mi segunda oportunidad

CAPÍTULO 8

Lia llega a la casa de María, muy contenta. Ya ha empezado con su plan, pero todavía no está a salvo de los Lorre. Su nana le dio entre otras cosas está el diario de su madre, se puso a leerlo pero todavía no ha llegado a la parte de su padre, de momento ha descubierto que la familia de su madre es realmente poderosa. No entiende como nunca los conoció ni el motivo de su alejamiento.

Pero como allí aparece el apellido de sus abuelos maternos, ahora debe de ir hasta allí y convencerlos que es su nieta. No resultara nada fácil lo, pero si quiere recuperar las cosas que por derecho le pertenece, va ha necesitar su ayuda.

Le cuenta su plan a María y esta le dice que tendrá que ir a un salón de belleza y comprarse ropa nueva, pero debe de ser de calidad. No se puede presentar en la casa de una familia como esa con esa pinta, no podrá ni llegar a la puerta.

María se ofrece a comprarle la ropa, pero Lia se niega. Ella ya ha hecho mucho y aunque está muy agradecida, no puede permití que María siga pagando sus gastos.

Aunque ahora tenga un buen trabajo, todavía ni ha firmado nada ni ha recibido ningún cheque.

Pero sabe que es cuestión de tiempo que firme para la película, todavía no lo ha hecho porque la productora ha tenido unos problemas. Algunos accionistas no quieren a Lia en la película, prefieren a Bibí. Algunos por le experiencia que ella tiene y otros porque son los amantes de ella, que harán cualquier cosa por hacerla feliz.

Lia, después de pensarlo mucho. Va ha acepta trabajar para el señor Halls, como una de sus estrellas.

Así que busca su tarjeta entre sus cosas, lo va ha hacer porque necesita el dinero y le ofreció un buen contrato. Las condiciones son las mejores, cobrara mucho dinero por la película y cada trabajo que ella haga en nombre de la compañía.

Una vez que la encuentra, saca u viejo teléfono de su bolso. Marca el número que indica la tarjeta, da varios tonos y lo coge una mujer.

Lia –Hola, estoy buscando al señor Halls, soy Lia….

Mujer – Oh dios mío, ¿Eres esa Lia?

Lia –Creo que sí, esto… ¿Puedo hablar e con él?

Mujer –Huy, él no se puede poner ahora mismo. Se ha dejado el móvil, lo hace cuando se encierra en su despacho….Tengo una idea, porque no vienes. Puedo enviar a alguien ha recogerte, solo tienes que decirme donde te encuentras y enviare a un coche a por ti.

A Lia le sorprende tanta amabilidad de una completa desconocida, pero lo necesita y aunque no confía en ella en absoluto, necesita el dinero de ese contrato.

Por lo cual, no le queda otra que darle las indicaciones de un local, que se encuentra.

Lia va a su habitación para cambiarse, se pone un vestido de color celeste. Se deja el pelo suelto y coge una chaqueta blanca.

Sale del bloque de apartamentos y se dirige hasta la cafetería que hay a la dobla la esquina de los bloques.

Cuando llega a la puerta, ve un coche negro aparcado. De el sale una mujer, castaña, de unos treinta años y muy bien vestida.

Mujer –Imagino, que eres Lia. Soy Catalina, la esposa de Scott Halls. Es un placer conocerte.

Lia – ¿Has oído sobre mí?

Catalina –Más bien sobre tus padres, pero es mejor que hablemos en un lugar más privado. Vamos a mi casa, allí estaremos mejor.

Lia se lo piensa, todo es muy extraño. Pero si ella sabe algo sobre sus padres biológico, no le queda otra que ir con ella.

Se metió en el coche y con disimulo, le envió un mensaje con su ubicación en el tiempo real, a Miguel. Como es policía, él sabrá qué hacer si algo le pasa o si su vida corre peligro.

Catalina –Sé que te resultara muy raro, pero es la verdad. Al menos lo que yo conozco, pero como sé que lo más seguro es que no me vayas a creer, vamos a mi casa porque allí tengo pruebas de todo.

Lia – Hasta que me lo digas, no podre decidí si creerte o no.

Catalina –Como ya he dicho, tenemos que llegar a casa. No estaremos sola, he avisado a mis hijos y marido.

Cuando el coche se detuvo, Catalina dijo que ha habían llegado a su casa. Salieron del coche y Lia ve el inmenso jardín donde se encuentra, Catalina la guía hasta le entrada principal.

Al llegar a la gran puerta de madera, Catalina coloco su mano derecha en el sistema de seguridad, la puerta se abre.

Catalina –Si, después de escuchar lo te tengo que contar. Quieres venir a vivir con nosotros, serás bienvenida y te puedes traer a tu nana o alguien que aprecies.

Entrar en la casa y Catalina, lleva a Lia hasta la sala de estar. Allí están todos reunidos, Scott está nervioso y enfadando.

Él quería hablar con su hija, en un mejor momento. Pero su esposa, ha hecho lo de siempre. Lo que le ha dado la gana y sin consultarlo primero, Catalina siempre ha sido así y eso es lo que lo enamoro. Su lado independiente, hace mucho tiempo que se dio cuenta de que la dulce y tierna Catalina, era de esa manera, siempre actuando a su aire y le da igual casi todo, lo único que le importa es su familia y si aceptando a la hija ilegítima de su marido, consigue mantenerla unida, lo hará. Porque en realidad ni Lia ni su difunta madre, son las culpables de nada y no han hecho nada malo.

Lia –Hola a todos…

Scott Halls –Cariño ¿Me lo puedes explicar?

Catalina – Es más que obvio, he reunido a la familia.

Lia –No lo entiendo ¿Alguien me lo puede explicar?

Scott –Creo que lo debo de hacer, es algo un poco… complicado, será mejor que comience por el principio.

Scott, le explica a Lia como conoció a su madre y también que ella fue su primer gran amor. Pero como se quedó embaraza joven, su familia le dio de lado y él fue un cobarde, no se atrevió ir en contra de su familia, pero le aseguro que no ha pasado ningún solo día, que no haya pensado en su madre y en su hija. Y que ese hecho, jamás se lo oculto ni a su esposa ni a sus hijos y por esa razón, su esposa la ha traído sin decir nada.

Lia se queda congelada, no se esperaba descubrí todo esto y ahora comienza entender el motivo del acercamiento del señor Halls.




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