-¡No!- grito la madre de Leo. Él se acerco más a ella, los gritos que daba hizo que los estudiantes se asomaran a ver, con la mandíbula hasta el suelo.
-mierda, debemos sacarlo de aquí- dijo Nick, notando a muchos asomarse.- Adam quítate el suéter- fruncí el ceño.
-¿para que el suéter?- pregunte.
-debemos aprovechar que no hay luz, hay que cubrir a Ava para que no le vean la cara, mientras que Wald debes acercarte para decirle a Leo que se detenga o que salgan ya.- abrí los ojos como platos.
-¡¿Qué?!- casi grite.
-debes hacerlo, eres la única que se puede acercar
-¿Por qué según tu?- rodo los ojos- ¿y cómo sabes eso? Es mas ¿porque te vez tan calmado?- muchas preguntas.
-¡Solo hazlo!- gruñí- ¿listo Adam?- asintió algo inseguro-¡vamos!
Cuando llegaron con Ava la cubrieron pasando por mi lado y salí corriendo hacia Leo, tenía fuego en los dos brazos y ya estaba más cerca de su madre.
-tranquila… solo tranquila- dijo, pero no funciono.
Las llamas de su pelo se hicieron más grandes y al igual las de Leo. Corrí más rápido, pude sentir la adrenalina en todo mi cuerpo, el calor se las llamas de ellos, las miradas de todos mientras corría hacia ellos…
Todo se volvió en cámara lenta.
Llegue hasta estar entre Leo y su madre, ambos apuntaron el uno al otro y salieron llamas de color naranja y azul de los dos, Leo aun no había notado mi presencia y su madre menos.
Como instinto estire mis brazos a los lados y una burbuja de color negro comenzó a rodearnos.
Estaba preparada para sentir el calor, cerré mis ojos esperando el calor en mi cuerpo pero no llego… abrí mis ojos, pasmada.
Las llamas no llegaban a tocar las palmas de mis manos, solo tomaban otra dirección y desaparecían. La burbuja aun nos rodeaba, evitando que las llamas se expandieran.
Leo abrió más los ojos así como su madre y se detuvieron al instante. La burbuja que nos rodeaba comenzó a desvanecerse y con ello baje mis brazos viendo a la nada.
-Wald… ¿Co-como hiciste eso?- pregunto Leo acercándose. De nuevo teníamos a varios estudiantes viendo el espectáculo.
-yo… no, no lo sé- dije en casi un susurro. Leo se acerco con su madre tomando su muñeca al igual que la mía, corrimos… las luces regresaron y ahora habían más estudiantes fuera de los salones. No me di cuenta que Leo tenía su camisa llena de agujeros por el fuego y del pelo de su madre salía humo como si acabara de salir de un incendio.
Por fin encontramos la salida que sin dudar cruzamos. Encontramos a Ava, Nick y Adam caminando de un lado a otro. Cuando notaron nuestra presencia…- Leo debemos irnos ahora- dijo Nick, Adam y yo compartimos una mirada.
-Ava llévate a mamá ten el collar- saco de uno de sus bolsillos un collar de plata reluciente y ligero- ya sabes que hacer- asintió poniendo rápidamente el collar en el cuello de su madre que al instante se desmayo- Nick ayúdala, iremos todos a casa- abrí los ojos como platos.
-¿Cómo que a casa?
-iremos a mi casa… Wald- respondió con tranquilidad- Adam- llamo- ¿sabes conducir?- mi hermano algo confundido asintió- bien conducirás mientras te guio- termino entregándole las llaves. Sonó la campana dando por comenzado el descanso y varios estudiantes salieron grabando con sus celulares- Adam corre, y llévalos- si fuera una caricatura mis ojos estuvieran por completo fuera de su órbita.
-espera ¿y nosotros?- pregunte rápido.
Suspiro- Ava… váyanse ellos nos están viendo- asintió algo dudosa pero con ayuda de Nick se fueron corriendo detrás de Adam- Wald- me llamo, gire mi rostro encontrando esos ojos que ahora parecían dos bolas de fuego- no te asustes- dijo antes de abrazarme.
¡Ya estaba asustada por si no lo había notado!
Sus brazos soltaron llamas de nuevo, pero esta vez cubrieron por completo se cuerpo al igual que el mío… creí por un momento que me sentiría en un incendio pero no fue así, sentí como cubrían mi cuerpo y luego un pequeño hormigueo.
Antes de cerrar mis ojos lo último que vi fueron a varios chicos con sus mandíbulas hasta el suelo y luego… oscuridad.
No sé cuanto pasó, creo que fue una milésima de segundos pero cuando abrí mis ojos nos encontrábamos en una habitación, los brazos de Leo aun me rodeaban mientras las llamas se iban haciendo cada vez más pequeñas hasta desaparecer.
-¿Qué…?- susurre. Se separo de mí- ¿C-como…?- ni siquiera podía formular una pregunta para esto.
-aguarda- se alejo más quitándose la camisa que estaba llena de agujeros y humeante. Me distraje por un momento al ver que su…
Este chico está que arde.
Cállate es mal momento para eso.
Yo no soy la que se lo come con la mirada.
Parpadeé repetidas veces concentrándome pero era imposible viendo sus músculos tensos, tenía varias cicatrices de quemaduras como las mías… no, eran exactamente iguales incluso en los mismos lugares. Seguí viendo mientras iba de un lado a otro en la habitación buscando no se qué.
Se detuvo frente un closet y pude ver el tatuaje de antes, comenzaba desde sus costillas y subía terminando antes de llegar al cuello… era… fuego. Justo como las llamas que rodeaban sus brazos.
Mi vista fue interrumpida cuando se puso una nueva camisa. Carraspee un poco incomoda, gracias a Dios no noto que…
-perdón por no dejar que vieras más- evite la su mirada, mientras buscaba cualquier cosa que mirar menos a él, escuche una pequeña risilla de su parte- no te pongas nerviosa…- le di la espalda viendo una ventana que se encontraba de largo en toda la habitación- ¿Por qué te pones así… Wald?- susurro en mi oído. Mi piel se erizo al sentir su respiración en mi oreja.
Quise moverme pero me tomo de la cintura manteniéndome a espaldas de él. Dio un paso más cerrando todo tipo de espacio entre nosotros- se que no es momento pero…- sentí el roce de su nariz pasar por todo mi cuello y luego varios besos debajo de mi mandíbula.