Salimos del edificio y por fin no volvería a ver a esa señora, llegamos a la salida y nos quedamos parados creo que esperando un taxi o algo así.
-Ahí vienen- dijo el señor que estaba de mi lado derecho- muy bien pasen.- termino de decir cuando teníamos una camioneta negra frente a nosotros mientras una estaba delante de esta y otra atrás, el hombre abrió la puerta mientras la mujer entraba- pasa- me dijo y tuve que dar un pequeño salto para poder entrar a la camioneta, entro y cerro.
La mujer no paraba de mirarme y ya me sentía incomoda, hasta que por fin rompió el silencio.
-Hola pequeña, mi llamo Lynn Louis y él es mi esposo Antón Meyer- señalo al señor a su lado.- Estamos casados hace 5 años, soy dueña de varias tiendas de cosméticos muy reconocidos en Italia y España.- sonrió por lo ultimo y me guiño un ojo.-Y el es un empresario en anonimato- lo ultimo lo susurro- sus compañías conocidas por toda Europa - se giro para verlo y por Dios sus ojos bien podrían ser estrellas fugases por la forma en la que lo mira.
-Lynn la vas asustar- le dijo Antón, después dirigió sus ojos hacia mi- cuando lleguemos a casa el mayordomo se encargara de tus cosas así que se las das y vienes con nosotros- asentí porque no sabía que más decir.
Luego de eso llegamos… ¡¿Esta se supone que será mi casa de ahora en adelante?!... esto parece más un castillo que una casa, baje admirando la joya frente a mí.
-Hermosa ¿no?- dijo Lynn en mi oído inclinándose un poco- quede igual que tu cuando nos mudamos, ¿sabes? Aun me faltan algunos detalles ¿te gustaría ayudarme a terminar de decorar algunas habitaciones?- solo la mire por unos segundos, en realidad quería conocer ese lugar así que asentí- ¡Genial! Bien entremos antes que se ponga gruñón- dijo con una cara graciosa, di una pequeña risa.
-¡Lynn! ¡Escuche eso!- dijo el hombre ya dentro del lugar Lynn solo se dedico a reír y me tendió la mano- vamos- me dijo y moviendo la mano para que la tomara, lo hice y tal acción me dio una extraña sensación que no sabría describir, hace mucho no le daba a alguien la mano y más de una manera familiar.
Entramos, un señor con traje se acerco a mi- disculpe señorita yo seré su mayordomo de ahora en adelante, si podría darme su maleta y yo acomodare sus cosas.- lo mire por unos segundos antes de darle mis cosas, esto sí que era nuevo para mí.-Gracias, el señor Meyer las espera en la sala- le dijo a Lynn- con su permiso señora Meyer.- ella dio una risita.
-Marcus ya te eh dicho que me digas Lynn no es necesario decirme señora me haces sentir vieja ¡Y SOLO TENGO 31 AÑOS!- me reí ante ello, ok casi le atine a su edad.
-bien ¿qué le parece si le digo señorita Lynn?- ella hizo como si pensara para al fin decir.
-trato- dijo con una sonrisa, esta mujer sí que tenia energía- bien vamos que nos espera don gruñón.
La empecé a seguir, no quería perderme en este enorme lugar y si lo hacía al menos no estaría sola…- bien, ya estamos aquí, ¿le dices tú o yo?- dijo Lynn.
-Ambos pero empecemos por lo principal- dijo él- ¿wald?- me llamo y lo mire- siéntate esto será largo- asentí- bien iré directo, necesitamos que cuando te hagan preguntas sobre tus padres o nosotros, digas siempre que por completo eres nuestra hija, me refiero ah…- lo interrumpí.
-Que diga que soy su hija biológica.- complete y era la primera vez que les dirigía la palabra, los dos se dieron una mira y asintieron. Ahora la curiosidad que tenia apaga se encendió por completo.
-Muy bien, empecemos porque Lynn tiene 31 y yo 33 ambos nos conocemos desde niños y cuando llegamos a nuestra adolescencia nos enamoramos pero tuvimos problemas por nuestra familia y sus secretos, por lo tanto nos vimos en la tarea de separarnos cuando Lynn tenia 21 para reencontrarnos un año después, aun no podíamos estar juntos así que nos escapamos unos días- eso me recordaba a una historia de un amor prohibido- nos separamos para años después reencontrarnos… otra vez y esta vez sí pudimos estar juntos, de novios estuvimos 1 año y preferimos no perder tiempo y casarnos- termino de explicar Antón.
-¿Y donde entro yo en esta historia?- soné más amargada de lo que espere, pero igual respondió.
-En esos días que nos escapamos Lynn quedo embarazada y… tuvo un… aborto- puse mi boca en forma de O, a Lynn se le cristalizaron los ojos y el bajaba la mirada-la familia de Lynn no está en anonimato como la mía, y por ello un periodista por una buena cantidad de dinero investigo sobre ella, las personas saben que está casada con el famoso empresario en anonimato mas no que íbamos a tener un hijo, Lynn al tener el aborto termino de estudiar en casa, y yo seguí mi rumbo como empresario.-hizo una pausa.
-El problema fue que el periodista tiene muy buenos informantes y se entero del aborto.- término Lynn.
-Ahora todos los medios lo saben y se preguntan donde ha estado ese hijo o hija que tuvimos, varios si piensan que tuve un aborto y otros creen que solo lo hemos criado en casa, la mayoría piensa que la segunda es la verdadera porque nosotros fuimos criados de igual manera... en casa.- sentí un pequeño pinchazo. No imagino la clase de dolor que llegó a tener ella al perder un futuro bebé.
-Nuestra familia se entero y de inmediato dedujeron que era cierto sobre la crianza en casa íbamos a decir la verdad del aborto hasta que…- su cara paso de tristeza a una de preocupación- Uno de los “socios”- dijo haciendo en comillas con sus dedos- que tenia nuestra familia llego a amenazarnos ya que si nosotros llegáramos a tener un hijo todo absolutamente todo pasaría a nosotros, desde el dinero de mi familia hasta la de ese “socio” lo cual nos llevaría a por fin acabar con ese negocio y claro que no le beneficia para nada a su familia, todos saben eso y lo aceptaron… menos él.
Me quede asimilando cada palabra era inteligente pero seguía siendo una niña de 10 años, ellos querían que yo acabara con ese negocio que por sus caras deduzco que no es algo bueno, bien a penas y puedo esconder mi secreto y ya quieren que oculte otro, demonios que hice yo para que esto me pasara…