Yoel me tiene con las manos a la pared, con una sonrisa burlona en el rostro, mientras yo intento de todas las formas posible liberarme.
Ana: -suéltame, Yoel deja de bromear-
Yoel: -quiero saber que es lo que te pasa volviéndote mi hermana de la noche a la mañana; no te quiero aquí.
Ana: ¿Qué, crees que quise volverme tu hermana?, solo te lo voy a decir una vez, voy a llevar la fiesta en paz por la felicidad de mi mama y de mi nuevo padre, e intentare aparentar que me llevo bien contigo, pero te advierto te sigo odiando como hace 10 años atrás, por lo tanto, mantén tu distancia conmigo.
Logro liberarme, y antes de que diga alguna cosa salgo corriendo a toda velocidad para mi habitación, la cual esta a lado de la suya y entro lo más rápido posible; cuando ya estaba dentro mi tiro en la cama y me doy cuenta de que estoy temblando. Y de repente Yoel toca a la puerta.
Yoel: ¡¡ya se que estas ahí¡¡ ábreme la puerta.
Después de unos minutos deja de tocar y siento un gran alivio, pero de repente se mete por la ventana, me tira en la cama y se pone sobre mí.
Yoel: ¿estas asustada ‘hermanita’? pues no te confíes mucho, no me voy a llevar bien contigo, y además deberías andar con cuidado porque no olvides que yo sigo siendo un chico y tu eres una chica, y puedo hacerte cosas que ni te imaginas, bueno Ana eso es todo, nos vemos.
Se levanta de la cama y esta vez sale por la puerta.
Ana: ¿Qué demonios voy a hacer ahora?
Me preguntaba eso mientras me tocaba la muñeca por donde él me había agarrado….