Mi Secreto

Me salvaste

-¡Adam!- grito Ava lanzándose a los brazos de mí hermano con una alegría muy…- no esperaba por venir a verte- extraña-digo a verlos- rodé los ojos. 

-Hola Ava también estoy feliz de verte- dije respondiendo- hola Leo- hice una señal con la mano, asintió- bueno pasen- me hice a un lado, sentí ese aire frio que emanaba del cuerpo de Leo.

-Nuestros padres ya están durmiendo así que podemos hacer… cualquier cosa- dijo Adam.

-¿Cualquier cosa?- insinuó Ava son una sonrisa picara.

-emmm si- escuche como trago algo de saliva, estaba incomodo.

-¿Tienen hambre? Marcus ya pidió pizza pero si quieren otra cosa…-deje la oración a medias.

-Pizza está bien, su casa en muy grande para 4 por cierto- respondió Leo algo que a todos nos sorprendió y algo que me erizo la piel.

Concéntrate ¿quieres?

Ya ya…

-eh si, puedes perderte si no conoces bien el lugar- sonreí.

-quiero ver- quedo un silencio muy rancio. Fue una sorpresa eso y por si las dudas pregunte.

-¿Qué cosa?- dejo a un lado lo que estaba viendo y observo como todos tenían  una cara de sorpresa.

-Tu casa- dijo con obviedad.

-Buena idea, pero yo si tengo hambre ¿Por qué no van ustedes dos? Que Adam me acompañe a comer- ah con que aprovechando la situación.

-Eh… yo…- iba a contestar Adam cuando Leo interrumpió.

-De acuerdo- mis hormonas comenzaron su trabajo como la adolescente que soy.

-¡Vamos Adam!- Ava lo jalo de un brazo desapareciendo de mi vista. Quedamos solo Leo y yo en un silencio.

Me acerque al sofá para tomar mi celular, sentí como observaba cada uno de mis movimientos, era como estar bajo la mira de un francotirador.

Carraspee un poco-bueno, ¿por dónde empezamos?- pregunte evitando sus ojos.

-empieza mirándome a los ojos- sentí un fuerte aire frio. Con algo de nervios lo hice. Sus ojos daban algunos destellos y juraría que eso era imposible, irreal.

-¿Qué quieres ver primero?- repetí, asintió satisfecho.

-tienen un patio muy… grande- hice una mueca, señale la puerta que daba al patio y caminamos hacia ella.

-vaya, esto es más bien un bosque- sonreí, pero así como vino esa sonrisa se fue al recordar lo de la noche anterior.- veo que hasta piscina tienen- ahora que lo pensaba hace mucho no nadaba.- ¿No vienen aquí seguido verdad?- negué- yo estaría aquí todos los días una hora antes de que el sol desaparezca- fruncí el ceño.

-¿Por qué a esa hora?

Suspiro- es algo tonto pero es el punto cuando no es de día ni de noche, la debilidad de algunos y la fortaleza de otros.- siguió viendo hacia la piscina.

-no es tonto-pause- ilógico tal vez pero tonto no- alzo la mirada hacia mí.

-¿en serio lo crees?- asentí.

-tengo una pregunta- pause- ¿Qué es para ti esa hora? ¿Tú debilidad o tu fortaleza?- evito que me vea esta vez y giro hacia la piscina.

-yo…-Iba a dar un paso para dar la vuelta cuando resbale y me fui de espaldas, sentí el agua fría en microsegundos, a esta hora era muy fría y fue como si tuviera cuchillos en cada parte de mi cuerpo.

No me esforcé en salir, el dolor era fuerte y con mi ropa gastaría energías. Cerré mis ojos hundiéndome cuando unas manos tomaron mi cintura, abrí mis ojos encontrando a Leo muy cerca de mí con sus ojos muy brillosos, que aun en la noche parecían ser alumbrados por una linterna.

Se acerco y sentí sus labios que estaban tan helados como los míos, tome su cuello para sujetarme de él, una corriente paso por mi boca y pude sentir como mis pulmones recuperaban un poco de aire.

Nos quedamos así por unos segundos, olvide lo helado del agua y sentí como su boca tomaba calor con la mía. Comenzó a tomar fuerza para salir a la superficie aun con su boca en la mía. Tome aire una vez salimos.

Se separo- G-Gracias- dije con dificultad.

-no hay de que- susurro, note como su aliento se miraba por el frio y la luz.

Paso una mano por mi mejilla que a pesar del frio cerré los ojos por su caricia-Wald…- volvió a susurrar.

Esa voz. De nuevo esa voz, regrese al recuerdo de cuando me desmaye y por primera vez lo oí hablar.

-¿Dónde estabas?- susurre aun más cerca de su boca.

-salvándote- abrí los ojos. Él aun los tenía cerrados, pase una mano desde sus cejas hasta sus labios que estaban entre abiertos, era como ver un espejismo o algo irreal.

Adam

Ava, una chica linda sin duda. Sentí una punzada cuando le tome la mano la primera vez que hablamos, fue algo extraño pero que me pareció muy familiar, algo que no había sentido desde hace años.

-¡esta pizza esta deliciosa!- levante las cejas, no era tan común ver a alguien muy emocionado por comer pizza. Pero luego esta ella.

-que bien que te guste- sonreí, levanto su mirada hacia mí y sus mejillas se tiñeron en un color rosáceo.

-perdona mi emoción, de donde vengo no hay comida así…- fruncí el ceño.

-¿porque? Eso es raro, ¿de donde son? ¿De Marte?- solté una risita pero al instante la sonrisa se fue. Ella se mantuvo en silencio e incluso dejo la pizza a un lado- ¿Cómo? ¿No me digas que son de Marte?- por un momento no sabía ni cómo reaccionar. Hasta que soltó una carcajada que hizo que soltara el aire que, no sabía, tenía retenido.

-lo siento, tuviste que ver tu rostro- negué con una sonrisa- pero es difícil de explicar- su sonrisa se convirtió en una mueca- mi familia es algo…

-¿rara?- pregunte.

-sí, es como ese tipo de familia que crees conocer pero luego salen a la luz muchas cosas que no conocías o incluso conoces la otra cara que tenían- un silencio inundo la cocina. Eso era… muy descriptivo.

-yo no diría rara, diría…- pensé por un momento una palabra que describiera bien su situación, hasta que…- falsa.- regrese mi vista hacia ella que ahora se notaba tensa, al instante me arrepentí- perdona si te eh ofe…




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