fui una cobarde y acepté mis sentimientos. 

—No sabes lo que estoy sintiendo —dice con su ceño fruncido y mirándome de reojo—. No tienes ni la maldita idea. 

—Nunca creí que fueras una cobarde, pero desde que estás con Dylan parece que andas con miedo de todo. De amar, de experimentar, de vivir —comento cruzándome de brazos. Detiene el batido y su ceño se frunce un poco más, se está enojando bastante—. Perdiste un bebé, ¿y qué? Incluso en el poco tiempo que lo tuviste fuiste una cobarde. Llorando por saber de su existencia, sufriendo por si Dylan se haría cargo —Agarra con más fuerza los elementos de cocina y aprieta su mandíbula—. Ni siquiera lo merecías, ibas a ser una madre cobarde y no… 

No lo veo venir. Su puño impacta en mi mejilla y hace que retroceda un par de pasos. Duele como la mierda. 

—¡Cállate! —grita acercándose unos pasos. 

—Necesitas que alguien te diga tus verdades —Muevo la mandíbula, sí que pega fuerte—. Admítelo, Kate. No habrías podido con él. 

De nuevo se precipita hacia mí y su golpe consigue tirarme al suelo. Se cierne sobre mí y golpea mi rostro, intento esquivar un par de golpes, pero recibo algunos en el vientre, los brazos y la cara. 

—¡Deja de hablar! 

Río porque sé que eso la saca más de quicio. De reojo veo a los demás parados y a la expectativa. Dylan y Ashton intentan acercarse, pero le dedico una mirada a mi novio y se detiene tomando al primo del brazo. 

—Eres una vergüenza. Mírate, arrastrándote por los rincones. 

—¡Eres una maldita! —grita tirando de mi cabello y golpeando mi rostro. Intento invertir posiciones, pero ella está tan enfurecida que no me deja—. ¡¿Cómo se te ocurre decir que no lo merecía?! 

—¡No era para ti! ¡Admítelo! —exclamo recibiendo un puñetazo en la boca—. ¡No mereces ser madre! 

Escucho jadeos justo antes de que golpee mi ojo y grite de furia. 

—Lloras por alguien que ni conoces y que tampoco amas… 

—¡Sí lo amo! —grita llevando sus manos a mi cuello—. ¡No sabes cuánto lo hago! —Las lágrimas comienzan a caer por sus mejillas y siento que aprieta mi cuello—. Siempre voy a amarlo. Merezco ser madre —gime llorando y llevo mis manos a las suyas intentando liberarme de su agarre. Cede y la abrazo mientras llora—. No fue mi culpa y siempre voy a amarlo. 

Suspiro acariciando su cabello y cerrando los ojos. Esto era lo que quería, lo que necesitaba. Que mi amiga descargue toda su furia, que no se suma en la tristeza. Que intente superarlo y recuperarse para seguir adelante. 

—Lo sé. 

—Yo merecía ser su madre —susurra y siento sus lágrimas humedecer mi cuello—. No soy una cobarde. 

—No lo eres —Se alza quedando sentada sobre mi vientre y limpia sus lágrimas—. Sigues golpeando duro —bromeo y Dylan se acerca a ella para ayudarla a ponerse de pie. Ashton me ayuda y lo agradezco porque me duele todo el rostro y el estómago. 

—¿Acaso te gusta recibir palizas de tus amigas? —pregunta mi novio mirando con detenimiento todo mi rostro. Río, pero me quejo cuando siento el dolor en mi mandíbula. Kate golpea muy fuerte. 

—Te dije que siempre me metía en peleas —bromeo y hago una mueca cuando toca mi cara. 

—Fue un poco salvaje, pero excitante —Escucho decir a Kyle que se queja cuando Drew lo pellizca—. Aunque siempre la peor parte se la lleva la prima. 

—Es que soy muy resistente. 

Ashton me sienta en el sofá y va a la cocina. Julian me sonríe amablemente, pero sus ojos no dejan de ver cada uno de mis golpes. Amber y Drew me examinan también igual que Kyle. Mi hermano tiene el ceño un poco fruncido y Sel me sonríe. Supongo que a ellos les sorprendió bastante mi arrebato. Pero Kate necesitaba descargar su ira o iba a consumirla. Se estaba conteniendo demasiado y yo no tenía problemas con que se desquitara conmigo. 

—¿Alguien en Dinamarca a quien deba golpear? —pregunto con una sonrisa y tomando un poco de cerveza. 

—Hay una chica que acosa a Arvid —cuenta Kyle mirándome fijamente. Es tan tierno ver que ellos se preocupan por esta tontería—. Parece que fueron novios y ahora lo persigue por todos lados. Le envía cartas y lo vigila. 

—Eso es acoso, podría demandarla —Por supuesto que Selene sugeriría algo como eso. Evan pone los ojos en blanco—. Sacarle una orden de restricción. 

—O mejor, deja que yo le haga un favor a mi cuñado —Ashton vuelve con el rostro serio y pone una represa en mi cara que me hace jadear—. Seguro que acabo ganándome su cariño. 

—No vas a golpear a nadie, basta de peleas —dice mi novio levantando un poco mi camiseta y tocando mis costillas. Me estremezco por el dolor—. No querrás acabar con una dentadura postiza. 

Sonrío recordando que algo de eso dijo en nuestra primera cita. 

—Tú sólo me has visto a la defensiva —Frunce el ceño. Ashton serio es raro de ver, pero Ashton enojado también es particular. Nunca sucede, sobretodo conmigo—. Soy muy buena dando golpes. 

—Como a Jordan —puntualiza Drew y asiento con una sonrisa. 

—Pero no golpearé a nadie… —Ashton asiente satisfecho sentándose a mi lado—. A menos que esa persona se lo merezca —Suspira con cansancio y yo sonrío tomando su mano. Sabe que no podrá convencerme—. Deberíamos retomar el entrenamiento —propongo a las chicas que sonríen asintiendo. Echo un vistazo a la castaña que está abrazada a Dylan y sonríe igual que él. Eso está bien, eso era lo que quería—. ¿Les conté que yo formé esa pareja? —pregunto a los demás señalando a Kylan. 

—Mil veces —responde Evan rodando los ojos. 

—También esa —Señalo a Selevan y mi amiga sonríe abrazando a mi hermano. 

—Todos sabemos que así fue —dice Drew riendo cuando el castaño le susurra algo al oído—. Imbécil. 

—A ellos también. 

—Somos conscientes de todas las parejas que has formado, Ari —comenta Amber apoyándose en el respaldar del sillón. Julian mira la escena divertido y sonríe cuando ella toma su mano. 

—Ah, pero a ellos dos los junté yo —dice Ashton haciéndome reír. 

Vuelvo a mirar a Kylan y mi amiga me sonríe asintiendo. Sé lo que significa y no podría arrepentirme por haber recibido un par de golpes cuando sé que gracias a ellos Kate se siente mejor. 

 



#45604 en Novela romántica
#7298 en Chick lit

En el texto hay: diversion, corazonroto, fiestas

Editado: 12.12.2023

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.