Salgo corriendo del maid latte y me encuentro a Yoel sentado en unos de los bancos del parque que esta cerca del trabajo; me acerco y me siento al lado suyo.
Yoel: ¿Por qué no me dijiste nada?
Ana: y-yo tenia miedo de que no me perdonaras, pero te lo iba a decir te lo juro, solo no estaba segura de mí misma, perdón.
Yoel: no te preocupes, no estoy enojado, pero por favor la próxima vez dime.
Ana: está bien, te lo prometo, Volvamos al trabajo a buscar nuestras cosas y volvamos a casa.
Nos fuimos al trabajo y nos disculpamos con el gerente por haber salido de aquella forma, después recogimos nuestras cosas y nos dirigimos a casa.
Al volver a casa, nos encontramos solo a papa porque mamá estaba todavía en el trabajo. Subo a mi habitación y una hora después oigo la voz de mi mama y otras dos señoras hablando, me asomo a la ventana y oigo un poco de su conversación.
Mamá: claro que sí, ellos se llevan muy bien; aunque a veces se pelean, ellos se comportan como verdaderos hermanos.
Señora: ha conseguido una buena familia, poco después de haberse casado, la felicito.
Me alejo de la ventana, para no escuchar mas de lo que están diciendo. Y me digo a mí misma:
Ana: ¿estará bien lo que estamos haciendo? Somos hermanastros, no podemos tener una relación sentimental, pero lo quiero, no quiero perderlo ¿Qué hago?
Me tumbo en la cama y agarro el teléfono para enviarle un mensaje a Yoel.
Ana: Yoel… ¿crees que esta bien lo que estamos haciendo? Acabo de ver a mama hablando con unas señoras afuera de la casa, y ella dijo que nos comportábamos como verdaderos hermanos; estoy asustada, no se si lo que hacemos está bien o mal.
Le envió el mensaje, y me contesta casi enseguida.
Yoel: voy para allá.
Yoel aparece de inmediato, claro por la ventana de mi habitación y se sienta junto a mí en la cama.
Yoel: ¿tienes dudas sobre lo nuestro?
Ana: …si, pero eso no quiere decir que te ame, por favor créeme.
Yoel: no te preocupes, te creo yo también tengo dudas, porque se que nuestros padres están muy orgullosos de como llevamos nuestra vida de hermanos, y eso me hace sentir mal a veces, pero nada en el mundo hará que cambie lo que siento por ti, y estoy listo para decirle a nuestros padres lo nuestro.
Ana: no lo hagas, no quiero ser una decepción para mamá, entiende por favor.
Yoel: está bien, pero piensa en lo que te digo tenemos que decírselos rápidamente.
Yoel me da un beso rápido pero gentil en los labios y se dirige a su habitación, mientras yo me quedo sola pensando en la mejor decisión.