Capítulo 50: Futuro
Bebo otro vaso de whiskey. Dejé de sentir el escozor en mi garganta en el tercer trago. De fondo escucho los intentos de los chicos para animarme. Las chicas también están aquí porque parece que Ariadne cerró con seguro y no quiere ver a nadie. Suspiro recordando sus últimas palabras. No puedo creer que ella no me ame. Todo parecía indicar que sí, pero luego…
—¡Maldita Dinamarca! —exclamo estrellando el vaso contra la pared y ahora escucho silencio. Nadie habla. Refriego mi rostro con mis manos. Odio sentir esta maldita sensación de nuevo—. ¿De qué sirve pensar que sólo está asustada cuando admitió que no me ama?
—¿Dijo que no te ama? —pregunta Drew con sorpresa y asiento buscando un vaso para servirme otro trago—. ¿Estás seguro?
—Completamente —aseguro suspirando. Recordar sus palabras hace que mil cuchillas se claven en mi corazón—. ¿Estuve mal en hacerlo?
Los miro a cada uno de ellos a los ojos y tienen esa expresión de lástima que detesto. Estoy harto de recibirla siempre que una relación no acaba bien. Pero me molesta más saber que la estoy recibiendo por lo que tengo con Ariadne… o tenía. Ahora mismo ni siquiera sé en dónde estamos parados.
—No creo… Tú la tomaste por sorpresa. Quizás fue por eso —Kyle acaricia mi espalda y odio que eso se sienta como si estuviera consolándome una vez más por un corazón roto—. Ella te ama, Ash…
—Dijo que no.
—¡Por Dios! Habrá sido en el calor del momento —dice Drew mientras bebo otro trago—. Ella sí te ama. Se nota cada vez que te mira.
—Puedo asegurarte que no me estaba mirando precisamente con amor cuando subí a hablar con ella.
—Estaba alterada —excusa Selene tocando mi brazo—. Esto es algo así como esa vez que se pelearon cuando pasaron la noche juntos.
Suspiro acabando mi trago y sirviéndome otro. Esto no es como aquella vez. Ahora la amo, no me gusta solamente. El sentimiento es mayor y, por ende, el dolor también. No puedo creer que me haya rechazado. Mucho menos que no me amara. ¿Y ahora qué? ¿Qué se supone que debo hacer? ¿Hemos acabado?
—Ahora están muy nerviosos y con los sentimientos a flor de piel —dice Kate frente a mí. Tomo otro trago y ya comienzo a sentirme un poco mareado—. Cuando estén tranquilos van a poder hablar bien y salir de confusiones.
—¿Confusiones? —murmuro bebiendo un poco más—. ¿Cuál confusión, Kate? ¡Está claro que no me ama! ¡No hay confusión! ¡Sencillamente no me corresponde!
—Ashton, deberías calmarte —Dylan me mira serio y se ubica a un lado de la castaña—. Entiendo que estés enojado, pero…
—¿Entenderlo? ¡Tú no entiendes nada! —A la mierda el vaso. Tomo la botella y le doy un trago largo—. ¡A ti no te negaron amarte jamás! ¡No rompieron tu corazón!
—A nosotras sí nos lo han roto —interviene Amber cruzándose de brazos. Resoplo y tomo más whiskey, pronto se acabará la botella—. No ser amado se siente horrible, pero también encerrarse en la idea de creer que no te aman. Tú ahora mismo estás negado a creer otra cosa que no sea lo que dijo Ari.
—Tú no escuchaste todo lo que me dijo —murmuro sintiendo que las palabras me pesan un poco—. Creí que no sería capaz de romperme el corazón… pero me equivoqué.
—Ash, sólo están enojados. En la mañana lo hablarán mejor y todo solucionado —Kyle lo hace sonar tan fácil—. Es tarde, deberías ir a dormir. Llevas aquí horas y no deberías beber tanto.
—No creo que me deje entrar —Acabo el contenido de la botella y la dejo sobre la mesa—. Ni siquiera quiere verme.