Mi Salud

Papá y Yo. (Cuento2)

Cuento2

AYUDAR NO ES DEBER DE FELIGRES SINO ASUNTO DE SER HUMANO.

 — Ey, tú, ¿Qué haces?

— ¡¿Yo?!

— Si, ¿hay otro tu leyendo ahora?

— Ah, nomas leyendo las bufonadas que pone la gente sobre la política.

— Pues, deja de darles like, comentario y de andar compartiendo, mejor ponete a orar, así como le decis a los vecinos que eres una ferviente sierva de Dios. — ¡Papi!

— ¡Papi nada! Si usted quiere que esto acabe, póngase a orar, y después limpie la casa, desinfecte cada rinconcito, no es que anda allí como todos, solo leyendo y quejándose sin hacer nada al respecto.

— Pero papi, es que es la verdad, los alcaldes no están haciendo nada.

— ¿Y que espera usted? Que el alcalde y su consejo municipal pasen por su casa y le laven las manos, le desinfecten la casa, no sea holgazana, eso es pecado, estamos en cuarentena, póngase hacer algo, no solo comer y engordar.

— ¡Papi, no diga eso! ¿Qué va a pensar papito Dios? ¡Que sufro de gula!

 — No, dirá que sufres de holgazanería, que vives pendiente del que dirán, juzgando como deben o no proceder los líderes políticos de nuestra nación.

— Papi, pero es que yo soy de la opinión de que ellos podrían hacer mas. — Hija mía, no podemos saber con cuanto están luchando ellos, no crees que es suficiente con la pandemia como para echarle leña al fuego, criticando sus forma de proceder.

 — Si papi; pero si fueran los del otro partido.

— No Hija, lamentablemente, nosotros somos imperfectos, debido a ello, nunca estamos conformes, si estuviera rigiendo el partido opuesto, también lo estarían denigrando, nosotros como comunidad, nuestro deber es ayudar a ayudar, eso servirá más que estar escribiendo comentarios negativos en las redes sociales. Si usted no va hacer algo mejor que su líder político, no lo juzgue, colabore haciendo buenas acciones.

— Si pero yo solo doy mi opinión.

— ¿Cómo? Diciendo que el alcalde no hace por su pueblo, diciendo que el presidente no sirve. Hija, nosotros debemos ser ejemplo. Estamos viviendo tiempos de tenebrosidad, no tiempo de juego, debemos poner nuestra fe en Dios, colaborar con el mundo, ayudar al necesitado, siempre y cuando estemos en condiciones de ayudar. ¿Por qué de que sirve que yo le este escribiendo a la gente en esas redes sociales? De nada, porque solo estoy alimentando a descontentos e incitando a los demás a pelearse por estrategias gubernamentales.

— Ya, pa, perdón.

— ¿Qué debemos hacer?

— Pa, no podemos orar en grupos; pero si podemos hacer que nuestra oración se eleve hasta el cielo. — También podemos compartir un poco de lo que tenemos, no nos falta ni nos sobra; pero al menos alcanza para compartir, iremos a repartir mascarillas, y algunos cuantos productos alimenticios.

— ¿Iremos?

— Si, iremos, tu, yo y el sacerdote.

— El sacerdote, pero eso es increíble, el sacerdote del pueblo y el pastor.

— ¿Que es lo increíble? Los dos somos siervos de Dios. No es Dios el que hace diferencias, es el ojo humano, no importa si yo alabo a Dios en un templo sencillo y el sacerdote en una ostentosa catedral, seguimos alabando al mismo creador.

— Pero, ¿Qué dirán los hermanos?

 — Hija, los hermanos que en verdad están entregados a Dios y no al nombre de un templo, se animaran a seguir nuestras acciones, si están en posición de hacerlo, de lo contrario, la mejor de ayudar no es juzgar, no es criticar, es orar, seguir las indicaciones que los profesionales digan.

— Papi, que orgullosa me siento de ti.

— Muy bien, entonces, deje de andar con dimes y diretes en las redes sociales, porque entonces lo que dirán es que la hija del  pastor es la primera en dudar del Dios, del cual su padre predica.

Xiomara y su padre, el pastor Digno acompañaron al padre a repartir víveres a los más necesitados de su pueblo. Esto era muestra de que cuando realmente se ama a Dios, no hay religión que defina, porque es un mismo creador. Y en tiempos de oscuridad, todos somos alumbrados por la misma luz “DIOS”. Y tal como hicieron el sacerdote y el pastor de este pueblo, así deberían hacerlo alrededor de las tantas naciones víctimas de la pandemia. Porque es tiempo de unirse, no de atacarse unos con otros, por triviales diferencias.

Ayudar no es cosa de religión, es asunto de ser humano. Proteger tu vida, no es responsabilidad de un político, de tu pueblo o de tu líderes religiosos, es tu deber. Es fácil… acata las instrucciones para estar a salvo del coronavirus.



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En el texto hay: fantasia magia, covid19, quedatenecasa

Editado: 21.07.2020

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