Capítulo 40: Viaje
Siento la mano de Ashton alejar las mías de mi cabello y no puedo evitar fruncir el ceño hacia una de mis mejores amigas.
—¿No irán? —pregunto intentando mantener la calma. Creo que todos notan que estoy a punto de estallar, nadie habla, sólo nos miran fijamente—. ¿Cómo que no irán?
—Ya te dije que...
—Escuché las asquerosas y deplorables excusas que me dieron, Evan —interrumpo y los miro fijamente. Están sentados frente a mí uno al lado del otro, pero no se tocan. Desde que llegaron se miran de forma nerviosa y hay una gran distancia entre ellos. No se sonríen—. Ustedes no irán porque ya no son pareja, ¿no?
Silencio. Se miran entre sí y mi hermano desvía la mirada mientras que mi amiga me la sostiene.
—Bueno...
—¡No puede ser! ¡¡Acaso estoy fallada?! —exclamo poniéndome de pie y comenzando a caminar—. ¡Todo lo que armo se destruye! No volveré a formar ni una sola pareja más. He acabado.
—Mentira —dice Ashton negando con su cabeza y una sonrisa adorna su rostro. Mi novio es hermoso—. Intentarás formar muchas más porque no puedes evitar jugar a ser Cupido.
—No juego a ser Cupido —Me detengo cruzando los brazos y mirando esas luciérnagas que me vuelven loca—. Sólo me gusta ayudar a que otras personas encuentren el amor.
—Eso es lo que hace Cupido.
Lo miro fijamente, pero él sólo sonríe despreocupado. Sacudo mi cabeza y vuelvo la mirada a la pareja fallida que intenté unir hace unos meses. Odio que sea la segunda pareja que rompa. No puede ser que esté perdiendo mi toque.
—Como sea —Miro a mi hermano fijamente y se remueve incómodo. Sí, soy la menor, pero soy bastante intimidante y sé golpear mejor que él—. ¿Por qué se supone que terminaron?
—Ari, no creo que quieran hablar de eso frente a todos.
—Como si no lo fueran a saber después —Evan no me mira, no me da ni una maldita mirada—. ¿Qué hiciste, Evan?
No estaría tan incómodo ni evitaría mirarme si no fuera porque hizo algo muy malo. Tengo la misma sensación de cuando tenía seis y tiró una de mis muñecas al retrete. En una supuesta fiesta de jacuzzi que acabó cuando tiró de la cadena y se fue mi muñeca favorita. Tiene la misma expresión. Voy a matarlo si lo arruinó.
—Dylan, prepara Linkin Park de fondo —Escucho decir a Kyle.
—Evan... —presiono entrecerrando mis ojos hacia él.
—Se embriagó y me engañó —Selene es quien habla y se cruza de brazos antes de apoyarse en el sillón. No dice nada, pero su semblante es triste. Decir esas palabras le costaron mucho y veo que se contiene para no llorar.
Silencio. Proceso sus palabras callada y de reojo veo a las chicas removerse en sus lugares. Un engaño. Sí, todas reaccionamos muy mal a los engaños y, por lo general, el culpable recibe un recordatorio para que no olvide nunca nuestros nombres y rostros. Pero no hay recordatorio a menos que la víctima lo permita. Aunque hay excepciones. Drew golpeó un par de veces a Jordan pese a que dije que no. Recuerdo haber golpeado a un ex de Amber cuando lo crucé en la calle con su prometida.
—¡¿Hiciste qué?! —grito de repente y todos saltan del susto, no me importa. Me acerco a mi hermano a pasos furiosos y me parece escuchar Linkin Park por lo bajo—. ¿Engañaste a Sel? —No responde, mira a cualquier otro lado y no deja de retorcer sus manos—. ¿La engañaste, Evan?
—Bueno... Es que...
—¡Eres un imbécil! —exclamo antes de saltar sobre él y darle bofetadas—. ¡¿Cómo se te ocurre?! —Tengo tanta furia en mí que ya no me alcanzan con las bofetadas y decido ser más dura, porque se merece más que unas simples cachetadas—. ¡No puedo creerlo!
Mi puño da contra su nariz y se la cubre quejándose antes de intentar detener mis nuevos golpes. Doy en su pecho y quiere alejarme, pero estoy tan enojada que no puede hacerlo. Siento unos brazos rodearme antes de alejarme de mi hermano. Su nariz ha comenzado a sangrar.
—¿Por qué lo hiciste cuando sabes lo que se siente que te pongan los cuernos? ¿Por qué cuando me has visto llorar miles de veces por ser traicionada? —pregunto sintiendo las lágrimas en mis ojos—. ¿Cómo caíste tan bajo? —Mi voz es un susurro y me suelto de mi novio cuando las lágrimas comienzan a caer—. Lo arruinaste, Evan.
—Ariadne, deberías calmarte un poco —dice Ashton en voz baja.
—No —Niego con mi cabeza y lo tomo del brazo para ponerlo de pie. Sus ojos me miran apenados y no podría estar más decepcionada de él en este momento—. Vete antes de que te rompa la cara.
—¿Lo dices en serio?
Frunzo el ceño y tomo su brazo para aplicarle una llave y obligarlo a caminar hacia la salida. Se queja porque realmente estoy aplicando bastante fuerza.
—Selene es mi hermana. La traicionaste a ella, pero también a mí —digo abriendo la puerta—. Somos familia, Evan. Te amo, pero ahora mismo no quiero saber nada de ti.